28/08/2025
El mejor café que he tomado en mi vida fue en una vetusta cafetería de barrio en la que caí por casualidad. El café era bueno, pero la charla que tuve con Vicente, el camarero y dueño, fue excepcional.
La mejor comida que he hecho fue en un Bar-restaurante de carretera al que llegué también de casualidad, buscando una gasolinera. Comí borrajas con almejas y un guisico de ternera para chuparse los dedos, pero lo mejor fue el trato amable y cercano de Rosa, la cocinera-camarera-dueña quien, con el delantal lleno de churretones, se sentó (con nuestra connivencia) con nosotros al final de la comida y con la que pasamos un rato agradabilísimo.
El mejor sitio donde me he alojado fue en casa de un amigo, una habitación pequeña, con una camita y un pequeño armario sin puertas. Pero los cuatro días que pasé en su casa no los olvidaré nunca…me trataron como si fuera de su propia familia, se desvivieron por mí y solo puedo agradecérselo.
Y no, no quiero Starbucks ni DiverXo ni Hiltons, quiero sitios y gentes sin pedigrí, pero auténticos, situaciones que merezcan la pena, que me llenen.
Y El Rugido de mi Impala es esa cafetería, ese bar-restaurante de carretera, esa habitación austera….. Al Rugido también llegué de casualidad, y me he quedado 8 años montado en ese asiento de atrás, escuchando a Esther La del Manojo de Pelis y su charla sincera. A sus invitados, entre los que, afortunadamente, pude contarme en dos ocasiones. Un podcast que nació al mismo tiempo que el mío, que ha ido llenando estos ocho años de montones de grandísimos momentos de escucha. Un podcast hecho con gran ilusión, con mucho trabajo (compaginados con familias, trabajos y quehaceres), y con una calidad indiscutible. Pero pasan estas cosas…que por diversas razones la ilusión se desvanece y uno acaba teniendo que decidir si merece la pena seguir o no. A mí también me ha pasado, querida Esther, y este año más si cabe. Yo he decidido seguir, pero podía no haberlo hecho perfectamente. Solo sé que tú volverás…porque esto engancha…y tus oyentes, y yo, te estaremos esperando. Porque, aunque seamos Davides peleando contra Goliats, la ilusión y la autenticidad siempre vencen. Vuelve pronto amiga…de momento vete haciendo la ITV todos los años al Impala para que, cuando vuelva, lo haga en todo su esplendor.
Un fuerte abrazo de un admirador
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