
12/07/2025
En el Festival de la Tapa, la gula es la religión y el plato, el altar.
Un desfile de cazuelitas, montaditos, croquetas con alioli y vinagreta de remordimientos.
El personaje come con ansia, no por hambre, sino por esa fe ciega en que siempre cabe una tapa más.
Hasta que llega el punto en que el cuerpo ya no es cuerpo, sino campo de batalla entre lo que entra y lo que se resiste a quedarse.
Y en medio del mareo, el vómito y la espiral de colores, los adultos sentencian lo de siempre:
"¡Juventud! ¡Botellón!"
Como si empacharse de boquerones no fuera también una forma de perder el control.
Gracias a , que sabe lo que hace: pescados con mesura y respeto al paladar.
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