26/09/2025
Actor Tim Allen, inspirado por Erika Kirk, perdona al asesino de su padre: “La paz sea con todos”
Las palabras de Erika Kirk en el servicio conmemorativo a su difunto esposo el pasado fin de semana han tenido gran repercusión en todo el mundo, y ahora muchos están dejando ver como el perdón está sanando heridas y corazones que no lo habían podido lograr antes, no sin una semilla de fe y esperanza como la que sembró la viuda del activista y fundador de Turning Point USA.
Actor Tim Allen, inspirado por Erika Kirk, perdona al asesino de su padre: “La paz sea con todos”
Imagen: ABC News.
Esas palabras: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen… A ese hombre —a ese joven— lo perdono. Lo perdono porque es lo que Cristo hizo. Y es lo que Charlie haría. La respuesta al odio no es odio, es siempre amor. Amor por nuestros enemigos, amor por quienes nos persiguen”, no solo conmovieron a miles de asistentes y millones de espectadores, sino que llegaron al corazón de uno de los más emblemáticos actores estadounidenses: Tim Allen.
Inspirado directamente por el ejemplo de Erika Kirk, Allen escribió en X (antes Twitter): “Cuando Erika Kirk habló sobre el hombre que mató a su esposo y dijo: ‘Ese hombre… ese joven… lo perdono’, ese momento me afectó profundamente. He batallado más de 60 años para perdonar al hombre que mató a mi papá”.
El actor continuó con una declaración inédita y valiente: “Diré esas palabras ahora mientras escribo: ‘Perdono al hombre que mató a mi padre’. Que la paz sea con todos ustedes”.
Allen ha hablado antes sobre el dolor que marcó su infancia: “Mi papá se rompió el cuello y murió en el regazo de mi mamá ahí mismo. Si nunca has tenido una muerte así en la familia, no lo recomiendo, pero te cambia absolutamente todo”, relató en “Inside the Actors Studio” en 2006.
El caso de Allen ilustra cómo el ejemplo de perdón radical basado en el Evangelio puede romper décadas de resentimiento y traer libertad, incluso en dolores que parecían imposibles de superar.
El perdón es el núcleo del mensaje de Cristo: “Padre, perdónalos” (Lucas 23:34). Este acto no solo libera al ofensor, sino que sana el corazón de quien suelta el rencor, lo que Allen demostró con sus palabras recién pronunciadas tras décadas de sufrimiento.
El testimonio de Erika revivió, también, el debate público sobre la dificultad real del perdón frente al crimen, la injusticia y la pérdida irreparable, pero mostró que el mensaje del Evangelio sigue siendo actual y tiene poder para inspirar actos revolucionarios de compasión.
Solo en Cristo las circunstancias son transformadas, y también los corazones marcados por el dolor, convirtiendo tragedias en oportunidades de redención y restauración.