
25/09/2025
Grindelwald, la Varita de Saúco y el error de Voldemort
Gellert Grindelwald fue uno de los magos más temidos del siglo XX. Su ambición era dominar a los muggles y establecer un nuevo orden. Tras años de terror, fue derrotado en 1945 por Albus Dumbledore en un duelo considerado legendario. Dumbledore, sin embargo, no lo mató: lo encerró en Nurmengard, la prisión que el propio Grindelwald había construido.
La Varita de Saúco fue clave en su historia. Antes de enfrentarse a Dumbledore, Grindelwald la había robado a Gregorovitch, el famoso fabricante de varitas que difundió rumores de poseerla. Tras la victoria de Dumbledore, la varita pasó a reconocerlo como su verdadero dueño, aunque él nunca presumió de ello ni la usó para demostrar poder.
Décadas después, en su obsesión por derrotar a Harry Potter, Lord Voldemort persiguió la pista de la Varita de Saúco. Buscó primero a Gregorovitch, quien solo pudo mostrarle un recuerdo: un joven rubio escapando por una ventana. Más tarde, al ver una foto en casa de Bathilda Bagshot, Voldemort comprendió que aquel ladrón era Grindelwald.
El encuentro final llegó en Nurmengard. Grindelwald, ya anciano, se negó a entregarle información y le advirtió que jamás lograría dominar la varita. Voldemort, enfurecido, lo asesinó con la Maldición Asesina. Pero su soberbia lo cegó: nunca comprendió el verdadero poder del artefacto, y esa ignorancia selló su destino.
Créditos a Lord Voldemort