10/01/2024
Nos habría gustado retomar la vigilancia colectiva hablándoles de lo que pilla la Gestapo en Oroso, que a menudo solamente es lo que le deja libre la Stasi. Todo muy cómico de no ser que se paga con dineros de todos. Las grabadoras continúan activas a pesar del tiempo transcurrido en sus mismos emplazamientos. A nadie se le ha ocurrido revisar nada, más allá de mirar debajo de las mesas. Así es que llegan determinadas filtraciones. Bastante aburridas, la verdad.
Pero no está el panorama como para detenerse ahora en estas intrigas improductivas. Lo interesante se está viviendo estas semanas en las costas, de nuevo repletas de mi**da por otro accidente naviero, uno más de la serie.
Los consecutivos hechos han puesto de manifiesto la tremenda desidia y negligencia que impera en la Xunta de Galicia. Se debería verificar si todo esto los ha pillado con el pie cambiado, por aquello de que están en cuerpo y alma dedicados a las elecciones, o si en realidad esto es lo que hay y su capacidad llega hasta niveles lamentabilísimos.
Fuere lo que fuere, el despropósito del comando Rueda es continuo. En pocos días ha quedado desacreditado todo el empeño de años y años de propaganda de gente seria, solvente, centrada, organizada... Nada, absolutamente nada de ello se ha visto estos días.
Lo de ayer, cuando ya deberían haber superado la 'sorpresa' inicial, fue de traca. A primera hora -lo que es primera hora pública para un conselleiro, a eso de las once de la mañana, por lo que se ve- revela el vicepresidente Calvo -todo un vicepresidente, no el alguacil de tercera división- que la Xunta seguía viendo innecesario elevar el nivel de alerta, que la cosa no era para tanto ni tal que cual.
Apenas una hora más tarde, el señor Rueda, en acto programado nada casualístico, desdice a su segundo de forma rocambolesca y anuncia que sí, que van a incrementar el nivel de alerta, que los medios del Estado no les vendrán nada mal para intentar parar toda la basura plástica.
Luego dicen de las contradicciones de las coaliciones y los bipartitos, pero patinazos así son de los que hacen que en Oroso ese personaje revelación de la derecha rancia diga aquello de 'cagoenD...'
Es asombrosa la descoordinación exhibida ayer por el gobierno autonómico, que se levanta en la inercia de oponerse por oponerse al Central y a los pocos minutos tiene que rendirse a la evidencia de que no va a poder sostener la minimización de la crisis.
Deberían haber aprendido algo del día anterior, otra jornada para olvidar, cuando la también vicepresidenta y encargada del Medio y del Ambiente, se deslizó por toda la pendiente diciendo aquello de que sus analíticas determinan que esos plásticos no son tóxicos ni peligrosos. Es decir, ni pican ni muerden, así que a ver a santo de qué nos preocupamos. Únicamente hacen feo, y por eso hay que limpiarlos. Es por los turistas, oiga, que no podemos dar esta imagen.
La afirmación de la conselleira Vázquez reúne las papeletas para sumarse a la colección de despropósitos análogos en crisis previas: que si la plastilina, que si los huesos en el caldo, que si te lo aprendes en dos tardes... ¡Cuántas ocasiones desperdiciadas de cultivar el silencio!
La clave ya no es que se produzcan contradicciones fruto de los sucesivos cambios en los acontecimientos. Eso se podría llegar a entender. La clave es que nos encontramos ante un gobierno claramente superado por los acontecimientos, incapaz de asumir responsablemente sus obligaciones, incapaz de ejercer un estándar de gestión, incapaz de no pensar en otra cosa que no sean los fastos electorales.
Fue llegar las 'bolitas' a costas asturianas y cántabras suficiente para que esos ejecutivos autonómicos, el cántabro en manos del PP, por cierto, declarasen el nivel de emergencia necesario para que intervengan medios del Estado. Todo ello cuando en la hasta ahora costa más dañada, la gallega, llevaban semanas recibiendo la mi**da y su gobierno, nuestro gobierno, seguía negando primero saber nada y luego la necesidad de ayuda externa. Al final salió a remolque de los vecinos, viendo que cada minuto que transcurriese era un minuto más de vergüenza y evidencia.
Si lo de Medio y Ambiente es ridículo e insostenible, se mire por donde se mire, en Mar no se quedan atrás. El señor Vilares hasta la irrupción de la crisis, como la señora Vázquez, iba por toda Galicia de fiesta en fiesta y de fasto en fasto, mismamente con una foodtruck que reparte bocadillos de conserva con estética entre chef de alta categoría y alimentos de cartilla de racionamiento. Pero la fiesta terminó y el hombre se debate entre negar las fechas, minimizar el alcance de la contaminación y al mismo tiempo asumir el terrible daño económico, reputacional y biológico al que se enfrenta el sector.
No vale decir que esto no es el Prestige, ¡faltaría más que lo fuese! Afortunadamente la repercusión es otra. Pero los modos en que reacciona el gobierno autonómico sí son exactamente los mismos que dos décadas y pico antes: decir que aquí no pasa nada hasta que la mi**da nos llega al cuello o se nos caiga la cara de vergüenza.
En los próximos días, veremos, verán, un despliegue propagandístico a todo trapo encaminado a exhibir los medios de la Xunta y a buscar culpables externos. Vamos a ver personal autonómico moviéndose por las playas, hasta ahora los pobres como pollos sin cabeza, figurando hacer un trabajo que nadie les ha dicho cómo hacer pero que hacen para por lo menos poder salir en la televisión.
Es necesario que se pongan documentos sobre la mesa para ir aclarando hechos. Lo primero es determinar las fechas de cada hito. Es evidente que a San Caetano, o a algún servicio o cuerpo policial dependiente, llegaron las primeras advertencias de pérdida de carga pocas horas después del siniestro. Es evidente que no lo valoraron bien y es evidente que no había nadie al mando. Ni parece haberlo. El gobierno es de plástico.
Volviendo a Oroso... Permítannos la maldad... La Consellería del Mar funcionaba mucho mejor con el señor Doval Expósito laborando por allí. Ay esos tiempos en los que Ana Rosa o Rosa Ana Quintana daba sustento y recibía consuelo. Gran apoyo se llevaron por delante los comicios. Una lástima.
Y por encima de todo, la Xunta con la Mar no desafinaba tanto. Se reconducía mucho mejor, como una servodirección. La Mar era mucha Mar, un desperdicio que esté en reposo sobre un escaño. ¿O todavía narices?