28/07/2025
EN EL TIEMPO DEL TATALAPO
El militar Serapio Cruz (Tata Lapo) se presume que nació en septiembre de 1835 en Palencia, Guatemala. Tanto su abuelo Tomás Santa Cruz, como su padre, Timoteo Santa Cruz, fueron comerciantes de ganado y prestamistas con negocios en Jalapa, en las cercanías de Palencia y la Nueva Guatemala de la Asunción.
Durante la época colonial y primeros años de la vida independiente de Centro América existían dos bandos mayoritarios entre los criollos (descendientes de conquistadores españoles): la élite de la Ciudad de Guatemala y el clero mayor terrateniente guatemalteco, conocidos como conservadores, y la élite hacendada del resto de Centro América, conocidos como liberales.
Los criollos guatemaltecos comerciaban directamente con España todo lo que producían los criollos hacendados, quienes resentían esta situación en que los criollos guatemaltecos los consideraban «de segunda categoría»
Serapio Cruz durante la guerra civil que tuvo lugar entre 1847 y 1851 luchaba al mando de las tropas del “Ejército de los Pueblos”, la cual había salido básicamente de una alianza de montañeses, llenos de animosidad hacia los oficiales leales a Rafael Carrera debido a conflictos de tierra y por ser marginado de negocios con el aguardiente.
El y su hermano habrían apoyado un segundo intento de formación del Estado de Los Altos. Serapio Cruz manejaba una alianza con la élite liberal de Quetzaltenango en contra de la élite conservadora de la Ciudad de Guatemala, y a la vez negociaba con pueblos indígenas, como Patzicía, cuya municipalidad le había jurado su apoyo gracias a que éste pago las cuotas de aguardiente de ese año con el fin de evitar que algún extraño obtuviera ese monopolio, afectando directamente los intereses de Larraondo y Samayoa.
En 1848, junto con su hermano participaron en la guerra de los Fiebres por el Estado de Los Altos en Patzún en contra de las tropas de Rafael Carrera, quien los derrotó. Tras esta victoria, Carrera fue nombrado presidente, pero en el mismo año, fue exiliado por la Asamblea Nacional Legislativa, mayoritariamente liberal.
Se designó a José Bernardo Escobar como presidente y a Vicente Cruz como su vicepresidente, pero las tensiones políticas aumentaron y reventaron, el Estado de Los Altos fue ocupado y el gobernante del país recibía constantes amenazas por parte de Vicente Cruz a la vez que las tropas opositoras avanzaban hacia la ciudad capital.
Escobar estaba presionado por el hermano de Vicente, el general Serapio Cruz , quien ya se encontraba en Palencia marchado con sus tropas.
Pero a pesar de ello el gobierno liberal decidió pactar lo cual fue visto por los Cruz como traición y se apartaron de dicha consigna. Escobar renunció como resultado de los acontecimientos y se eligió al General Mariano Paredes para ocupar su lugar. Vicente Cruz no reconoció dicho gobierno y decidió continuar la rebelión, junto a Serapio Cruz y otros líderes militares de Chiapas, marchando contra la ciudad. Pero el 20 de marzo, Vicente Cruz murió de un balazo cuando luchaba contra las fuerzas de Agustin Pérez dando así por terminada la rebelión de los hermanos Cruz.
Luego Rafael Carrera fue nombrado Presidente de Guatemala y Serapio Cruz, aún siendo liberal, sirvió en su ejército.
Participó junto a Carrera en la Batalla de la Arada y viajó a Nicaragua para pelear contra William Walker en la Guerra contra los Filibusteros.
Tras la muerte de Carrera, el 24 de mayo de 1865 tomó el poder el Mariscal Vicente Cerna. Ésta era la oportunidad que estaba esperando Cruz para derrocar a los conservadores, y nuevamente se alzó en armas. Ya para estos entonces lo llamaban el “Tata Lapo”.
En enero 2 de 1870, cuando se encontraba en las cercanías de la Ciudad de Guatemala y a unos siete kilómetros de Palencia, fue atacado por las tropas gubernamentales al mando de Antonio Solares, general en jefe del Ejército de Guatemala.
Cruz y sus principales jefes, viéndose perdidos, huyeron por la barranca: desgraciadamente don Serapio que llevaba fracturada una pierna no pudo continuar su marcha, cuando lo encontraron sus enemigos y lo ultimaron en el acto.
Fuente: Hernández de León, Federico (1930). El libro de las efemérides. Foto de todocoleccion.net