14/09/2025
Jesús Crucificado si eres Xalapan y tienes familiares en pídele a nuestro patrón con la siguiente Oración.
Oración a Jesús Crucificado.
“Por qué me has abandonado”
Señor Jesús, clavado en la cruz,
hoy me postro ante ti con el corazón desgarrado,
como quien ha visto demasiado dolor
y ya no encuentra palabras para nombrarlo.
En tu cuerpo lacerado reconozco los cuerpos de aquellos
que quedan sin nombre en las rutas del éxodo:
mujeres con el estigma de la violencia marcado en la frente,
bebés inertes en brazos de madres que no pudieron protegerlos,
cuerpos mecidos por las corrientes de ríos que se han vuelto cementerios.
Cristo de los abandonados,
¿dónde estás cuando las ruedas del tren llamado "La Bestia"
mutilan sueños y esperanzas?
¿Dónde, cuando la selva del Darién devora pasos y anhelos?
¿Dónde, cuando el Río Bravo sepulta vidas en su corriente?
Tú sabes, Señor, lo que es morir lejos de casa,
lo que es la sed que no se sacia,
el abandono de los tuyos,
el despojo de la dignidad.
Por eso hoy te traigo a estas madres viudas
que cargan a sus pequeños por caminos inhóspitos,
buscando pañales, leche, un lugar donde dormir sin miedo.
Te traigo a estos adolescentes huérfanos
que llegan a casas de acogida con la mirada perdida,
con la infancia robada entre fronteras.
Cristo de los crucificados,
en tu costado abierto deposito a estas familias
secuestradas en Tecún Umán y en Tapachula,
a quienes se les arrancó todo:
sus pertenencias, su dignidad, su esperanza.
Señor de los despojados,
¿cómo seguir predicando tu palabra
cuando veo tanta injusticia sin remedio?
¿Cómo hablar de tu amor
cuando cada día escucho testimonios que me rompen el alma?
Y sin embargo, en esta oscuridad profunda,
desde este Gólgota de los migrantes,
te sigo buscando.
Porque tú eres el que también fue migrante desde niño,
el que no tuvo donde reclinar la cabeza,
el que murió fuera de las murallas, excluido y humillado.
Enséñame, Señor Crucificado,
a permanecer de pie junto a las cruces de hoy,
a no apartar la mirada del sufrimiento,
a ser Cireneo de estos crucificados contemporáneos.
Que tu abandono en la cruz
me dé fuerzas para no abandonar a los abandonados.
Que tu grito de dolor
me dé voz para denunciar lo que no se quiere ver.
Que tu entrega total
me enseñe a entregarme sin medida.
Señor Jesús Crucificado,
en tus manos llagadas pongo tantas vidas rotas,
tantos sueños truncados,
tanta dignidad pisoteada.
Acógelos en tu misericordia infinita
y enséñanos a construir un mundo
donde nadie tenga que morir
por el deseo de vivir con dignidad.
Amén.
