07/11/2025
Soy profesor en Enseñanzas de Régimen Especial. Un 595, vamos. Y de Formación y Orientación Laboral (dentro de la familia de Organización Industrial y Legislación) en Escuelas de Arte. La mía es la única asignatura (aquí se denomina módulo) que puede parecer alejada o ajena a los ciclos formativos de grado medio y superior en varias disciplinas artísticas. O sea, que parece no tener nada que ver con la dimensión creativa de los ciclos. Me basta una sola clase para que mi alumnado vea, comprenda y compruebe que de nada sirve tu profesionalidad y amor por lo que has estudiado, si te lanzas a la aventura de emprender sin saber que el mundo te va a devorar en sólo treinta días. Me parece incomprensible que, en España, esta formación quede relegada a los últimos estadios de los ciclos formativos o similares, cuando la educación financiera, economía, relaciones laborales, propiedad intelectual y un largo etcétera (incluida la retórica y el debate) son impartidas desde tempranas edades escolares en muchos países que, así nos llevan la delantera.
Cada año lanzamos al mundo de los autónomos a cientos de jóvenes que no tienen ni idea ni nociones básicas de Seguridad Social, Hacienda o de intereses bancarios... no tienen ni una mínima noción de lo que ha de ser la gestión de su negocio, de su iniciativa -por pequeña que sea-. Son carne de cañón del fracaso emprendedor pese a que sean excelentes profesionales en lo suyo. Yo dispongo de apenas dos trimestres escasos para ayudarles a abrir los ojos... eso es todo lo que nos permite y nos da el sistema para ayudar a nuestros jóvenes a comprender la compleja y oscura realidad de la calle, del tráfico comercial... Por lo que a mi respecta, me niego a ello y les dedico el tiempo que sea necesario para ayudarles a saber coger las riendas de su futuro, para que no los engañen ni clientes, ni bancos, ni políticos y ni empresarios. Y no, no soy de los que opinan que la gente joven pasa absolutamente de todo, simplemente nos hemos desentendido de ellos (yo no).
El dibujo lo hizo, durante mi clase, Elena Martos (alumna de 2º de Ilustración de la EASD de Almería) y le pedí permiso para poder publicarla. Gracias al alumnado con el que he compartido y comparto tantas horas en diferentes puntos de Andalucía (allá donde me llamen voy feliz) me siento orgulloso de lo que hago.