11/12/2025
REFLEXIÓN CATÓLICA:
¿Y ESE “ESPÍRITU DE NAVIDAD”… DE QUIÉN ES?
(Para los que creen que Navidad = petardos, uvas, cena y música, pero no Evangelio.)
Hay gente que cada diciembre habla del “espíritu de Navidad”, pero parecen referirse al espíritu de consumo, al espíritu de fiesta o al espíritu de Instagram, menos al Espíritu Santo, que es quien realmente prepara nuestros corazones para recibir a Cristo.
Muchos creen que Navidad es:
Petardos
Uvas
Cena abundante
Música
Bailes
Fotos para redes
Pero no se preguntan algo básico y profundamente cristiano:
¿Dónde quedó Jesús en todo eso?
¿Y dónde quedó el prójimo… ese que Cristo puso como condición para entrar al Reino?
(Lee Mateo 25:35-40… “Lo que hicieron con uno de estos mis pequeños, conmigo lo hicieron”.)
¿De verdad celebramos a Cristo… o solo celebramos nuestra barriga?
Porque mientras tú estás preocupado por si habrá pavo, chancho, vino o música,
hay familias —tu vecino quizá— que no tienen ni un pan para poner en la mesa.
Y Cristo no te va a preguntar cuántos petardos explotaste.
Pero sí te preguntará cuántas veces extendiste la mano a alguien que tenía frío, hambre o soledad.
Navidad no es un evento social. Navidad es un examen espiritual.
Dios se hizo hombre pobre, humilde, sin lujos, sin mesa llena,
para enseñarte que la salvación no entra por la comida… sino por el corazón.
Pero claro, hay quienes dicen:
— “No pasa nada, yo celebro a mi manera”.
Pues sí, pero tu manera no siempre coincide con la manera de Cristo.
¿Realmente estamos bien?
Pregúntatelo con sinceridad:
✔ ¿Agradeces por tu familia o das por hecho que siempre estarán?
✔ ¿Amas al prójimo o solo te acuerdas de él cuando te conviene?
✔ ¿Compartes algo con el que no tiene, o te escondes detrás del “no me alcanza”?
✔ ¿Honras al Niño Jesús… o solo honras tus tradiciones paganas de ruido y consumo?
Porque ojo:
El mundo celebra sin Cristo… pero el cristiano sin Cristo no celebra nada.
El verdadero Espíritu de la Navidad
No es emoción.
No es fiesta.
No es nostalgia.
Mucho menos es un arbolito de moda.
Es el Espíritu Santo preparando tu corazón para dejar entrar al Salvador.
Ese Salvador que vino a levantar al pobre, sanar al herido, abrazar al olvidado.
Ese que te mira y te pregunta en silencio:
“¿De verdad me estás esperando… o solo estás esperando la cena?”
“Que esta Navidad no sea un brindis vacío, sino una conversión real.”
Dale like y comparte esta reflexión para que más personas despierten, escuchen la voz de Dios y dejen de seguir doctrinas hechas a su antojo.
Javier Espinoza Álvarez
Apologista Católico