
04/07/2025
MUY BUENA REFLEXIÓN
"Dicen que la capibara no le teme a nada… pero no es por coraje.
Es porque no entra en conflicto con nadie.
No huye.
No se altera.
No discute.
Simplemente sigue su camino, como si nada pudiera afectarlo.
Camina entre cocodrilos como si fueran parte del paisaje.
Pasa junto a depredadores como si no fueran una amenaza.
Y lo curioso es que nadie lo ataca.
Nadie lo molesta.
Nadie le hace daño.
No es el más fuerte, ni el más rápido.
Pero tampoco representa un peligro.
No necesita imponerse con gruñidos o con fuerza.
Lo hace con serenidad.
Tiene esa calma que desarma.
Una energía tan apacible que se contagia.
Su sola presencia parece calmar incluso al más agresivo.
Por eso, tal vez, todos se le acercan:
los pájaros, los monos, los patos… incluso quienes podrían verlo como presa.
Porque estar cerca de una capibara es como apagar el ruido del mundo.
No se trata de ser invulnerable.
Se trata de tener tanta paz por dentro… que nadie quiera romperla.
La capibara no guarda rencor.
No reacciona con rabia.
No busca pelea.
Solo está.
En silencio.
En equilibrio.
En paz.
Y quizás, lo que más necesitamos no es ser más duros,
sino aprender a vivir con la tranquilidad de una capibara."