
31/05/2025
Lo que pretende el Gobierno con la nueva reforma del proceso penal no es modernizar la justicia. Es amordazarla. Convertir a la Fiscalía en el brazo ejecutor del poder político y poner bajo su bota a los únicos que hoy pueden investigar de forma real los escándalos de quienes gobiernan. Es el sueño húmedo del régimen: que los mismos que deben ser investigados dirijan a los que deben investigarles.
Porque no nos engañemos: la Fiscalía en España está prostituida. Hace tiempo que dejó de ser una institución independiente para convertirse en un instrumento más del poder. El mismo Pedro Sánchez lo dijo con toda la desvergüenza del mundo: “¿De quién depende la Fiscalía? Pues eso”. Pues eso. Blanco y en botella. De ahí parte todo.
✍️ Escribe en herculesdiario.es
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