01/10/2025
Hoy, alzamos la voz para rendir homenaje a quienes han recorrido el largo camino de la vida con dignidad, coraje y amor.
Hoy celebramos a quienes llamamos con orgullo nuestros abuelos, abuelas, padres, madres, vecinos sabios, maestras de antaño, trabajadores incansables…
Hoy es el Día de las Personas con Edad.
Un día para recordar que en cada cabello plateado, en cada arruga del rostro, hay una historia.
Una vida vivida.
Un corazón que ha latido fuerte, que ha amado, que ha perdido, que ha sanado, y que aún sigue amando con la misma intensidad.
A ustedes, personas mayores, que a veces caminan más lento, pero han llegado más lejos; que conocen el valor de la palabra dada, de los abrazos sinceros, de las cosas simples de la vida.
A ustedes, que han vivido transformaciones, crisis, épocas buenas y otras no tanto…, pero que nunca dejaron de luchar, de creer y de sostener a los suyos.
Hoy queremos agradecerles, desde lo más profundo del alma.
Gracias por los cuentos que nos narraron, las comidas que prepararon con amor, las manos que nos sostuvieron cuando dábamos nuestros primeros pasos.
Gracias por enseñarnos que la paciencia, la humildad y el respeto no pasan de moda.
Gracias por mostrarnos, sin decirlo, que la verdadera fortaleza está en el corazón.
Sabemos que no siempre les damos el lugar que merecen.
A veces el mundo corre tan rápido, que se olvida de quienes caminaron antes.
Pero hoy, nos detenemos para decirles que los vemos, los valoramos y los necesitamos.
Porque ustedes son memoria viva.
Son historia contada en primera persona.
Son puentes entre generaciones, guardianes de tradiciones, portadores de sabiduría.
Y también queremos pedir perdón.
Por las veces que no escuchamos suficiente.
Por las veces que no supimos cuidarlos como ustedes nos cuidaron a nosotros.
Por los silencios que se llenaron de olvido.
Estamos a tiempo de cambiar.
Estamos a tiempo de abrazar más, de llamar más y de estar más.
Que este día nos inspire a construir una sociedad más humana, donde envejecer no sea motivo de miedo, sino de orgullo.
Una sociedad que honre a sus mayores no solo en los discursos, sino en los hechos.
Con respeto, con compañía, con amor.
A todas las personas con edad…
gracias por su ejemplo, por su amor, por su vida.
Que hoy y siempre, se sientan rodeados de gratitud, ternura y reconocimiento.