28/10/2025
SOY ADOPTADA, y me encanta recordar esta anécdota de mi vida. Me dejó un verdadero aprendizaje a mis tan solo 13 años. Muchos ya la conocen... Los que no, espero la disfruten.
Aquel día me reafirmó varias cosas. La primera que los adoptados estamos en el corazón de nuestros padres porque ellos desearon con todas sus fuerzas que así fuese, por lo tanto, ese amor, debería ser indiscutible.
La segunda que jamás debemos sentir vergüenza ni miedo por ser ”adoptados”, somos seres únicos e irrepetibles como todos...
Somos afortunados porque se nos dio una vida, y la posibilidad de vivirla (en la mayoría de los casos), aún mejor.
Si debemos sentirnos de alguna forma, esa forma es AGRADECIDOS, agradecidos de serlo, agradecidos con nuestros padres adoptivos por el gran desafío que aceptaron y también con nuestros padres biológicos que son quienes nos dieron la vida.
Pero sobre todo agradecidos con nosotros mismos, por esa fortaleza de llevar toda una vida en nuestro interior, miedos y preguntas, muchas veces sin respuestas y, aun así, seguir como si nada hubiese pasado.
Octubre, 1991...
Yo iba a un colegio religioso, un día en catequesis, (como olvidar aquella carpeta de catequesis...) nos hicieron hacer un trabajo, trabajo que era para hacer con nuestros papas, en casa... El trabajo consistía en compartir un rato íntimo con nuestros padres y poder escuchar con sus palabras aquello que habían sentido cuando supieron que llegaríamos a sus vidas.
Había ciertas preguntas que había que responder, como ser,
¿Qué sintieron tus papas cuando se enteraron que llegarías? ¿Cómo fue esa espera de 9 meses?
¿Qué sintió tu mamá al tenerte en su panza?
¿Cómo recuerdan el día que naciste y que por fin te tuvieron en sus brazos?
El trabajo era para exponer en la siguiente clase, en la cual todos luego de haber vivido ese momento intenso e íntimo de relato de experiencias inolvidables, lo compartiríamos con nuestros compañeros...
Recuerdo aquel día como uno de los más tristes de mi adolescencia...
No solo por el hecho de que yo no podría hacer ese trabajo con mis padres, sino por el hecho de luego tener que decirles a todos mis compañeros que yo no había podido hacerlo, ¡qué vergüenza! Estaba segura que me mirarían diferente y sin duda se reirían de mí... recuerdo lo mal que lo pase...
Llegué a casa y estuve todo el día llorando, mamá llegaba de trabajar a la noche. Cuando llego y me vio tan mal me pregunto qué era lo que ocurría a lo cual contesté con mucha rabia, y dolor todo lo que sentía...
Recuerdo que ella sonrió y con un gesto dulce y decidido me dijo... ¡Vamos a hacer ese trabajo! Yo me quedé mirándola como diciendo... ¿Vamos a mentir?
Se sentó conmigo en el borde de mi cama y me dijo ¿Cuáles son las preguntas?
Le dije:
Yo: ¿Qué sintieron tus papas cuando se enteraron que llegarías?
Ella respondió: ¡Felicidad!, mucha felicidad, llevábamos mucho tiempo buscándote...
Yo: ¿Cómo fue esa espera de 9 meses?,
Ella: No fue una espera de 9 meses, fue una espera de años, años de vueltas y procesos nefastos, fue una espera que se hizo interminable...
Yo: ¿Qué sintió tu mamá al tenerte en su panza?
Ella: En mi panza nunca estuviste... pero siempre estuviste en mi corazón, desde el día que me enteré que llegarías, hasta el día de hoy... y siempre vas a estarlo...
Yo: ¿Cómo recuerdan el día que naciste y que por fin te tuvieron en sus brazos?...
Ella: Para nosotros naciste el día que llegaste a casa, aquel día en que por primera vez te tuvimos en nuestros brazos, ese día para nosotros nació nuestra hija...
Me abrazó… lloramos juntas… y fue hermoso…
Recuerdo aquel día con mis 13 años de edad, uno de los más felices, en el que por primera vez me sentí ORGULLOSA de ser adoptada, orgullosa de tener un relato diferente del resto de mis compañeros y no sentirme menos por ello, ORGULLOSA de sentirme amada y tan deseada...
Recuerdo y nunca voy a olvidar que el siguiente día de Catequesis, no solo fui la primera en levantar la mano y contar mi historia, sino que aquel día… me gané el respeto de todos mis compañeros de clase.
Si conoces un adoptado que busque sus orígenes, no lo juzgues, apóyalo si está dentro de tus posibilidades.
Es muy valiente y merece conocer su historia.
Si te ha gustado, compártela, posiblemente alguien necesita leerla hoy.
Con el cariño de siempre, Ra ❤️🦋