18/02/2025
La oposición hondureña: Un barco a la deriva sin banderas de lucha.
En los últimos días, el gobierno de Libre ha demostrado una capacidad estratégica que ha dejado a la oposición sin rumbo, helada, frita. La renegociación del tratado de extradición, que era su última bandera de ataque, los ha dejado sin argumentos sólidos para confrontar al oficialismo. Ahora, con las elecciones en el horizonte, la Presidenta Xiomara Castro ha logrado encajonarlos en su propio cuadrilátero golpeándolos hasta dejarlos moribundos, donde cualquier intento de crítica carece de impacto real.
Mientras la oposición sigue atrapada en el pataleo mediático y los comunicados efímeros de ASJ, Julieta Castellanos, Gabriela Castellanos, el Partido Nacional, etc., Libre sigue consolidando su control en áreas clave como el Presupuesto General de la República, la Corte Suprema de Justicia, la Procuraduría General de la República y el Consejo Nacional Electoral, dejando a sus adversarios políticos "silbando en la loma".
La debilidad de la oposición no es solo por falta de propuestas, sino por sus propias dirigencias rancias, llenas de egos, sin argumentos, con cola que les pisen. El Partido Nacional por ejemplo, es señalado como una organización criminal por el poder judicial de los Estados Unidos, y por otro lado tenemos a una dirigencia del Partido Liberal que más parece una caricatura de liderazgo, no logran ofrecer un frente sólido. Ni entre ellos se ponen de acuerdo. Cálix y Nasralla sus líderes parecen inmersos en una batalla campal por quien es más parecido a Bukele. De Papi a la Orden ni hablar, ya que no cuaja ni entre el mismo partido señalado de traficar toneladas de co***na a los Estados Unidos.
Sin una estructura clara ni liderazgo definido, la oposición parece más perdida que nunca, con dirigentes que improvisan temas de ataque sin cohesión ni impacto. Las últimas jugadas del gobierno han sido magistrales, neutralizando cada intento de desestabilización y marcando la agenda política sin contrapeso real. Si la oposición no logra reestructurarse y generar un discurso sólido con propuestas concretas, terminará siendo un actor irrelevante, condenado a la queja estéril en redes sociales y medios de comunicación mientras Libre sigue avanzando sin obstáculos.
Como dice el dicho, "por la brisa que sopla se determina el aguacero que caerá", y así como se ven las cosas en Honduras, Libre tiene todas las cartas para volver a gobernar de 2026 a 2030. Póngale la firma: la próxima Presidenta de Honduras se llama Rixi Moncada. La oposición, con su falta de unidad y liderazgo, está condenada a quedar en la historia como un eco de lo que pudo haber sido. Y por si fuera poco, el oficialismo ejerce un control absoluto sobre todas las instituciones clave, especialmente el Ministerio Público, donde el fiscal tiene las gavetas hasta el tope de casos de corrupción que involucran a la oposición. Con paciencia y meticulosidad, el fiscal está doblándose a los opositores uno a uno, dejándolos sin opciones para escapar de su propio colapso. Por ahora Libre en el poder, tiene el sartén por el mango. No le busquemos cinco patas al gato.
Escrito por: Alex Rodríguez - Estudiante UNAH