Los relatos de Nyx Umbrosa, "El hacedor de Mundos".

Los relatos de Nyx Umbrosa, "El hacedor de Mundos". ¡Bienvenidos a "Los relatos de Nyx Umbrosa, el Hacedor de Mundos"!

08/07/2025

El lugar equivocado.

Merlín se encontraba satisfecho consigo mismo. Hacía un año, se había quedado sin trabajo. Aprovechando que por fin tenía tiempo para él, había creado diversas estructuras en su jardín. Toda su vida había trabajado de carpintero; sin embargo, nunca antes había podido hacer algo para sí mismo.

Sus obras llamaron la atención de sus vecinos, y pronto empezaron a ofrecerle trabajo. Gracias a eso, Merlín creó su propio negocio y ahora se encontraba en auge.

Sin embargo, temía por lo que podía pasar. Merlín vivía en una zona bastante húmeda, lo que obligaba a tratar la madera de exterior al menos cada dos años. Él informaba a todos sus clientes, pero estos le decían que no se preocupase, que así lo harían. Merlín no estaba tan seguro de sus palabras.

Efectivamente, cuando el plazo de conservación de la madera caducó, solo el jardín de Merlín y otros dos más, que habían tenido en cuenta sus recomendaciones, se mantuvieron en pie. El resto de construcciones quebraron y los afectados culparon a Merlín, el cual volvió a verse sin trabajo una vez más por la mala publicidad.

Incapaz de soportar aquellos insultos inmerecidos, Merlín decidió emigrar. Viajó y se estableció en un lugar en el que le parecía que su trabajo podría durar más. Gracias a los adornos que hizo para él, pronto tuvo varios clientes y volvió a abrir un negocio.

Merlín trabajó como siempre, pero esta vez, tuvo éxito. Su negocio prosperó y formó una familia. Cuando sus hijos crecieron, les contaba esta historia y acababa diciéndoles: “nunca penséis que sois inútiles. Tal vez, solo estáis en el lugar equivocado. Si puedes producir agua en un país en el que llueve continuamente, se reirán de ti; pero si lo haces en un país seco, te colmarán de riquezas”.

∆ FIN ∆

Los relatos de Nyx Umbrosa, " El hacedor de Mundos".

Autor: Daniel Ares Blanco.

Todos los derechos reservados

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02/07/2025

El destino de Tom y Wallace

Tom y Wallace eran hermanos. Su padre había tenido un accidente. Había sido leñador y un árbol se había desviado de su trayectoria, cayéndole encima. Gertrudis, la madre de Tom y Wallace, había hecho lo que había podido para conseguir unas monedas, pero su salud se había deteriorado tanto que solo podía coser en casa. Ella intentaba explicarle todo lo que sabía a sus hijos, pero Tom huía de casa y se pasaba el día tumbado en la fresca hierba, lejos del hogar.

Por otra parte, Wallace, dándose cuenta del estado en el que se encontraba su madre, intentaba aprender lo más rápido posible lo que ella le enseñaba, a la vez que intentaba mitigar su carga de trabajo.

El esfuerzo de Wallace fue en vano. Gertrudis murió meses después. Apenado y furioso con su hermano por no haber ayudado a cuidar a su madre, decidió marcharse de allí sin decirle nada.

Cuando Tom se vio solo y sin nada que llevarse a la boca, intentó buscar trabajo en cualquier cosa, pero carecía de los conocimientos y pronto se encontró mendigando por las calles.

Wallace caminó lejos de su hogar y llegó a un país dónde se fijó en qué todos vestían con un estilo simple. Aquello le llamó la atención y buscó a los sastres. Solo había uno, y no era muy bueno. Seguramente se debía a qué no tenía competencia.

Animado por el nuevo descubrimiento, Wallace se puso a coser ropas algo elaboradas y poco a poco fue dándose a conocer.

Con el paso de los años, creó su propio negocio y formó una familia.

Un día, cuando sus hijos llevaban el negocio y él disfrutaba de su merecido descanso, un antiguo vecino lo reconoció. Ambos habían sido amigos, aunque no habían jugado apenas, debido a los problemas familiares. Su amigo le contó que Tom había mu**to mucho tiempo atrás.

- Tú; sin embargo, has tenido mucha suerte – le dijo al conocer su imperio.

Wallace lo observó incrédulo. ¿Suerte? No lo negaba. Pero su madre había intentado ofrecer a los dos hermanos las mismas oportunidades. ¿Qué culpa tenía él de que su hermano hubiese huido de todo aquello? Tom había disfrutado de joven y él lo hacía ahora.

∆ FIN ∆

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28/06/2025

El Precio del Perdón

Donnie caminaba al lado de su padre. Sabía el día que era hoy. Cada mes, se repetía la misma rutina.

Cruzaron todo el pueblo para llegar al barrio de los parias. Allí malvivían un pequeño grupo de personas que se preocupaba más de tener algo de alcohol que llevarse a la boca que de la comida. A Donnie le molestaba profundamente el olor, pero aguantaba. Siempre que llegaba aquel día, su padre se entristecía y apenas hablaba. Como era habitual, llegaron al lugar que Frankie frecuentaba.

—Toma —dijo Dexter, el padre de Donnie, depositando una pequeña bolsa con monedas en sus manos—. Lo siento mucho. Este mes no he podido conseguir más.

—Está bien. No hay problema —respondió Frankie sin emoción alguna, como si estuviese en otro mundo.

Tras esa ceremonia rutinaria, se dieron la vuelta y, cuando ya estaban algo lejos, Frankie les gritó:

—¡Eh, Dexter! Deberías de dejar de hacer esto. No es bueno para nadie.

Donnie pudo notar como su padre se estremeció como si sintiese un escalofrío, pero no se molestó en mirar atrás. A Donnie le había molestado el comentario de Frankie. Su padre intentaba ayudar y a él parecía no importarle. Apretó los puños y no dijo nada. Tan solo miró a su padre con orgullo. Desde que tenía uso de razón, su padre siempre había mostrado ser una persona generosa y que se preocupaba por los demás. Antaño se preguntaba por qué solo ayudaba a Frankie en vez de a todos los parias, pero supuso que Frankie era el líder y que distribuía el dinero entre todos.

Donnie se dio cuenta de que su padre caminaba más lento. Se estaban acercando a la cantina. Esa era la peor parte. Entraron despacio y allí pudieron ver a Jaimie, completamente ebrio.

Dexter se le acercó y le mostró la bolsa con el dinero. Jaimie miró para él como si no lo reconociese. Luego, abrió la boca y golpeó la bolsa para acabar lanzando un directo a la mandíbula de Dexter. Este cayó entre varias sillas. Nadie de los presentes hizo nada y Donnie temió por su padre. Jaimie solía ser bastante violento. Se puso delante de él aguantando las lágrimas. ¿Por qué golpeaba a su padre cuando gracias al dinero que él le daba mantenía su vicio de alcohol?

Jaimie lo miró y Donnie tembló. El hombre no estaba en sus cabales y le dio una bofetada que lo hizo caer al suelo.

—¡Basta, Jaimie! —se incorporó Dexter—. ¡Él no tiene nada que ver!

—Oh, él no tiene culpa —abrió los ojos al tiempo que hablaba con tono burlón—. Y Sally sí la tenía, ¿no?

Una vez más, nadie dijo nada y Donnie pudo observar como algunos clientes del local bajaban la mirada a sus copas, con tristeza. En ese momento, Jaimie volvió a golpear a Dexter y dejó caer unas lágrimas al tiempo que se marchaba.

—¡Cabrón! —lo insultó sin volver la vista atrás—. Me das asco.

Donnie se acercó a su padre y lo abrazó. Parecía relajado. Notando que su hijo temblaba, Dexter intentó consolarlo.

—Tranquilo, no pasó nada.

—Pero, ¿por qué te hace esto? Tú lo estás ayudando.

Dexter bajó la cabeza y se incorporó. Agarró a Donnie de la mano y regresaron a su hogar. Allí, se sentó en un desgastado sofá y colocó a su hijo en su regazo. Después, tragó aire.

—¿Sabes, hijo? Yo era un macarra de joven. Siempre abusaba de Frankie y otros muchos. Jaimie era uno de mis pocos amigos. Un día estaba borracho y quise ir al pueblo vecino de fiesta. Jaimie se opuso. Bajo los efectos del alcohol, lo golpeé y convencí a Sally, que era su novia, para ir con un grupo de amigos. Me salí de la carretera y solo yo sobreviví. Ese día, cambió todo para mí. Jaimie estaba profundamente enamorado de Sally, así que, al morir por mi culpa, la tomó conmigo. Tu madre no sabía lo ca**ón que yo era y, gracias al accidente, lo descubrió. Cuando naciste, se fue. He intentado corregir mis errores y sé que Frankie me ha perdonado, pero todavía encuentro paz cuando le doy parte de mis ganancias —hizo una pausa y suspiró—. Con Jaimie es más complicado. No puedo devolverle a Sally ni pagarle por mi error.

El silencio ocupó su lugar en el salón y Donnie permaneció impactado. Su padre, que tanto adoraba, no era tan maravilloso como él había creído hasta ahora. Ya no sabía qué pensar.

—¿No eres capaz de seguir adelante? —preguntó Donnie.

—Lo intento, pero me gustaría contar con el perdón de los demás.

—¿Has pensado que, a lo mejor, ellos no pueden continuar sus vidas porque tú los obligas a vivir en el pasado?

Dexter sintió un golpe en el corazón. Su hijo tenía razón. Jaimie no podía olvidar a Sally por su culpa. Él se la recordaba. Si no lo volviese a ver, quizás pudiese rehacer su vida. Ahora conseguía ponerse en el lugar de Jaimie: era más fácil culparlo a él, que salir adelante y vivir la vida.

—¿Estás dispuesto a empezar de cero? —le preguntó a su hijo.

Donnie asintió. Él también quería que su padre encontrase la paz.

∆ FIN ∆

Los relatos de Nyx Umbrosa, " El hacedor de Mundos".

Autor: Daniel Ares Blanco.

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08/06/2025
El próximo jueves estaremos en Bertamiráns, en Huargo Artis, una librería que tiene de todo y que organiza diversos tipo...
27/05/2025

El próximo jueves estaremos en Bertamiráns, en Huargo Artis, una librería que tiene de todo y que organiza diversos tipos de eventos. Si, además de los libros, te gusta el tema friki, ahí encontrarás tu lugar ;)

LA DAMA DE AZULTomás se encontraba en uno de sus viajes de descubrimiento. Como buscador que era, tan solo le importaba ...
22/05/2025

LA DAMA DE AZUL

Tomás se encontraba en uno de sus viajes de descubrimiento. Como buscador que era, tan solo le importaba encontrar algo diferente. No perseguía un objetivo en concreto.
En el pequeño pueblo que había visitado el día anterior, le habían hablado sobre las ruinas de un castillo. Con la idea de un nuevo hallazgo, ahora se encontraba en el bosque, cerca de las ruinas nombradas; sin embargo, como el atardecer estaba llegando a su fin, Tomás decidió improvisar su pequeño campamento. Montó la tienda de campaña, pequeña, pero práctica, y encendió una hoguera.
Mientras acababa de preparar todo, notó un movimiento en la maleza. Observó en aquella dirección y al momento vio salir un cazador.
- Pero, hombre. ¿Qué hace aquí? – le preguntó el cazador, visiblemente sorprendido.
Tomás se presentó y le contó el motivo de su visita, a lo que el cazador respondió:
- Yo de usted me iría cuanto antes de aquí. Hoy habrá luna llena, y cuando eso pasa, se pueden escuchar las risas de la bruja que quemó el castillo.
Ante la mirada de incertidumbre de Tomás, el cazador supuso que no conocía la historia que allí había ocurrido.
- Aún tenemos algo de tiempo hasta medianoche – dijo el hombre – Si está interesado en la leyenda, se la contaré encantado.
Tomás se lo agradeció y le ofreció una taza de café del termo que siempre llevaba con él. Su interlocutor aceptó gustoso y se sentó al lado de la lumbre que empezaba a prender.
- La historia ocurrió hace 500 años. Cuentan que ahí delante había un castillo, aunque ahora, viendo los restos que hay, nadie podría asegurarlo. El caso es que los nobles del lugar eran muy ricos y, una vez al mes ofrecían una fiesta a puertas abiertas. Incluso los campesinos podían acudir. Esa noche, nadie pasaba hambre.
El cazador sorbió un poco del café caliente antes de continuar.
- Una noche en la que se celebraba la velada, acudió una joven campesina muy hermosa. Tanto, que hasta los propios nobles la invitaron a subir a la primera planta, dónde nadie sin invitación podía ir. No se sabe muy bien que fue lo que sucedió, pero la historia que yo siempre escuché, decía que la joven, verde de envidia por la riqueza que otros tenían, empezó a reírse como una loca e incendió el castillo con ella misma dentro para así quedarse con todo.
El hombre bebió otro trago de café. Como se demoraba en continuar, Tomás preguntó:
- ¿Murieron todos?
- Mmm. Sí y no. Ese día solo la mujer falleció. Contaban que el fuego no había sido normal y que había quemado hasta las mismísimas piedras, y que la mujer era una bruja. A pesar de que los anfitriones y el resto de invitados lograron huir de aquel incendio, todos los nobles fueron muriendo en los siguientes días, uno a uno. Lo sorprendente fue que todos sufrieron horribles dolores y vomitaban algo verde y viscoso.
A Tomás le temblaban las piernas. Él no era miedoso, pero escuchar aquella historia en el medio de un bosque y sabiendo que iba a pasar la noche solo, le erizaba el vello.
- Desde entonces – prosiguió el cazador – algunas personas dicen que se puede escuchar la risa de la mujer en noches como esta, y que nadie está a salvo. Como comprenderá, nunca me he molestado en comprobarlo, y hoy tampoco lo haré – el hombre se incorporó para despedirse – Si estuviese en vuestro lugar, me iría de aquí ahora mismo.
Tomás le agradeció la historia y el hombre se fue. Él no creía en esos cuentos, pero tampoco era capaz de engañar al miedo que se había asentado en su cuerpo al notarse a solas en el bosque. Torpemente, apagó la hoguera y se introdujo en la tienda. Mañana, a la luz del sol, seguro que el castillo no le provocaba miedo.
Tardó en dormirse y, justo cuando empezaba a conciliar el sueño, se sobresaltó al escuchar un quejido siniestro, como de ultratumba. Tomás intentó cubrirse los oídos, pero aquel extraño sonido persistió en el ambiente. Cuando empezó a acostumbrarse a ello, pensó en qué podría ser, y si la historia era cierta o alguien le estaba gastando una broma. En ese momento, se dio cuenta de que el sonido no era una risa, sino que parecía el llanto de una mujer. A pesar del temor que sentía, Tomás no podía dejar a una mujer en esas condiciones, por lo que abandonó la tienda y caminó tratando de no hacer ruido.
Desde detrás de unos arbustos, pudo ver la figura de una mujer que resplandecía con un color azulado y flotaba al tiempo que lloraba. El espectro no tenía piernas y vestía un largo vestido con una falda tipo campana de épocas pasadas. Como Tomás era incapaz de resistirse a las lágrimas de una mujer, se atrevió a mostrarse, a pesar de que su cuerpo no dejaba de temblar.
- ¿Puedo ayudarte de alguna manera? – preguntó Tomás con tristeza.
Sin saber por qué, él mismo había empezado a llorar. De alguna manera, sentía parte del dolor de aquella alma en pena.
La figura se giró hacia él y, con un chillido estridente, se abalanzó al tiempo que las uñas de una mano se volvían largas y afiladas.
- ¡Un hombre!
Tomás no pudo cerrar los ojos. El rostro de aquella mujer estaba deforme y era terrorífico, como si hubiese sido quemado. Una nueva lágrima de dolor brotó de sus ojos. El espectro, viendo las lágrimas de Tomás y, percibiendo algo en él, se detuvo justo antes de hacerle daño. Ambos se observaron fijamente. Tomás no sabía qué le iba a suceder. Le costaba mantenerse en pie. Aun así, se preguntaba por qué el cazador le había dicho que “la bruja” se reía. Claramente, agonizaba de tristeza.
- Tú no eres como los otros hombres – dijo el espectro.
Lo que antes había sido una voz aguda y horripilante, ahora se había vuelto suave y dulce. Sin saber por qué, Tomás se sintió a salvo y repitió su pregunta:
- ¿Puedo ayudarte en algo?
El rostro de la mujer observó la luna llena. Una lágrima brotó del único ojo que tenía sano y, volviendo la mirada a Tomás, respondió:
- Baila conmigo.
Una hermosa melodía empezó a sonar y Tomás, a pesar de la repulsión que le producía aquel rostro, le ofreció sus manos suavemente. Ella respondió y se colocó a su altura. A medida que la música sonaba, Tomás y la mujer bailaban y giraban. El tiempo parecía haberse detenido como si estuviesen en un sueño y, a pesar de que pasaba y pasaba, Tomás era incapaz de saber cuánto tiempo llevaban bailando. Sin embargo, no notaba cansancio alguno y se sentía en paz.
De repente, la mujer apoyó la cabeza en su hombro mientras seguían danzando. Sollozó suavemente, y le susurró su historia:
- Bailar en un gran salón. Ese era mi sueño. Me había preparado para la fiesta y soñaba con bailar con un príncipe. Uno de los anfitriones se me acercó con una sonrisa. Él era joven y guapo. Parecía mi príncipe soñado. ¡Ilusa de mí! Me invitó a subir a la primera planta, prometiéndome que después bailaríamos el resto de la noche. Yo lo seguí con la esperanza de cumplir mi sueño. Me llevó a una habitación, y allí me tomó a la fuerza.
La mujer incrementó sus sollozos y el llanto acudió. Tomás se llenaba de ira ante la impotencia de la situación, pero ahora tan solo podía seguir bailando para consolarla. Cuando se hubo tranquilizado, continuó:
- No solo él. Todos los anfitriones me cubrieron, forzándome. Eso era lo que hacían aquellos desalmados en las fiestas que celebraban una vez al mes. Recuerdo sus rostros. Yo lloraba y suplicaba, pero ellos se reían y me golpeaban. Me decían que me pagarían y que me estuviese quieta, pero yo no deseaba nada de aquello. ¡Solo quería bailar!
Un nuevo torrente de lágrimas acudió a sus ojos. Tomás siguió bailando al son de la música que parecía no acabar nunca. Durante lo que parecieron horas, escucho la melodía mezclada con lloros. Tomás no sabía qué hacer ni como tranquilizarla. ¡Le daba igual su rostro! ¡Ella había sido una víctima! Pero ahora no era capaz de hablar. El único consuelo que le quedaba era seguir bailando.
- Cuando acabaron conmigo – prosiguió cuando se vio capaz – apenas podía moverme y no sentía mi cuerpo. Solo me sentía sucia y quería morirme. Me tiraron monedas encima mientras se reían. ¡Los odié a todos tanto…! Me dejaron en la habitación y continuaron su velada como si nada. En cuanto fui capaz de moverme, quemé todo. Solo las llamas me podían limpiar esa suciedad. Los culpables escaparon. No solo eso. Me difamaron y dijeron que era una bruja. El dolor y el odio me hicieron volver en la forma que soy ahora. Así pude vengarme. Uno por uno, les hice sufrir lo que me hicieron sufrir a mí.
El sol empezó a mostrarse y la música cesó. La mujer detuvo el baile y Tomás pudo ver que empezaba a desvanecerse poco a poco. Observándolo con ternura, el espectro le cogió la mano y le colocó un pequeño aro quemado en su anular.
- Gracias, mi príncipe azul – dijo ella esbozando una sonrisa y dándole un beso en la mejilla al tiempo que desaparecía del todo.
De repente, el cansancio de toda la noche se acumuló en el cuerpo de Tomas y cayó agotado.
Lo despertó horas más tarde el cazador de la noche anterior.
- ¿Qué haces durmiendo aquí? Bueno, lo importante es que estás bien.
Tomás miró a su alrededor y vio los restos del viejo salón de baile. Todo aquello le había parecido un sueño. Sin querer, se llevó la mano al dedo anular y pudo ver un viejo anillo. No parecía tener valor alguno, pero Tomás lo mantendría con él. Era su prueba de que la realidad y lo sobrenatural estaban más cerca de lo que se creía.

Los relatos de Nyx Umbrosa, " El hacedor de Mundos".
Autor: Daniel Ares Blanco.
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Este jueves estaremos en Lugo. Tened en cuenta que, aunque el espectáculo es gratuito, hay que sacar entrada.
12/05/2025

Este jueves estaremos en Lugo. Tened en cuenta que, aunque el espectáculo es gratuito, hay que sacar entrada.

La maldición de la gitanaMercedes se encontraba tomando un café en su casa. Apoyada sobre la mesa, recapacitaba sobre lo...
10/05/2025

La maldición de la gitana

Mercedes se encontraba tomando un café en su casa. Apoyada sobre la mesa, recapacitaba sobre lo que estaba a punto de hacer: separarse de su marido.

Había sido feliz con él y aún lo quería; sin embargo, ya no podía aguantar más la situación tan delicada con la que convivían.
Recordó como cinco años atrás caminaban felices y abrazados, disfrutando de unas vacaciones en pareja. Tan solo habían viajado a un pueblo cercano, pero era suficiente para ellos. Recordaba nítidamente cómo una gitana se había acercado a ellos y les había hablado:

- Hacen muy buena pareja, sí señores, muy buena pareja. ¿Permiten que les lea su buenaventura?

Samuel, su novio en aquel entonces y ahora marido, le había contestado de malas formas a la mujer. La gitana, haciendo caso omiso a los comentarios despectivos de Samuel, se dirigió a Mercedes:

- Y usted, señorita, ¿no le interesa saber que le depara el futuro?

Samuel soltó unos improperios más y juntos se alejaron de la adivina. Sin embargo, cuando se estaban alejando, la mujer vociferó:

- ¡Yo os maldigo por vuestros modales! ¡Ni dos años duraréis juntos desde que os caséis!
Ahora, Mercedes se lamentaba de haber vivido aquella situación. Si Samuel no hubiese actuado de aquella manera… La maldición de la gitana parecía haber surtido efecto. Mercedes ya no podía seguir viviendo así.
- Ya hemos terminado, señora – dijeron dos hombres detrás de ella.

Mercedes se levantó, asintió con tristeza, y les pagó. Sabía que, si trataba de dialogar más con Samuel, ella continuaría sufriendo. Por eso había contratado a una empresa para que hiciese los arreglos necesarios en menos de veinticuatro horas sin que su marido se diese cuenta. Esa noche pensaba llevar a cabo la separación. Ya había sufrido demasiado. Pacientemente había hablado con Samuel sobre el problema y él le había prometido cambiar en muchas ocasiones. Ella había esperado, pero todo continuaba igual.

Suspiró. La separación no tenía porque ser algo malo. Cada uno tendría su propio espacio y seguirían viéndose. No era para tanto.
Por la noche, cuando Samuel llegó, Mercedes lo estaba esperando con su comida favorita en el plato. Intentaba hacer la separación más llevadera.

- Yo… lo siento, Samuel. He tomado la decisión de separarnos – dijo Mercedes apenas habían empezado a cenar.

- Mi amor, podemos arreglarlo. Puedo cambiar.
- No, Samuel. Basta de mentiras. Hasta ahora no has puesto de tu parte.

El hombre bajó la cabeza, avergonzado. Su mujer tenía razón.

- Es verdad. Tienes toda la razón. Me es imposible negarme a los placeres de la carne. Es superior a mí.

- Lo sé. Te sigo queriendo – intentó animarlo Mercedes – Pero seguramente esto sea lo mejor para los dos.

El resto de la cena transcurrió en silencio y, cuando Samuel quiso ayudar a recoger la mesa, Mercedes abrió la puerta y dijo:

- Ya recojo yo. Creo que es mejor que te vayas acostumbrando cuanto antes.

Samuel se levantó, como si lo hubiesen golpeado y, mientras cruzaba la puerta, le susurró:

- Gracias por haberme aguantado hasta ahora.
Eso hizo brotar una sonrisa en el rostro de Mercedes. Con emociones encontradas en su interior, acabó de recoger la cocina y se retiró a su dormitorio. Se acostó en la cama de matrimonio y se sorprendió. Nunca había sentido que la cama fuese tan espaciosa. Podía acostumbrarse a tener toda la cama para ella fácilmente. Estirándose, se preguntó que tal estaría Samuel en la habitación de al lado. Si él no hubiese engordado tanto, ella tendría algo de sitio en la cama y podría dormir a gusto, pero gracias a que él no se resistía a la comida, especialmente a la carne, ahora tenían que dormir separados.

[FIN]

Los relatos de Nyx Umbrosa, " El hacedor de Mundos".

Autor: Daniel Ares Blanco.
Todos los derechos reservados

¡MONSTRUO!El grupo de amigos observó a Lois. Habían planeado una actividad deportiva extrema, como solían hacer cuando p...
05/05/2025

¡MONSTRUO!

El grupo de amigos observó a Lois. Habían planeado una actividad deportiva extrema, como solían hacer cuando podía. Lois había llegado nuevo al instituto y les parecía un chico muy majo, pero ya era la segunda vez que rechazaba una aventura.
—Lois, ¿no te gustan las aventuras? —le preguntó Mike.
—Lo siento, es que no puedo ir.
De vuelta a casa, Lois caminaba taciturno. Claro que le gustaría ir con sus amigos de aventuras, pero temía perderlos si se hacía alguna herida. Desde que tenía uso de la razón, Lois recordaba que, de sus heridas, salía sangre verde. Sus padres siempre le habían dicho que no le diese importancia; sin embargo, siempre que había sangrado por alguna herida o rasguño, la gente lo llamaba monstruo y se alejaba de él. Así había ido perdiendo a todos los amigos que había tenido. Por eso había cambiado tantas veces de colegio. Ahora procuraba evitar cualquier actividad peligrosa.
Lois caminaba tan inmerso en sus recuerdos que, sin darse cuenta, pisó mal y se cayó por las escaleras del parque que llevaba a su casa. Tardó en reaccionar durante la caída, lo que provocó que golpease el suelo con el rostro. Temiendo lo peor, se cubrió la nariz con un pañuelo y miró a su alrededor, preocupado de que alguien lo viese.
Se quedó atónito al ver a sus amigos. Seguramente lo habían seguido con la idea de convencerlo. Sus caras reflejaban que habían visto su sangre. Lois empezó a llorar. Volvería a perderlo todo.
—¿Estás bien? —le preguntó Mike, acercándose a él.
—¿Es eso sangre? —se extrañó Sara.
Lois era incapaz de hablar. Pronto escucharía la palabra “monstruo” y se irían corriendo. Cerró los ojos y deseó poder no escuchar nada. Le pareció que su deseo se cumplía, pues el silencio reinó. Sin embargo, podía oír los trinos de los pájaros.
Abrió los ojos, llorosos, con miedo, y se encontró con sus amigos, que lo miraban con tristeza.
—¿No huis de mí? —preguntó Lois, tartamudeando.
—¿De un amigo? ¡Nunca! —contestó Ana, tajante.
—Pero soy un monstruo.
—¿Por tener sangre verde? Eso no te hace un monstruo.
Todos trataron de animar a Lois. Este era incapaz de hablar. Se sentía afortunado por haber conocido a sus amigos.
—¿Te has preguntado sobre ser un monstruo, Lois? —preguntó Mike, mirando al cielo—. No nos conocemos desde hace mucho, pero nunca te he visto hacer nada malo. Si observas día a día, el color rojo significa peligro o, en un semáforo, detenerse. El verde es avanzar. Quizás los monstruos seamos los que tenemos sangre roja.
Las palabras de Mike impactaron en Lois. Se levantó y los abrazó a todos. Viendo que podía confiar en sus amigos, no volvió a perderse ninguna excursión con ellos.

Los relatos de Nyx Umbrosa, " El hacedor de Mundos".
Autor: Daniel Ares Blanco.
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Si has disfrutado esta historia, encontrarás más en "Los relatos de Nyx Umbrosa"

📚Con motivo do Día do Libro a biblioteca de Viveiro organiza o espectáculo "A maxia dos libros", unha representación úni...
22/04/2025

📚Con motivo do Día do Libro a biblioteca de Viveiro organiza o espectáculo "A maxia dos libros", unha representación única onde Nami e O Mago da Boina dan vida a diversos fragmentos dos libros de Crónicas do Mago Errante. Esta experiencia cómica está deseñada tanto para adultos como para nenos, fusionando a maxia cos beneficios da lectura. Unha viaxe fascinante que encantará a toda a familia
Reservas no teléfono 982570606. Aforo limitado
📚Con motivo del Día del Libro la biblioteca de Viveiro organiza el espectáculo "A maxia dos libros", una representación única donde Nami y El Mago de la Boina dan vida a diversos fragmentos de los libros de Crónicas do Mago Errante. Esta experiencia cómica está diseñada tanto para adultos como para niños, fusionando la magia con los beneficios de la lectura. Una viaje fascinante que encantará a toda la familia
Reservas en el teléfono 982570606. Aforo limitado

21/04/2025

BIBLIOTECA MUNICIPAL DE CORISTANCO| A Biblioteca Municipal de Coristanco acollerá a presentación dos libros:

✨ "El viajero" e "Auge y caída del clan Fu" de Daniel Ares✨ Los relatos de Nyx Umbrosa, "El hacedor de Mundos".

🗓 Data: 25/04/2025
🕕 Hora: 19.30h
📍 Lugar: Biblioteca Municipal de Coristanco

O autor Daniel Ares acompañaranos nesta xornada para achegarnos ao universo das Crónicas do Mago Errante, un relato trepidante que mestura intriga, emoción e un retrato familiar inesquecible.

💬 Ao remate da presentación haberá un coloquio co autor e sinatura de exemplares.

🎉 Actividade aberta a todo o público. Non perdas esta oportunidade de coñecer de preto unha historia fascinante e o seu creador!

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