29/11/2025
🌧️ DE REPENTE COMENZÓ A LLOVER…
Josie no ve nada.
Está completamente ciega.
Y aun así, ha logrado algo que para casi cualquier animal sería imposible: sobrevivir 17 años en la vida salvaje.
No fue por fuerza.
No fue por instinto.
No fue por suerte.
Fue porque sus hijas nunca la abandonaron.
Cada día, dos leonas jóvenes caminan pegadas a su cuerpo. Son sus ojos, su guía y su protección.
La esperan cuando tropieza.
La rodean cuando hay peligro.
La llevan hasta el agua.
Cazan para ella.
Cuando atrapan una presa, no comen primero: la empujan hacia Josie para que sea ella quien se alimente antes que nadie.
Si se desorienta, una se coloca al frente y la otra detrás, marcándole el camino como si su vida dependiera de sus pasos. Y en terrenos difíciles, se quedan junto a ella hasta que logra avanzar, aunque eso signifique arriesgarse ellas mismas.
Días, meses, años…
Noche tras noche, día tras día.
Dos hijas protegiendo a una madre que ya no puede ver.
En la vida salvaje, donde todo es brutal, egoísta y despiadado, esto no debería pasar. Y sin embargo, pasa.
Josie sigue viva porque alguien decidió no soltarla.
Porque alguien creyó que su vida todavía importaba.
Porque incluso allí afuera, en el lugar donde manda la ley del más fuerte…
el amor también existe.
Ella no puede verlas.
Pero ellas nunca dejaron de verla a ella.