22/10/2025
su vida cada día a través de Radio Cultural TGN, de 17:00 a 18:00 horas. No se lo pierda y reciba la bendición de Dios.
UN ÁRBOL DELICIOSO PARA LA VISTA
"Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal”. (Génesis 2:9)
El árbol era delicioso a los ojos, esto quiere decir que usted tiene que ver con sus ojos espirituales las deliciosas bendiciones que Dios ya ha preparado. La primera pareja que Dios creó, no era esclava de la lujuria, la lascivia, el adulterio, la fornicación, etc., sino que eran seres espirituales.
Usted es un ser espiritual que vive en un cuerpo humano. Adán había recibido el aliento de Dios, por lo tanto tenía Su naturaleza, y Él le había dicho que debía ver las bendiciones, esto, el árbol de la bendición.
En el huerto había dos árboles; en uno estaba toda la bendición, y el otro los sacaba del propósito divino. Eva no quiso ir al árbol donde estaba la bendición de Dios, sino que fue al otro árbol y lo miró. En ese momento, Satanás aprovechó y le dijo: “Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”. (Génesis 3:5). Eva vio que el árbol era bueno para comer y cambió lo “bueno” por lo “delicioso”. Hay cosas que parecen buenas a los ojos, pero resultan en destrucción.
El Apóstol Pablo, dijo: “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. (1 Corintios 3:9,10).
Cosas que nuestros ojos no han visto, son las del árbol de bendición que Dios plantó para el hombre; que no vieron Eva y Adán en el huerto del Edén, porque se concentraron en el árbol que les daba la sabiduría humana, exaltaba el ego, los engrandecía. San Pablo dice que, si nos volvemos a Jesús, ese árbol es restaurado para nosotros; es cuando los ojos espirituales se abren y podemos ver las bendiciones de Dios.
OREMOS:
Señor Jesús, ruego en Tu Nombre que mis ojos espirituales sean abiertos para que pueda ver y alcanzar todas las bendiciones que has establecido de antemano para mí. Amén.
DECLARACIÓN:
“Aún en medio de la prueba, Jesús permanece a mi lado y es por eso que siempre he ganado cada batalla”.