02/07/2025
¿Han oído ustedes hablar del “Congreso Internacional de Americanistas”? Fue una institución impulsada por la Société Américaine de Francia en 1874 y que persevera hoy día. Desde sus primeras convocatorias se buscaba relativizar el protagonismo trascendental del Imperio español en América, y para eso rebuscaron fantásticas relaciones previas con una presunta América antecolombina. De esta manera (aseguraban), fenicios, islandeses, pueblos pigmeos entrando por Bering, tribus africanas llegando desde el océano Atlántico y colonos sumerios haciendo escala en Australasia y Polinesia, habrían sido los auténticos constructores de América.
Ya a finales del siglo XVIII, el novohispano José Ignacio Borunda había retomado la idea de que Quetzalcóatl era Santo Tomás Apóstol, y que había sido este santo quien había cristianizado en carne mortal las tierras americanas quince siglos antes de ser descubiertas por los españoles.
Por su parte, el fraile dominico novohispano José Servando de Mier Noriega y Guerra aseguraba que «la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe no está pintada sobre la tilma de Juan Diego, sino sobre la capa de Santo Tomás, Apóstol de este reino», y que dicha pintura databa del siglo primero d. de C. Lo que habría ocurrido es que el apóstol Santo Tomás, ante el irredento paganismo de los indios, decidió esconder la imagen de la Virgen, permaneciendo ésta oculta hasta que llegó Hernán Cortés y se apareció al indio Juan Diego.
De este modo tan extravagante trataba de justificarse que América era cristiana desde el mismito siglo I: nada se le debe a España, por tanto, y eso que se dice por ahí de que América le debe la cristiandad es una burda maniobra de los españoles para seguir dominando y oprimiendo a los llamados pueblos originarios.
Un apunte curioso es que las primeras diez ediciones del afrancesado “Congreso Internacional de Americanistas” se celebraron en Europa y que no fue hasta 1895 (20 años más tarde), cuando se celebró por primera vez en América, concretamente en un México ya separado políticamente de España.
Si tienen curiosidad por estas cuestiones, les recomiendo la lectura de este artículo, https://filosofia.org/ave/001/a051.htm, o la revisión del capítulo «Afrancesamiento, latinidad y americanismo», que publiqué en marzo de 2019: https://youtu.be/vD6H7eg4__U?si=jCFJpk0I7TNBjlsU