Radio Carisma Chimaltenango

Radio Carisma Chimaltenango Emisora Radial Católica y de Servicio Social que transmite desde Chimaltenango, Guatemala.

07/07/2025

"𝐉𝐄𝐒𝐔𝐒 𝐄𝐋 𝐁𝐔𝐄𝐍 𝐒𝐄𝐌𝐁𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑"
𝐑𝐞𝐠𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐚 𝐒𝐞𝐦𝐢𝐥𝐥𝐚 𝐝𝐞 𝐅𝐞
𝐋𝐮𝐧𝐞𝐬 𝟎𝟕 𝐉𝐮𝐥𝐢𝐨 𝟐𝟎𝟐𝟓
𝐒𝐎𝐋𝐈𝐂𝐈𝐓𝐀 𝐓𝐔 𝐂𝐀𝐍𝐓𝐎 𝐖𝐇𝐀𝐓𝐒𝐀𝐏𝐏 𝟒𝟒𝟗𝟐-𝟓𝟒𝟐𝟗 𝐎 𝐋𝐋𝐀𝐌𝐀𝐃𝐀𝐒 𝐀𝐋 𝟕𝟗𝟔𝟐𝟕𝟎𝟖𝟒

𝑳𝑨 𝑷𝑨𝑳𝑨𝑩𝑹𝑨 𝑫𝑬 𝑫𝑰𝑶𝑺, 𝑺𝑬𝑴𝑰𝑳𝑳𝑨 𝑰𝑵𝑪𝑶𝑹𝑹𝑼𝑷𝑻𝑰𝑩𝑳𝑬𝗟𝗶𝘁𝘂𝗿𝗴𝗶𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗱𝗶́𝗮 𝗟𝘂𝗻𝗲𝘀 𝟬𝟳 𝗱𝗲 𝗷𝘂𝗹𝗶𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟱𝗫𝗜𝗩 𝗦𝗲𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗧.𝗢. 𝗖𝗶𝗰𝗹𝗼 𝗖𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥𝗔 𝗟𝗘𝗖𝗧...
07/07/2025

𝑳𝑨 𝑷𝑨𝑳𝑨𝑩𝑹𝑨 𝑫𝑬 𝑫𝑰𝑶𝑺, 𝑺𝑬𝑴𝑰𝑳𝑳𝑨 𝑰𝑵𝑪𝑶𝑹𝑹𝑼𝑷𝑻𝑰𝑩𝑳𝑬
𝗟𝗶𝘁𝘂𝗿𝗴𝗶𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗱𝗶́𝗮 𝗟𝘂𝗻𝗲𝘀 𝟬𝟳 𝗱𝗲 𝗷𝘂𝗹𝗶𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟱
𝗫𝗜𝗩 𝗦𝗲𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗧.𝗢. 𝗖𝗶𝗰𝗹𝗼 𝗖

𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥𝗔 𝗟𝗘𝗖𝗧𝗨𝗥𝗔
Libro de Génesis 28,10-22a.

Jacob partió de Berseba y se dirigió hacia Jarán.
De pronto llegó a un lugar, y se detuvo en él para pasar la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso como almohada y se acostó allí.
Entonces tuvo un sueño: vio una escalinata que estaba apoyada sobre la tierra, y cuyo extremo superior tocaba el cielo. Por ella subían y bajaban ángeles de Dios.
Y el Señor, de pie junto a él, le decía: «Yo soy el señor, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra donde estás acostado.
Tu descendencia será numerosa como el polvo de la tierra; te extenderás hacia el este y el oeste, el norte y el sur; y por ti y tu descendencia, se bendecirán todas las familias de la tierra.
Yo estoy contigo: te protegeré dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré hasta haber cumplido todo lo que te prometo».
Jacob se despertó de su sueño y exclamó" "¡Verdaderamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía!".
Y lleno de temor, añadió: "¡Qué temible es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo".
A la madrugada del día siguiente, Jacob tomó la piedra que le había servido de almohada, la erigió como piedra conmemorativa, y derramó aceite sobre ella.
Y a ese lugar, que antes se llamaba luz, lo llamó Betel, que significa "Casa de Dios".
Luego Jacob hizo este voto: "Si Dios me acompaña y me protege durante el viaje que estoy realizando, si me da pan para comer y ropa para vestirme,
y si puedo regresar sano y salvo a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios.
Y esta piedra conmemorativa que acabo de erigir, será la casa de Dios. Además, le pagaré el diezmo de todo lo que me dé".
𝗣𝗔𝗟𝗔𝗕𝗥𝗔 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦

𝗦𝗔𝗟𝗠𝗢 𝗥𝗘𝗦𝗣𝗢𝗡𝗦𝗢𝗥𝗜𝗔𝗟
Salmo 91(90),1-2.3-4.14-15ab.
¡𝘿𝙞𝙤𝙨 𝙢𝙞́𝙤, 𝙘𝙤𝙣𝙛𝙞́𝙤 𝙚𝙣 𝙩𝙞!

Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío».

Él te librará de la red del cazador
y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas,
y hallarás un refugio bajo sus alas.

“Él se entregó a mí,
por eso, yo lo glorificaré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él en el peligro

𝗦𝗔𝗡𝗧𝗢 𝗘𝗩𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟𝗜𝗢
Evangelio según San Mateo 9,18-26.

Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá".
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto,
pensando: "Con sólo tocar su manto, quedaré curada".
Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: "Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado". Y desde ese instante la mujer quedó curada.
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo:
"Retírense, la niña no está mu**ta, sino que duerme". Y se reían de él.
Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó.
Y esta noticia se divulgó por aquella región.
P͜A͜L͜A͜B͜R͜A͜ D͜E͜L͜ S͜E͜Ñ͜O͜R͜

『𝗦𝗔𝗡𝗧𝗢 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗜́𝗔, 𝑺𝒂𝒏 𝑭𝒆𝒓𝒎𝒊́𝒏』San Fermín, obispo de Pamplona. El obispo de Tolosa San Saturnino le envió a predicar el Ev...
07/07/2025

『𝗦𝗔𝗡𝗧𝗢 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗜́𝗔, 𝑺𝒂𝒏 𝑭𝒆𝒓𝒎𝒊́𝒏』

San Fermín, obispo de Pamplona. El obispo de Tolosa San Saturnino le envió a predicar el Evangelio a Pamplona, le consagró por su primer obispo y, vuelto después de algunos años a las Galias, predicó el Evangelio en el norte de Francia, muriendo en Amiéns, s. II.

Pamplona era entonces Pompelon, una pequeña aglomeración urbana fundada por los romanos, presidiendo en el centro de la tierra navarra, sobre una pequeña meseta a las orillas del Arga, una llanura rodeada de montañas. Los vascos habitantes de esta llanura conocían esa población romana con el nombre de Iruña, es decir, la ciudad. Según Estrabón: "Sobre la Jaccetania, hacia el Norte, habitan los vascones, en cuyo territorio se halla Pompelon".

Pompelon, producto humano lógico, tenía para los romanos un valor estratégico, pero asimismo realizaba otra importante misión: reunía las ásperas montañas pirenaicas, tras las cuales se extendían los ubérrimos campos de Aquitania, con la comarca de las riberas colindantes con el Ebro. Pompelon era un punto de confluencia en el trazado de las vías romanas que atravesaban Navarra.

Aún no había cristianos en el país. Los más antiguos cuentos del folklore vasco, unos cuentos de contextura esquemática que resuenan todavía desde un fondo de siglos, establecen la separación de dos mundos radicalmente distintos: el mundo cristiano y el mundo anterior a la evangelización del país. Hay en algunos de esos seculares cuentos, procedentes casi todos de una edad pastoril, alusiones claras a las primeras iglesuelas cristianas y al conjunto de prevenciones y de resistencias que su emplazamiento exaltaba entre los gentiles. El vasco introdujo en su milenario idioma el adjetivo "gentil" (jentillak, los gentiles), expresando así el mundo idolátrico de sus antepasados, desconocedores del cristianismo o refractarios a su introducción.

Todos los habitantes de la tierra vasca eran entonces gentiles, lo mismo, que fuesen pastores en el campo que los avecindados en las aglomeraciones urbanas. Pompelon y sus habitantes pertenecían al mundo del paganismo. Entre esos habitantes se contaba Firmo, alto funcionario de la administración romana en la ciudad, y su esposa Eugenia, matrona de ilustre ascendencia. Todo hace imaginar, sin embargo, que Firmo y Eugenia, aunque paganos, eran creyentes, que sus almas sentían aspiraciones mucho más allá de sus efigies tutelares predilectas. Firmo y Eugenia ofrendaban, sacrificaban en los altares de su culto con la sencilla fe del pueblo que creía en sus dioses con una pasión que durante casi medio milenio hizo frente al cristianismo, que avanzaba con fuerza arrolladora. En la fe pagana del pueblo había ardor y había vitalidad. Esto explica los mártires.

En la vida de Fermín, el hijo de Firmo y Eugenia, nos movemos en un mundo de conjeturas, pero la mención del nombre de la madre evoca la gran receptibilidad de las mujeres paganas a la nueva doctrina destinada a toda la humanidad, sin excluir de la esperanza a los más humildes y despreciados, y que traía un positivo consuelo a los desesperados y a los vacilantes.

Las viejas hagiografías describen a Firmo y Eugenia dirigiéndose al templo de Júpiter para ofrecer sacrificios, y detenidos en el camino a la vista de un extranjero que con dulce y grave palabra explicaba al pueblo la figura y la doctrina de Cristo. Al llegar aquí hay que imaginarse el amoroso ardor de aquellos humildes y eficaces apóstoles, mucho más cercanos que nosotros en el tiempo a la figura de Jesús.

Firmo y Eugenia invitaron a su hogar al extranjero, hondamente impresionados por el discurso de éste. Honesto, que así se llamaba el apóstol, explicó a aquéllos los fundamentos de la religión cristiana, y cómo venía de Tolosa de Francia, de donde le había enviado el santo obispo Saturnino, discípulo de los apóstoles, con la concreta misión de difundir en Pompelon la fe de Jesucristo. Las convincentes palabras de Honesto en la intimidad del hogar de Firmo conmovieron todavía más a éste, que no solamente dio a aquél esperanzas de convertirse al cristianismo, sino que, además, manifestó deseos de conocer a Saturnino.

El santo obispo de Tolosa no tardó mucho en acceder a los deseos de Firmo. Una cosa es la gran devoción de Pamplona y Navarra a San Saturnino, pero tiene sobre todo importancia ese recio resumen de su obra apostólica que acostumbran añadir los navarros a la mención del mártir y que vale por la mejor biografía:

"San Saturnino, el que nos trajo la fe".

Cuentan que Saturnino evangelizó en Navarra más de cuarenta mil paganos, entre ellos a Firmo, Fausto y Fortunato, los tres primeros magistrados de Pompelon, y que, a impulsos de aquella ardorosa predicación, se construyó rápidamente la primera iglesia cristiana, que pronto resultó insuficiente.

Todos estos preliminares, un poco largos, resultan necesarios para explicar la figura de Fermín, el hijo de Firmo y Eugenia, niño de diez años de edad, que Honorato se encargó de modelar en el espíritu al quedar a la cabeza de la grey de Pompelon, vuelto ya Saturnino a Tolosa. La historia de Fermín, a esa grande e imprecisa distancia histórica, resulta demasiado lineal, pero no por eso menos reveladora del ardor de aquellos heroicos confesores de Jesucristo, íntimamente comprometidos a confesarla dondequiera y en cualquier situación que fuese. Honesto, dedicando con afán sus esfuerzos al alma que él adivinó excepcional del niño Fermín, obtuvo que éste, ya para los dieciocho años, hablara en público con admiración de todos los oyentes. Firmo y Eugenia enviaron entonces a Fermín a Tolosa, poniéndole bajo la dirección de Honorato, obispo y sucesor de Saturnino. Este, no menos admirado del talento y de la prudencia de Fermín, venciendo su modestia, le ordenó presbítero, consagrándolo después obispo de Pamplona, su ciudad natal.

El celo evangelista de Fermín en su tierra navarra emparejaba con el de su antecesor Saturnino. Al conjuro de la palabra entusiasta de Fermín los templos paganos se arruinaban sin objeto y los ídolos hacíanse pedazos: en poco tiempo el territorio fue llenándose de fervorosos cristianos.

Las devociones fundamentales de San Fermín eran precisamente las devociones fundamentales, dicho sea sin ánimo de paradoja: la Santísima Trinidad y la Santísima Virgen María. Invocando a la Santísima Trinidad, la devoción de las devociones, operaba milagros tan prodigiosos que los gentiles en Navarra y en las Galias llegaron a mirarle como un dios. Vamos a dejar a un lado la leyenda. Digamos en lenguaje actual que el amor de Dios inflamaba el alma de Fermín en una caridad milagrosa.

Fermín, después de ordenar suficiente número de presbíteros en su tierra, pasó a las Galias, cuyas regiones reclamaban el entusiasmo del joven obispo, pues a la sazón ardía en ellas furiosa la persecución. La indiferencia ante la persecución constituía en Fermín otra manera de predicar y no precisamente la menos eficaz. Los paganos de Agen, de la Auvernia, de Angers, de Anjou, en el corazón de las Galias, y también en Normandía, quedaban admirados de aquella presencia que daba sereno testimonio de Cristo, indiferente a todos los peligros. El ansia tranquila del martirio movía a Fermín.

Esta ansia dirigió a Fermín hacia Beauvais, donde el presidente Valerio sostenía una crudelísima persecución contra todo lo que tuviera nombre de cristiano. Fermín, encerrado muy a poco de llegar, hubiese mu**to en la prisión, víctima de durísimas privaciones y sufrimientos, de no haber acaecido la muerte de Valerio, circunstancia que el pueblo creyente aprovechó para ponerlo en libertad. La fama de su entereza moral y su gesto de comenzar a predicar públicamente a Jesucristo tan pronto como salió de la cárcel movieron en aquella ocasión eficazmente el corazón de muchos paganos, que juntamente con los viejos cristianos, contagiados todos ellos del entusiasmo de Fermín, edificaron iglesias por todo el territorio.

A Fermín, infatigable, se le señala en la Picardia y más tarde, de regreso de una correría por los Países Bajos, otra vez en la ciudad de Amiéns, capital de aquella región, en donde había de encontrar gloriosa muerte. La cercanía intuida del martirio acrecentó más todavía su santa indiferencia y el entusiasmo de Fermín, ya incontenible en su empeño de predicar a Jesucristo. Por otra parte, la fe de Fermín seguía operando prodigios asombrosos, comparables a los de los primeros apóstoles.

El pretor de Amiéns, alarmado de aquel ascendiente, llamó a su presencia a Fermín; pero, prendado de su persona y de la sinceridad de sus palabras, mandó ponerle en libertad. Pero, como Fermín insistiera en predicar al pueblo la fe en Cristo, el pretor, volviendo de su acuerdo, ordenó encerrarlo en la prisión. La agitación del pueblo creyente, mal resignado con esta medida, determinó un miedoso y cruel impulso del pretor: mandó cortar la cabeza a San Fermín en la misma cárcel. En medio de la consternación de los cristianos un tal Faustiniano, convertido por San Fermín, tuvo el valor de atreverse a rescatar el cuerpo decapitado para enterrarlo provisionalmente en una de sus heredades, y más tarde, con todo sigilo, trasladó los restos de aquel gran devoto de María a una iglesia que el mismo San Fermín había dedicado a la Santísima Virgen.

06/07/2025

JESUS EL BUEN SEMBRADOR

𝑳𝑨 𝑷𝑨𝑳𝑨𝑩𝑹𝑨 𝑫𝑬 𝑫𝑰𝑶𝑺, 𝑺𝑬𝑴𝑰𝑳𝑳𝑨 𝑰𝑵𝑪𝑶𝑹𝑹𝑼𝑷𝑻𝑰𝑩𝑳𝑬𝗟𝗶𝘁𝘂𝗿𝗴𝗶𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗱𝗶́𝗮 𝗗𝗼𝗺𝗶𝗻𝗴𝗼 𝟬𝟲 𝗱𝗲 𝗷𝘂𝗹𝗶𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟱𝗫𝗜𝗩 𝗗𝗼𝗺𝗶𝗻𝗴𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗧.𝗢. 𝗖𝗶𝗰𝗹𝗼 𝗖𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥𝗔 𝗟...
06/07/2025

𝑳𝑨 𝑷𝑨𝑳𝑨𝑩𝑹𝑨 𝑫𝑬 𝑫𝑰𝑶𝑺, 𝑺𝑬𝑴𝑰𝑳𝑳𝑨 𝑰𝑵𝑪𝑶𝑹𝑹𝑼𝑷𝑻𝑰𝑩𝑳𝑬
𝗟𝗶𝘁𝘂𝗿𝗴𝗶𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗱𝗶́𝗮 𝗗𝗼𝗺𝗶𝗻𝗴𝗼 𝟬𝟲 𝗱𝗲 𝗷𝘂𝗹𝗶𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟱
𝗫𝗜𝗩 𝗗𝗼𝗺𝗶𝗻𝗴𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗧.𝗢. 𝗖𝗶𝗰𝗹𝗼 𝗖

𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥𝗔 𝗟𝗘𝗖𝗧𝗨𝗥𝗔
Libro de Isaías 66,10-14.

¡Alégrense con Jerusalén y regocíjense a causa de ella, todos los que la aman! ¡Compartan su mismo gozo los que estaban de duelo por ella,
para ser amamantados y saciarse en sus pechos consoladores, para gustar las delicias de sus senos gloriosos!
Porque así habla el Señor: Yo haré correr hacia ella la prosperidad como un río, y la riqueza de las naciones como un torrente que se desborda. Sus niños de pecho serán llevados en brazos y acariciados sobre las rodillas.
Como un hombre es consolado por su madre, así yo los consolaré a ustedes, y ustedes serán consolados en Jerusalén.
Al ver esto, se llenarán de gozo, y sus huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus servidores, y a sus enemigos, su indignación.
𝗣𝗔𝗟𝗔𝗕𝗥𝗔 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦

𝗦𝗔𝗟𝗠𝗢 𝗥𝗘𝗦𝗣𝗢𝗡𝗦𝗢𝗥𝗜𝗔𝗟
Salmo 66(65),1-3.4-5.6-7.16.20.
¡𝘼𝙘𝙡𝙖𝙢𝙚 𝙖𝙡 𝙎𝙚𝙣̃𝙤𝙧, 𝙩𝙤𝙙𝙖 𝙡𝙖 𝙩𝙞𝙚𝙧𝙧𝙖!

¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Canten la gloria de su Nombre!
Tribútenle una alabanza gloriosa,
digan al Señor: “¡Qué admirables son tus obras!”.

Por la inmensidad de tu poder,
tus enemigos te rinden pleitesía;
Toda la tierra se postra ante ti,
y canta en tu honor, en honor de tu Nombre.

Vengan a ver las obras del Señor,
las cosas admirables que hizo por los hombres.
El convirtió el Mar en tierra firme,
a pie atravesaron el Río.

Por eso, alegrémonos en él,
que gobierna eternamente con su fuerza;
sus ojos vigilan a las naciones,
y los rebeldes no pueden sublevarse.

Los que temen al Señor, vengan a escuchar,
yo les contaré lo que hizo por mí:
Bendito sea Dios,
que no rechazó mi oración

ni apartó de mí su misericordia.

𝗦𝗘𝗚𝗨𝗡𝗗𝗔 𝗟𝗘𝗖𝗧𝗨𝗥𝗔
Carta de San Pablo a los Gálatas 6,14-18.

Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.
Estar circuncidado o no estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva criatura.
Que todos los que practican esta norma tengan paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios.
Que nadie me moleste en adelante: yo llevo en mi cuerpo las cicatrices de Jesús.
Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con ustedes. Amén.
𝗣𝗔𝗟𝗔𝗕𝗥𝗔 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦

𝗦𝗔𝗡𝗧𝗢 𝗘𝗩𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟𝗜𝗢
Evangelio según San Lucas 10,1-12.17-20.

El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'."
Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan:
'¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca'.
Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad.
Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre".
El les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos.
No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo".
P͜A͜L͜A͜B͜R͜A͜ D͜E͜L͜ S͜E͜Ñ͜O͜R͜

『𝗦𝗔𝗡𝗧𝗢 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗜́𝗔, 𝑺𝒂𝒏𝒕𝒂 𝑴𝒂𝒓𝒊́𝒂 𝑮𝒐𝒓𝒆𝒕𝒕𝒊』𝙲𝚊𝚗𝚘𝚗𝚒𝚣𝚊𝚍𝚊 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚕 𝙿𝚊𝚙𝚊 𝙿𝚒𝚘 𝚇𝙸𝙸 𝚎𝚕 𝟸𝟺 𝚍𝚎 𝚓𝚞𝚗𝚒𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟻𝟶 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝙿𝚕𝚊𝚣𝚊 𝚍𝚎 𝚂𝚊𝚗 𝙿𝚎𝚍𝚛𝚘, 𝚎𝚗...
06/07/2025

『𝗦𝗔𝗡𝗧𝗢 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗜́𝗔, 𝑺𝒂𝒏𝒕𝒂 𝑴𝒂𝒓𝒊́𝒂 𝑮𝒐𝒓𝒆𝒕𝒕𝒊』
𝙲𝚊𝚗𝚘𝚗𝚒𝚣𝚊𝚍𝚊 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚕 𝙿𝚊𝚙𝚊 𝙿𝚒𝚘 𝚇𝙸𝙸 𝚎𝚕 𝟸𝟺 𝚍𝚎 𝚓𝚞𝚗𝚒𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟻𝟶 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝙿𝚕𝚊𝚣𝚊 𝚍𝚎 𝚂𝚊𝚗 𝙿𝚎𝚍𝚛𝚘, 𝚎𝚗 𝚁𝚘𝚖𝚊.

María nació el 16 de octubre de 1890, en Corinaldo, provincia de Ancona, Italia. Hija de Luigi Goretti y Assunta Carlini, tercera de siete hijos de una familia pobre de bienes terrenales pero rica en fe y virtudes, cultivadas por medio de la oración en común, rosario todos los días y los domingos Misa y sagrada Comunión. Al día siguiente de su nacimiento fue bautizada y consagrada a la Virgen. A los seis años recibirá el sacramento de la Confirmación.

Después del nacimiento de su cuarto hijo, Luigi Goretti, por la dura crisis económica por la que atravesaba, decidió emigrar con su familia a las grandes llanuras de los campos romanos, todavía insalubres en aquella época.

Se instaló en Ferriere di Conca, poniéndose al servicio del conde Mazzoleni, es aquí donde María muestra claramente una inteligencia y una madurez precoces, donde no existía ninguna pizca de capricho, ni de desobediencia, ni de mentira. Es realmente el ángel de la familia.

Tras un año de trabajo agotador, Luigi contrajo una enfermedad fulminante, el paludismo, que lo llevó a la muerte después de padecer diez días. Como consecuencia de la muerte de Luigi, Assunta tuvo que trabajar dejando la casa a cargo de los hermanos mayores. María lloraba a menudo la muerte de su padre, y aprovecha cualquier ocasión para arrodillarse delante de su tumba, para elevar a Dios sus plegarias para que su padre goce de la gloria divina.

Junto a la labor de cuidar de sus hermanos menores, María seguía rezando y asistiendo a sus cursos de catecismo. Posteriormente, su madre contará que el rosario le resultaba necesario y, de hecho, lo llevaba siempre enrollado alrededor de la muñeca. Así como la contemplación del crucifijo, que fue para María una fuente donde se nutría de un intenso amor a Dios y de un profundo horror por el pecado.

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐍𝐒𝐎 𝐀𝐋 𝐒𝐄𝐍̃𝐎𝐑

María desde muy chica anhelaba recibir la Sagrada Eucaristía. Según era costumbre en la época, debía esperar hasta los once años, pero un día le preguntó a su madre: -Mamá, ¿cuándo tomaré la Comunión?. Quiero a Jesús. -¿Cómo vas a tomarla, si no te sabes el catecismo? Además, no sabes leer, no tenemos dinero para comprarte el vestido, los zapatos y el velo, y no tenemos ni un momento libre. -¡Pues nunca podré tomar la Comunión, mamá! ¡Y yo no puedo estar sin Jesús! -Y, ¿qué quieres que haga? No puedo dejar que vayas a comulgar como una pequeña ignorante.

Ante estas condiciones, María se comenzó a preparar con la ayuda de una persona del lugar, y todo el pueblo la ayuda proporcionándole ropa de comunión. De esta manera, recibió la Eucaristía el 29 de mayo de 1902.

La comunión constante acrecienta en ella el amor por la pureza y la anima a tomar la resolución de conservar esa angélica virtud a toda costa. Un día, tras haber oído un intercambio de frases deshonestas entre un muchacho y una de sus compañeras, le dice con indignación a su madre: -Mamá, iqué mal habla esa niña! -Procura no tomar parte nunca en esas conversaciones. -No quiero ni pensarlo, mamá; antes que hacerlo, preferiría...Y la palabra morir queda entre sus labios. Un mes después, sucedería lo que ella sentenció.

𝐏𝐔𝐑𝐄𝐙𝐀 𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀

Al entrar al servicio del conde Mazzoleni, Luigi Goretti se había asociado con Giovanni Serenelli y su hijo Alessandro. Las dos familias viven en apartamentos separados, pero la cocina es común. Luigi se arrepintió enseguida de aquella unión con Giovanni Serenelli, persona muy diferente de los suyos, bebedor y carente de discreción en sus palabras.

Después de la muerte de Luigi, Assunta y sus hijos habían caído bajo el yugo despótico de los Serenelli, María, que ha comprendido la situación, se esfuerza por apoyar a su madre: -Ánimo, mamá, no tengas miedo, que ya nos hacemos mayores. Basta con que el Señor nos conceda salud. La Providencia nos ayudará. ¡Lucharemos y seguiremos luchando!

Desde la muerte de su marido, Assunta siempre estuvó en el campo y ni siquiera tiene tiempo de ocuparse de la casa, ni de la instrucción religiosa de los más pequeños.

María se encarga de todo, en la medida de lo posible. Durante las comidas, no se sienta a la mesa hasta que no ha servido a todos, y para ella sirve las sobras. Su obsequiosidad se extiende igualmente a los Serenelli. Por su parte, Giovanni, cuya esposa había fallecido en el hospital psiquiátrico de Ancona, no se preocupa para nada de su hijo Alessandro, joven robusto de diecinueve años, grosero y vicioso, al que le gusta empapelar su habitación con imágenes obscenas y leer libros indecentes. En su lecho de muerte, Luigi Goretti había presentido el peligro que la compañía de los Serenelli representaba para sus hijos, y había repetido sin cesar a su esposa: -Assunta, regresa a Corinaldo! Por desgracia Assunta está endeudada y comprometida por un contrato de arrendamiento.

Después de tener mayor contacto con la familia Goretti, Alessandro comenzó a hacer proposiciones deshonestas a la inocente María, que en un principio no comprende.

Más tarde, al adivinar las intenciones perversas del muchacho, la joven está sobre aviso y rechaza la adulación y las amenazas. Suplica a su madre que no la deje sola en casa, pero no se atreve a explicarle claramente las causas de su pánico, pues Alessandro la ha amenazado: -Si le cuentas algo a tu madre, te mato. Su único recurso es la oración. La víspera de su muerte, María pide de nuevo llorando a su madre que no la deje sola, pero, al no recibir más explicaciones, ésta lo considera un capricho y no concede ninguna importancia a aquella reiterada súplica.

El 5 de julio, a unos cuarenta metros de la casa, están trillando las habas en la tierra. Alessandro lleva un carro arrastrado por bueyes. Lo hace girar una y otra vez sobre las habas extendidas en el suelo. Hacia las tres de la tarde, en el momento en que María se encuentra sola en casa, Alessandro dice:

-"Assunta, ¿quiere hacer el favor de llevar un momento los bueyes por mí?" Sin sospechar nada, la mujer lo hace. María, sentada en el umbral de la cocina, remienda una camisa que Alessandro le ha entregado después de comer, mientras vigila a su hermanita Teresina, que duerme a su lado.

-❞¡𝐌𝐚𝐫𝐢́𝐚!, 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐀𝐥𝐞𝐬𝐬𝐚𝐧𝐝𝐫𝐨.
-¿𝐐𝐮𝐞́ 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞𝐬?
-𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐬𝐢𝐠𝐚𝐬.
-¿𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞́?
-¡𝐬𝐢́𝐠𝐮𝐞𝐦𝐞!

-𝐒𝐢 𝐧𝐨 𝐦𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐞𝐬 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞𝐬, 𝐧𝐨 𝐭𝐞 𝐬𝐢𝐠𝐨❞.

Ante semejante resistencia, el muchacho la agarra violentamente del brazo y la arrastra hasta la cocina, atrancando la puerta. La niña grita, pero el ruido no llega hasta el exterior. Al no conseguir que la víctima se someta, Alessandro la amordaza y esgrime un puñal. María se pone a temblar pero no sucumbe. Furioso, el joven intenta con violencia arrancarle la ropa, pero María se deshace de la mordaza y grita:

-𝐍𝐨 𝐡𝐚𝐠𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐨, 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬 𝐩𝐞𝐜𝐚𝐝𝐨... 𝐈𝐫𝐚́𝐬 𝐚𝐥 𝐢𝐧𝐟𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨.

𝐏𝐨𝐜𝐨 𝐜𝐮𝐢𝐝𝐚𝐝𝐨𝐬𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐣𝐮𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬, 𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐠𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐥𝐞𝐯𝐚𝐧𝐭𝐚 𝐞𝐥 𝐚𝐫𝐦𝐚:

-𝐒𝐢 𝐧𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐬, 𝐭𝐞 𝐦𝐚𝐭𝐨.

𝐀𝐧𝐭𝐞 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚, 𝐥𝐚 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐯𝐢𝐞𝐬𝐚 𝐚 𝐜𝐮𝐜𝐡𝐢𝐥𝐥𝐚𝐝𝐚𝐬. 𝐋𝐚 𝐧𝐢𝐧̃𝐚 𝐬𝐞 𝐩𝐨𝐧𝐞 𝐚 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐚𝐫:

-¡𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐦𝐢́𝐨! ¡𝐌𝐚𝐦𝐚́!, 𝐲 𝐜𝐚𝐞 𝐚𝐥 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐨.

Creyéndola mu**ta, el asesino tira el cuchillo y abre la puerta para huir, pero, al oírla gemir de nuevo, vuelve sobre sus pasos, recoge el arma y la traspasa otra vez de parte a parte; después, sube a encerrarse a su habitación.

María recibió catorce heridas graves y quedó inconsciente. Al recobrar el conocimiento, llama al señor Serenelli: -¡Giovanni! Alessandro me ha matado... Venga. Casi al mismo tiempo, despertada por el ruido, Teresina lanza un grito estridente, que su madre oye. Asustada, le dice a su hijo Mariano: -Corre a buscar a María; dile que Teresina la llama.

En aquel momento, Giovanni Serenelli sube las escaleras y, al ver el horrible espectáculo que se presenta ante sus ojos, exclama: -¡Assunta, y tú también, Mario, venid! . Mario Cimarelli, un jornalero de la granja, trepa por la escalera a toda prisa. La madre llega también: -¡Mamá!, gime María. -¡Es Alessandro, que quería hacerme daño! Llaman al médico ya los guardias, que llegan a tiempo para impedir que los vecinos, muy excitados, den muerte a Alessandro en el acto.

𝐒𝐔𝐅𝐑𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐑𝐄𝐃𝐄𝐍𝐓𝐎𝐑

Al llegar al hospital, los médicos se sorprendieron de que la niña todavía no haya sucumbido a sus heridas, pues ha sido alcanzado el pericardio, el corazón, el pulmón izquierdo, el diafragma y el intestino. Al diagnosticar que no tiene cura, llamaron al capellán. María se confiesa con toda claridad. Luego, durante dos horas, los médicos la cuidaron sin dormirla.

María no se lamenta, y no deja de rezar y de ofrecer sus sufrimientos a la santísima Virgen, Madre de los Dolores. Su madre consiguió que le permitan permanecer a la cabecera de la cama. María aún tiene fuerzas para consolarla: -Mamá, querida mamá, ahora estoy bien... ¿Cómo están mis hermanos y hermanas?

En un momento, María le dice a su mamá: -Mamá, dame una gota de agua. -Mi pobre María, el médico no quiere, porque sería peor para ti. Extrañada, María sigue diciendo:

-¿Cómo es posible que no pueda beber ni una gota de agua? Luego, dirige la mirada sobre Jesús crucificado, que también había dicho ¡Tengo sed!, y entendió.

El sacerdote también está a su lado, asistiéndola paternalmente. En el momento de darle la Sagrada Comunión, le preguntó: -María, ¿perdonas de todo corazón a tu asesino? Ella le respondió: -Sí, lo perdono por el amor de Jesús, y quiero que él también venga conmigo al paraíso. Quiero que esté a mi lado... Que Dios lo perdone, porque yo ya lo he perdonado.

Pasando por momentos análogos por los que pasó el Señor Jesús en la Cruz, María recibió la Eucaristía y la Extremaunción, serena, tranquila, humilde en el heroísmo de su victoria.
Después de breves momentos, se le escucha decir: "Papá". Finalmente, María entra en la gloria inmensa de la Comunión con Dios Amor. Es el día 6 de julio de 1902, a las tres de la tarde.

𝐋𝐀 𝐂𝐎𝐍𝐕𝐄𝐑𝐒𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐀𝐋𝐄𝐒𝐒𝐀𝐍𝐃𝐑𝐎

En el juicio, Alessandro, aconsejado por su abogado, confesó: -"Me gustaba. La provoqué dos veces al mal, pero no pude conseguir nada. Despechado, preparé el puñal que debía utilizar". Por ello, fue condenado a 30 años de trabajos forzados. Aparentaba no sentir ningún remordimiento del crimen tanto así que a veces se le escuchaba gritar:

-"¡Anímate, Serenelli, dentro de veintinueve años y seis meses serás un burgués!". Sin embargo, unos años más tarde, Mons. Blandini, Obispo de la diócesis donde está la prisión, decide visitar al asesino para encaminarlo al arrepentimiento. -"Está perdiendo el tiempo, monseñor -afirma el carcelero-, ¡es un duro!"

Alessandro recibió al obispo refunfuñando, pero ante el recuerdo de María, de su heroico perdón, de la bondad y de la misericordia infinitas de Dios, se deja alcanzar por la gracia. Después de salir el Prelado, llora en la soledad de la celda, ante la estupefacción de los carceleros.

Después de tener un sueño donde se le apareció María, vestida de blanco en los jardines del paraíso, Alessandro, muy cuestionado, escribió a Mons. Blandino: "Lamento sobre todo el crimen que cometí porque soy consciente de haberle quitado la vida a una pobre niña inocente que, hasta el último momento, quiso salvar su honor, sacrificándose antes que ceder a mi criminal voluntad. Pido perdón a Dios públicamente, ya la pobre familia, por el enorme crimen que cometí. Confío obtener también yo el perdón, como tantos otros en la tierra". Su sincero arrepentimiento y su buena conducta en el penal le devuelven la libertad cuatro años antes de la expiración de la pena. Después, ocupará el puesto de hortelano en un convento de capuchinos, mostrando una conducta ejemplar, y será admitido en la orden tercera de san Francisco.

Gracias a su buena disposición, Alessandro fue llamado como testigo en el proceso de beatificación de María. Resultó algo muy delicado y penoso para él, pero confesó: "Debo reparación, y debo hacer todo lo que esté en mi mano para su glorificación. Toda la culpa es mía. Me dejé llevar por la brutal pasión. Ella es una santa, una verdadera mártir. Es una de las primeras en el paraíso, después de lo que tuvo que sufrir por mi causa".

En la Navidad de 1937, Alessandro se dirigió a Corinaldo, lugar donde Assunta Goretti se había retirado con sus hijos. Lo hace simplemente para hacer reparación y pedir perdón a la madre de su víctima. Nada más llegar ante ella, le pregunta llorando. -"Assunta, ¿puede perdonarme? -Si María te perdonó -balbucea-, ¿cómo no voy a perdonarte yo?" El mismo día de Navidad, los habitantes de Corinaldo se ven sorprendidos y emocionados al ver aproximarse a la mesa de la Eucaristía, uno junto a otro, a Alessandro y Assunta.

05/07/2025

Bienvenidos a su programa "JESUS EL BUEN SEMBRADOR"

𝑳𝑨 𝑷𝑨𝑳𝑨𝑩𝑹𝑨 𝑫𝑬 𝑫𝑰𝑶𝑺, 𝑺𝑬𝑴𝑰𝑳𝑳𝑨 𝑰𝑵𝑪𝑶𝑹𝑹𝑼𝑷𝑻𝑰𝑩𝑳𝑬𝗟𝗶𝘁𝘂𝗿𝗴𝗶𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗱𝗶́𝗮 𝗦𝗮́𝗯𝗮𝗱𝗼 𝟬𝟱 𝗱𝗲 𝗷𝘂𝗹𝗶𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟱𝗫𝗜𝗜𝗜 𝘀𝗲𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗧.𝗢. 𝗖𝗶𝗰𝗹𝗼 𝗖𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥𝗔 𝗟...
05/07/2025

𝑳𝑨 𝑷𝑨𝑳𝑨𝑩𝑹𝑨 𝑫𝑬 𝑫𝑰𝑶𝑺, 𝑺𝑬𝑴𝑰𝑳𝑳𝑨 𝑰𝑵𝑪𝑶𝑹𝑹𝑼𝑷𝑻𝑰𝑩𝑳𝑬
𝗟𝗶𝘁𝘂𝗿𝗴𝗶𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗱𝗶́𝗮 𝗦𝗮́𝗯𝗮𝗱𝗼 𝟬𝟱 𝗱𝗲 𝗷𝘂𝗹𝗶𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟱
𝗫𝗜𝗜𝗜 𝘀𝗲𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗧.𝗢. 𝗖𝗶𝗰𝗹𝗼 𝗖

𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥𝗔 𝗟𝗘𝗖𝗧𝗨𝗥𝗔
Libro de Génesis 27,1-5.15-29.

Cuando Isaac envejeció, sus ojos se debilitaron tanto que ya no veía nada. Entonces llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: "¡Hijo mío!". "Aquí estoy", respondió él.
"Como ves, continuó diciendo Isaac, yo estoy viejo y puedo morir en cualquier momento.
Por eso, toma tus armas - tu aljaba y tu arco - ve al campo, y cázame algún animal silvestre.
Después prepárame una buena comida, de esas que a mí me gustan, y tráemela para que la coma. Así podré darte mi bendición antes de morir".
Rebeca había estado escuchando cuando Isaac hablaba con su hijo Esaú. Y apenas este se fue al campo a cazar un animal para su padre,
Después Rebeca tomó una ropa de su hijo mayor Esaú, la mejor que había en la casa, y se la puso a Jacob, su hijo menor;
y con el cuero de los cabritos le cubrió las manos y la parte lampiña del cuello.
Luego le entregó la comida y el pan que había preparado.
Jacob se presentó ante su padre y le dijo: "¡Padre!". Este respondió: "Sí, ¿quién eres, hijo mío?".
"Soy Esaú, tu hijo primogénito, respondió Jacob a su padre, y ya hice lo que me mandaste. Por favor, siéntate y come lo que cacé, para que puedas bendecirme".
Entonces Isaac le dijo: "¡Qué rápido lo has logrado, hijo mío!". Jacob respondió: "El Señor, tu Dios, hizo que las cosas me salieran bien".
Pero Isaac añadió: "Acércate, hijo mío, y deja que te toque, para ver si eres realmente mi hijo Esaú o no".
El se acercó a su padre; este lo palpó y dijo: "La voz es de Jacob, pero las manos son de Esaú".
Y no lo reconoció, porque sus manos estaban cubiertas de vello, como las de su hermano Esaú. Sin embargo, cuando ya se disponía a bendecirlo,
le preguntó otra vez: "¿Tú eres mi hijo Esaú?". "Por supuesto", respondió él.
"Entonces sírveme, continuó diciendo Isaac, y déjame comer lo que has cazado, para que pueda darte mi bendición". Jacob le acercó la comida, y su padre la comió; también le sirvió vino, y lo bebió.
Luego su padre Isaac le dijo: "Acércate, hijo mío, y dame un beso".
Cuando él se acercó para besarlo, Isaac percibió la fragancia de su ropa. Entonces lo bendijo diciendo: "Sí, la fragancia de mi hijo es como el aroma de un campo que el Señor ha bendecido.
Que el Señor te dé el rocío del cielo, y la fertilidad de la tierra, trigo y vino en abundancia.
Que los pueblos te sirvan y las naciones te rindan homenaje. Tú serás el señor de tus hermanos, y los hijos de tu madre se inclinarán ante ti. Ma***to sea el que te maldiga, y bendito el que te bendiga".
𝗣𝗔𝗟𝗔𝗕𝗥𝗔 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦

𝗦𝗔𝗟𝗠𝗢 𝗥𝗘𝗦𝗣𝗢𝗡𝗦𝗢𝗥𝗜𝗔𝗟
Salmo 135(134),1-2.3-4.5-6.
¡𝘼𝙡𝙖𝙗𝙚𝙣 𝙖𝙡 𝙎𝙚𝙣̃𝙤𝙧, 𝙥𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤!

¡Aleluya!
Alaben el nombre del Señor,
alábenlo servidores del Señor,
los que están en la Casa del Señor,

en los atrios del Templo de nuestro Dios.
Alaben al Señor, porque es bueno,
canten a su Nombre, porque es amable;
porque el Señor eligió a Jacob,

a Israel, para que fuera su posesión.
Sí, yo sé que el Señor es grande,
nuestro Dios está sobre todos los dioses.
El Señor hace todo lo que quiere

en el cielo y en la tierra,
en el mar y en los océanos.

𝗦𝗔𝗡𝗧𝗢 𝗘𝗩𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟𝗜𝗢
Evangelio según San Mateo 9,14-17.

Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!".
P͜A͜L͜A͜B͜R͜A͜ D͜E͜L͜ S͜E͜Ñ͜O͜R͜

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