02/07/2025
Meditemos el Evangelio del Día
Mateo ha iniciado el relato del segundo grupo de tres milagros (del total de diez de esta sección): la tempestad calmada, los demonios expulsados y el paralítico curado; estos tres milagros terminan, cada uno, con una evaluación de la actividad de Jesús por parte de la gente. Terminada la narración del milagro de Jesús calmando la tempestad, Mateo trae inmediatamente el milagro de la curación de dos endemoniados. Hay que tener en cuenta que en la antigüedad se consideraba el mar como lugar habitado por potencias malignas y demonios; por eso habiendo sometido al mar, ahora Jesús enfrenta a los demonios que poseen a esos hombres y lo hace en territorio pagano, en la región de Gadara a diez kilómetros del Mar de Galilea, eso explica por qué criaban cerdos (hay que considerar que el cerdo era un animal impuro para los judíos y que los paganos se burlaban, por eso, de ellos). El triunfo de Jesús sobre los demonios indica que el Reino de Dios está llegando en la persona de Cristo, los mismos demonios (con su acostumbrada clarividencia) lo reconocen, por eso le dicen: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?» Los demonios, en primer lugar, reconocen a Jesús como Hijo de Dios, manifestando su miedo; en segundo lugar, le reclaman que haya venido aquí, o sea al territorio pagano, reconociendo que la misión de Jesús es universal, sin fronteras; en tercer lugar, los demonios también le reclaman a Jesús que venga antes de tiempo (esto porque se pensaba, en tiempos de Jesús, que los demonios tenían libertad para atormentar a los hombres hasta el final de los tiempos), o sea reconocen que el fin de los tiempos ha empezado porque el reinado de Dios ya está actuando en Jesús.
Fuente: boosco.org