28/07/2025
Gorbachov durante sus últimos tres años (1989-1991) al mando, la contrarrevolución arrasó en Europa del Este, con la ayuda de Gorbachov y de su camarilla, asesorada por el imperialismo. En noviembre de 1989 caía el Muro de Berlín; un año más tarde, Alemania era reunificada bajo los términos de la OTAN. Uno tras otro, los países socialistas de Europa del Este cayeron como piezas de dominó.
Los desórdenes en Europa del Este, y los efectos desintegradores de las fuerzas capitalistas desatadas en la URSS, empeoraron las relaciones entre las repúblicas que constituían la Unión Soviética, desembocando en declaraciones de independencia, separándose una tras otra de la Unión. A mediados de Diciembre 1991, tras la secesión de todas las demás repúblicas, la Federación Rusa se quedó sola sin la necesidad de una declaración oficial de independencia.
En la arena internacional, la camarilla de Gorbachov traicionó a los movimientos de liberación nacional y a los países socialistas más pequeños. En mayo de 1989 se detuvieron los envíos de armas a Nicaragua. En 1990, la Unión Soviética puso término a la ayuda anual de 5 billones de dólares a Cuba, que incluía el suministro de petróleo y otros suministros esenciales. En febrero de 1989, las últimas tropas soviéticas ya habían abandonado Afganistán, dejando al gobierno de Najibullah a merced de los señores de la guerra apoyados por el imperialismo, negando así los sacrificios hechos por los soldados soviéticos y sus aliados afganos, sin obtener a cambio ninguna concesión por parte del imperialismo.
De manera similar, las luchas de liberación de Sudáfrica y Palestina también fueron abandonadas a su suerte.
Cuando se celebró el XXVIII Congreso del PCUS en julio de 1990, la cuestión ya no era si la economía de mercado debía ser plenamente restaurada, sino qué tipo de economía de mercado debía ocupar el lugar de la economía de planificación centralizada que, minada durante las tres décadas anteriores, recibió el golpe de gracia por parte de la camarilla de Gorbachov. Con el cinismo que le caracterizaba, en su mensaje de celebración del aniversario de la Revolución de Octubre
el 7 de noviembre de 1990, Gorbachov definía su completa traición al socialismo y su capitulación ante el imperialismo como actos de “libertad y emancipación”. La Perestroika, decía, “…[nos] ha traído la libertad y la emancipación… Nos hemos abierto al mundo… al
haber estado confrontados al resto del mundo, nos habíamos privado de la oportunidad de participar en el progreso de la civilización en su momento más crucial. Hemos sufrido terribles [pérdidas], posiblemente nuestras mayores pérdidas, por esta razón”.
Así fue llevada a un final ignominioso la otrora gloriosa Unión Soviética, la primera patria del proletariado internacional y la base de la revolución proletaria mundial, gracias a los estragos de la camarilla jruschovista durante un periodo de tres décadas y media, camarilla que fue sustituida por un capitalismo mafioso, encabezado por un puñado de cleptómanos, que robaron las grandes riquezas y los grandes recursos
creados y cuidados por el pueblo soviético durante siete décadas de lucha titánica contra las fuerzas de la reacción y el imperialismo.
Es de una importancia crucial para el proletariado internacional y los pueblos oprimidos del mundo el comprender las causas de la destrucción del PCUS y de la URSS. La interpretación del colapso soviético está íntimamente ligada a las luchas del futuro. El proletariado difícilmente podrá luchar por el socialismo y hacer los sacrificios necesarios para conseguirlo, si cree que se trata de un sistema fallido. Difícilmente podrá acometer una seria tentativa por derrocar el capitalismo, si está convencido de que la economía de mercado es la panacea de la liberación de la humanidad.
Este libro trata de mostrar que la URSS y el PCUS no colapsaron debido a algún error inherente a la ciencia marxista-leninista, sino debido a la desviación de aquella ciencia por parte de la dirección jruschovista del PCUS, que fue responsable de una revisión y una tergiversación completas del marxismo-leninismo en los
terrenos de la economía política, la filosofía y la lucha de clases durante un periodo más de tres décadas.
Durante este tiempo, las tergiversaciones, las falsificaciones y las desviaciones del marxismo-leninismo se fueron multiplicando, y a la postre la cantidad se transformó en calidad. Lo que se había iniciado bajo Jruschov en forma de ligero goteo, adquirió en tiempos de Gorbachov las proporciones de un verdadero torrente, culminando con la restauración del capitalismo en el país de los soviets, el país de Lenin y de Stalin - el
país del socialismo triunfante. Por tanto, no fue el marxismo-leninismo lo que fracasó: fue el revisionismo el que, inevitablemente, fracasó de forma estrepitosa, llevándose consigo a la URSS. Poco a poco, este fracaso del revisionismo, la “manifestación de la influencia burguesa en el proletariado y la corrupción burguesa de los trabajadores”, ha ido obligando a los partidos proletarios de todo el mundo a analizar de manera más concienzuda los sucesos en Europa del Este y en la URSS, y a sacar de ello las conclusiones y lecciones apropiadas. Los partidos comunistas se han dado cuenta de la necesidad de afilar sus armas ideológicas y de luchar contra la disminución del nivel teórico, que ha
ido produciéndose desde la usurpación de la dirección del PCUS por parte de los jruschovistas, en el XX Congreso del Partido en 1956.
Esta disminución del nivel teórico es lo que explica que un número tan elevado de partidos obreros en todo el mundo hayan actuado como impotentes espectadores de las arremetidas del revisionismo. El fracaso del revisionismo está ahora llevándoles cada vez más a asimilar que “sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria”.
Es necesario que los Partidos Comunistas se den cuenta de que “el papel de vanguardia combatiente solamente puede ser cumplido por un partido guiado por la más avanzada teoría”. “Nunca insistiremos lo suficiente en ello” dice Lenin, “en un momento en que las predicas de
moda del oportunismo van de la mano con un encaprichamiento por las más inofensivas formas de actividad práctica”.
CONTENIDO
Prefacio
Capítulo 1 La Perestroika - Una firme salida del Leninismo
Capítulo 2 La Economía de la Perestroika - La firme salida del Marxismo-Leninismo I
Capítulo 3 La Economía de la perestroika - La firme salida del marxismo-leninismo II
Capítulo 4 La Economía de la perestroika - La firme salida del marxismo-leninismo III
Capítulo 5 La glásnost - Otra firme salida del marxismo-leninismo
Capítulo 6 La glásnost - Otra firme salida del marxismo-leninismo
II
Capítulo 7 Cuestiones históricas - Una revaluación del pasado
Parte I
Capítulo 8 Cuestiones históricas - Una revaluación del pasado
Parte II Stalin y el papel del campesinado
Capítulo 9 Cuestiones históricas - Una revaluación del pasado
Parte III Stalin y la “decapitación” del Partido y el Ejército Rojo.
Capítulo 10 Cuestiones históricas - Una revaluación del pasado
Parte IV Stalin y el “Culto de la Personalidad
Capítulo 11 Economía de la Lucha de las clases Bajo el Socialismo ¿Por qué ese Odio Venenoso hacia Stalin?