13/07/2024
💡Desde los ríos explorados por las poblaciones autóctonas, los técnicos romanos realizaban prospecciones hasta localizar los yacimientos de oro. En la época en la que se explotaron Las Médulas, el noroeste peninsular era un territorio minero aurífero cuajado de minas subterráneas y a cielo abierto. De estas últimas, Las Médulas fue la mayor del Imperio Romano.
Estuvo en funcionamiento aproximadamente desde el 30/40 d.C. hasta finales del siglo II o principios del siglo III. El inicio de su explotación se enmarca en el momento en el que los territorios galaicos y astures se incorporaron al Imperio Romano, coincidiendo con la regulación del sistema monetario llevada a cabo por Augusto, que hizo que el oro fuera un metal imprescindible.
El yacimiento aurífero de Las Médulas se formó hace alrededor de seis millones de años. En origen, el oro se encontraba encajado en las rocas de las montañas, pero los procesos erosivos provocaron el desplazamiento de partículas de oro que, junto con otros materiales (cantos rodados, gravas y arenas) fueron transportados y sedimentados por abanicos aluviales.
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