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13/04/2025
El enunciado de Josep Fontana —“El doble desencanto [...] condujo a una especie de escepticismo [...] y a un desconcierto en el terreno de los métodos de los historiadores, que se retiraron del compromiso cívico a la tranquilidad de la vida académica”— alude a un giro historiográfico y político ocurrido en la segunda mitad del siglo XX. Este “doble desencanto” surge tras el fracaso de las promesas transformadoras asociadas a paradigmas teóricos previos, como el marxismo, que durante décadas orientaron a los historiadores hacia un análisis crítico de las estructuras económicas y sociales, con el fin de incidir en la realidad presente.
Sin embargo, la incapacidad de dichos enfoques para materializar cambios sustanciales en un contexto de crisis políticas —como el colapso de los regímenes socialistas en Europa del Este o el fortalecimiento del neoliberalismo— generó un repliegue disciplinario. Los historiadores, desalentados por la brecha entre teoría y praxis, abandonaron progresivamente su rol como agentes de conciencia crítica para refugiarse en espacios académicos especializados, priorizando debates metodológicos internos sobre temas fragmentarios o culturales, como la microhistoria o los estudios posmodernos.
Este distanciamiento no solo implicó una pérdida de relevancia social de la disciplina, sino también una renuncia a abordar los “grandes problemas” colectivos, como las desigualdades económicas o los conflictos de poder, que habían sido centrales en la tradición de la historia económica y social. Fontana critica esta deriva, señalando que la autoreclusión en la academia no solo debilita la función pública de la historia, sino que cede terreno a narrativas manipuladoras del pasado, construidas desde el poder o los medios de comunicación. Su reflexión se enmarca en un debate más amplio sobre la responsabilidad del historiador ante la sociedad, retomando posturas de figuras como Marc Bloch, quien defendió la necesidad de que la historia contribuya a formar una conciencia crítica capaz de intervenir en los procesos sociales.
Referencia bibliográfica
Fontana, J. (s.f.). ¿Qué historia enseñar? Clío & Asociados. La Historia Enseñada, (7), 15-26.