
10/06/2024
"No hace nada, pero provoca bendición..."
Quizás no tiene lógica la descripción de éste título, pero para una madre que ha cuidado a su hija por 3 décadas, en una silla de ruedas especial, tiene mucho sentido.
Lidiar con la enfermedad de alguno de los hijos es un proceso muy duro, pero que fortalece a las madres en todo sentido.
Este es el caso de la Hna. Antonio, quien por 30 años ha cuidado a su pequeña Evelyn, quien no se puede valer por si misma.
Hoy en la iglesia Redención Jesús Mi Amado, Plan Grande, Villa Nueva, se oró por esta jovencita, con una apariencia de una niña de 11 años, tan frágil como el pétalo de una flor, privada de una realidad, total dependencia de su ángel, su madrecita.
Hermana Antonia, una madre inseparable, siempre atenta, cariñosa, paciente, con una garra inquebrantable, una fuerza desmedida y una valentía única, que por 30 años ha entregado su vida al cuidado de su pequeña princesa, un ejemplo incondicional de amor de madre.
El cuidado de su hija no ha sido motivo de excusa para no asistir a la iglesia, es más la lleva con ella, y michas veces sin importar el tiempo climático, además siempre atenta para servir en el diáconado, predicar, preparar la Cena del Señor y presta a ser parte del evangelismo.
Sin lugar a dudas los niños enfermos convierten a esas madres fuertes -que se creían débiles- en super héroes, en ángeles de estos tesoros de Dios.
Nadie sabe lo que es fortaleza, hasta que ser fuerte es la única opción para salir adelante.
Por eso, compartimos este pequeño relato, abrazando con el alma y el corazón a esas mamá-ejemplo.