30/06/2025
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Suiza desarrolla un reactor solar que convierte aire y luz solar en combustible para aviones.
En una instalación experimental ubicada en lo alto de los Alpes suizos, científicos han logrado un avance tecnológico con potencial para revolucionar la aviación: un reactor solar capaz de convertir aire y luz solar en combustible sintético para aviones. Esta no es una simulación de laboratorio ni un prototipo confinado a condiciones controladas; se trata de una planta al aire libre, completamente funcional, que utiliza dióxido de carbono (CO₂) y v***r de agua extraídos directamente de la atmósfera para producir queroseno mediante energía solar concentrada.
Cómo funciona el proceso
La instalación emplea una torre solar equipada con un campo de espejos que concentra la luz del sol sobre un reactor revestido con óxido de cerio, un material cerámico que facilita reacciones de reducción-oxidación (redox) a temperaturas extremadamente altas. Cuando se calienta, el óxido de cerio libera oxígeno y genera un entorno propicio para descomponer el CO₂ y el agua en sus componentes básicos.
El resultado es un gas de síntesis (o “syngas”), una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono, que posteriormente se convierte en queroseno líquido a través de procesos químicos establecidos. Este combustible es totalmente compatible con las turbinas actuales, indistinguible del queroseno fósil en términos de rendimiento, pero con una ventaja fundamental: su ciclo de carbono es neutro.
Un ciclo cerrado de carbono
Una de las características más destacables de esta tecnología es su diseño en bucle cerrado. El CO₂ emitido al quemar el combustible es igual al que fue capturado previamente del aire, lo que significa que no hay incremento neto de gases de efecto invernadero en la atmósfera. En un sector como el de la aviación, históricamente difícil de descarbonizar, esto representa una solución viable y urgente.
Ventajas frente a otras alternativas
A diferencia de los aviones eléctricos —todavía limitados por la densidad energética de las baterías y el alcance—, el combustible solar sintético puede utilizarse de forma inmediata en la infraestructura aérea existente. Las aerolíneas podrían adoptar este combustible sin modificar motores, turbinas ni sistemas logísticos, facilitando una transición rápida y eficiente hacia un modelo de vuelo más sostenible.
Perspectivas de escalabilidad
Actualmente, la planta piloto produce cantidades limitadas de combustible, pero su éxito ha validado la viabilidad técnica del proceso. El equipo suizo ya está planificando instalaciones a mayor escala, capaces de abastecer aeropuertos regionales enteros con combustible neutro en carbono.
Si esta tecnología se despliega en regiones con alta radiación solar —como el norte de África, Medio Oriente, Australia o América Latina—, podría redefinir la economía del transporte aéreo y contribuir significativamente a los objetivos globales de mitigación climática.
Un liderazgo inesperado en sostenibilidad
Aunque Suiza no es tradicionalmente considerada un actor principal en la transición energética global, este reactor la sitúa a la vanguardia de la aviación sostenible. Con la expansión adecuada, esta innovación podría transformar los viajes aéreos de una fuente de emisiones a una solución climática de escala planetaria.