24/11/2025
Cuando llegaron los agentes, esperaban encontrar equipo robado, pero en cambio, se quedaron paralizados. Bajo la intensa luz de una lámpara, un hipopótamo bebé yacía en la mesa de operaciones.
A su lado, un miembro de la tribu descalzo, con las manos firmes y el rostro sereno, cosía una herida con asombrosa precisión. Nadie se movió. Nadie habló. Simplemente lo vieron terminar lo que había empezado.
Cuando finalmente levantó la vista, no echó a correr. Simplemente asintió, como diciendo que ya estaba todo bien. La policía lo arrestó de todos modos. No hablaba inglés, no se resistió, no pidió nada.
Pero cuando llegaron los agentes de fauna silvestre más tarde, se quedaron atónitos. Dijeron que el hipopótamo bebé habría mu**to en menos de una hora y que la cirugía se había realizado impecablemente.
Días después, las imágenes de las cámaras de seguridad lo confirmaron. El misterioso hombre no estaba robando, estaba salvando una vida. Ahora, el mundo conoce su historia. Miles de personas han firmado peticiones exigiendo su liberación y que se le conceda algo que siempre ha tenido pero que nunca le ofrecieron: la oportunidad de estudiar medicina de verdad.