11/12/2025
Hoy ayudé a mi hijo a practicar una exposición para el instituto…
y mientras lo escuchaba, me cayó una verdad incómoda:
a nosotros nunca nos enseñaron a pausar.
Crecimos pensando que una pausa era “un olvido”,
que quedarse en silencio significaba nervios,
o que perder el ritmo te hacía ver inseguro.
Pero no.
La pausa es una herramienta profesional.
Una pausa te ordena la mente.
Te ayuda a encontrar mejores palabras.
Le da peso a lo que realmente quieres decir.
Y hace que el otro te escuche de verdad.
Si alguien me hubiera dicho esto cuando estaba en el colegio,
habría hablado con más calma, más conciencia, más presencia.
Hoy se lo enseño a mi hijo
para que entienda que comunicar no es llenar el aire de palabras…
es saber respirar entre ellas.