
10/05/2025
Hoy celebramos Nrsimha-caturdasi, la aparición del Señor Nrsimhadeva y la PGV comparte con ustedes una pequeña parte del libro en español El Principe Prahlad. Buena lectura.
"Cuando, tras permanecer cinco meses en la escuela, Prahlad regresó a su casa acompañado de sus maestros, su madre, Kayadhu, le vistió y arregló con esmero y le llevó ante su padre. Al ver a aquel hijo suyo tan apuesto y humilde, Hiranyakasipú le dio un beso y le sentó en su regazo con evidentes muestras de satisfacción.
—Hijo mío —le dijo—, eres un chico muy inteligente y me siento orgulloso de ti. ¿Podrías decirme algo de lo que has estudiado en la escuela? Háblame de lo más importante que has aprendido.
Prahlad respondió:
“sravanam kirtanam vishnoh smaranam pada-sevanam
archanam vandanam dasyam sakhyam atma-nivedanam”
—Los siguientes nueve procesos constituyen lo que se conoce como servicio devocional puro: oír hablar del nombre, la forma, las cualidades, la parafernalia y los pasatiempos del Señor Krishna, recordarlo y cantar Sus glorias; adorarle y ofrecerle oraciones, volverse Su sirviente, considerarle como el mejor amigo y entregarle todo (es decir, servirle con el cuerpo, la mente y las palabras). Quien dedica su vida a servir a Sri Krishna mediante estos procesos es la persona más sabia de todas, pues ha adquirido un conocimiento completo. Al escuchar las palabras de su hijo glorificando al Señor Supremo, Hiranya-kasipú enrojeció de ira.
—¿Cómo puedes ser tan desagradecido después de lo que he hecho por ti?—preguntó indignado—. Yo te he traído al mundo y todo lo que tienes es gracias a mí. ¿Cómo te atreves a ponerte ahora del lado de nuestro enemigo Krishna? ¿Quién te ha enseñado a hacer eso? ¿Tus maestros Sanda y Amarka?
—Y dirigiéndose a los dos hermanos, añadió—: ¿Es eso lo que ha aprendido Prahlad de ustedes? Les pedí que le enseñaran cosas prácticas para tener éxito material en la vida.
¿Se puede saber por qué le han hablado sobre espiritualidad y devoción por Krishna? ¡Recibirán su merecido por esto! ¡Haré que les corten la cabeza!
—¡Oh, señor! Nosotros no le dijimos nada sobre Krishna
—respondieron ellos apurados—. No sabemos de dónde puede haber sacado esa información. Habla solo por instinto. Averigüe quién le contó esas cosas. Pregúntele si se las enseñamos nosotros o si las aprendió de otra persona.
Furioso, el demonio preguntó a su hijo:
—¿De dónde sacaste todo eso? Si Sanda y Amarka no te lo enseñaron, ¿quién estuvo en la escuela? ¿Narada o algún otro devoto? ¿Quién te proporcionó esa información para que hables con tanta seguridad? Di la verdad o te mato. ¿Crees que soy estúpido o que Sanda, Amarka y Sukracharya no saben nada? ¿Es eso lo que intentas demostrar?
Entonces ordenó a los dos maestros:
—Llévenlo de vuelta al colegio y enséñenle política y diplomacia. Que aprenda a controlar a sus súbditos, a dominar a otros y a ser poderoso como yo. Y que haya siempre un guardia vigilando para que no entre en la escuela ningún devoto de ese Krishna. Sanda y Amarka se llevaron de nuevo al niño a la escuela y, unos meses más tarde, Prahlad regresó a su casa. Su madre volvió a arreglarle cuidadosamente y le llevó una vez más ante su padre. Contento de ver a su hijo, Hiranya-kasipú le hizo la misma pregunta que la vez anterior.
—¿Qué te han enseñado tus maestros?
—Querido padre —respondió Prahlad—, aquellos cuya conciencia no está fija en Sri Krishna sino que se dedican a disfrutar de la vida material, no pueden entender cuál es la meta suprema de la vida ni cuál el interés real de su alma.
La vida humana está diseñada para adorar al Señor Supremo, pero las personas materialistas, cuyos sentidos están descontrolados, no pueden entender esto. Por estar siempre dedicadas a satisfacer sus sentidos, esas personas no piensan nunca en el objetivo supremo de la vida, y lo único que hacen es masticar una y otra vez lo ya masticado; es decir, buscan felicidad donde no la hay. Aunque la vida materialista no ofrece nada de provecho, las personas incapaces de controlar sus sentidos se sienten fascinadas por ella, y esa atracción hace que entren en las regiones más oscuras de la ignorancia y se vean obligadas a padecer condiciones infernales llenas de espantosos sufrimientos.
Tras una breve pausa, Prahlad añadió:
—Quienes se enredan demasiado en los asuntos familiares por intentar disfrutar de la vida material, no se dan cuenta de que la finalidad de la existencia es adorar al Señor e ir de vuelta al hogar, de vuelta a Dios. Esas personas centran todos sus esfuerzos en el vano intento de disfrutar del cuerpo, los hijos, la casa, los parientes, el trabajo y la sociedad pensando que esas cosas les harán felices, cuando en realidad todo eso no tiene nada que ver con el interés real de su alma. Y a pesar de estar completamente desviadas respecto al sentido de la existencia humana, ellas aceptan como guías espirituales a otros ciegos que también están apegados a la vida material. Son ciegos guiados por ciegos que se desvían inevitablemente del camino y caen en los abismos más profundos. Si un maestro espiritual no sabe cuál es el propósito de la vida, acabará en el in****no junto con todos sus seguidores. Hiranya-kasipú no daba crédito a lo que oía.
—¿Insinúas que estoy ciego y que soy un necio? —gritó—.
¿Piensas que Sukracharya, mi maestro espiritual, y sus hijos Sanda y Amarka son unos impostores? Mi guru es tan sabio y poderoso, que puede resucitar a un mu**to con solo rociarle unas gotas de agua. ¿Consideras que puedes enseñarnos algo a él o a mí? He adorado a los dioses durante más de sesenta mil años. ¿Crees que he estado perdiendo el tiempo? ¡Por no guardar el debido respeto a mi maestro y a mis creencias, prepárate a morir! ¡Voy a acabar contigo y con toda tu verborrea acerca de Dios!
Prahlad no solo no sintió ningún temor ante aquellas amenazas, sino que declaró valientemente:
—Sí; ambos están ciegos. Tanto tú como tu maestro espiritual. Son demonios y, por consiguiente, no pueden saber cuál es la verdad. Si no son capaces de acudir humildemente a un devoto puro que les enseñe a rendir servicio devocional al Señor, carecen de inteligencia. Deben bañarse y purificar sus mentes con el polvo de los pies de esas personas santas; es decir, deben seguir sus instrucciones.Si aceptan su guía, sus inteligencias se absorberán en Sri Krishna y de sus corazones desaparecerán todos los deseos impuros.
Prahlad aconsejó entonces a su progenitor:
—Querido padre, abandona tu vida egoísta y refúgiate en un maestro espiritual genuino cuyo único tesoro en la vida sea la riqueza suprema: el servicio devocional al Señor Supremo. Solo entonces te podrás liberar de tu contaminada conciencia material."
-Srila Bhaktivedanta Narayana Gosvami Maharaja
(Del libro "El Príncipe Prahlad")