29/10/2025
Tomado de la red
👇👇👇
“Tonta”, me llamaron “tonta” por ser como soy…
Y quizá tengan razón desde su forma de mirar el mundo, porque en una época donde la frialdad se aplaude y la desconfianza se disfraza de inteligencia, ser alguien que aún cree en la bondad parece un acto ingenuo. Pero no, no soy tonta. Solo elijo seguir creyendo que no todos son iguales, que todavía hay corazones buenos, que un gesto sincero puede cambiar un día gris.
Me gusta confiar en las personas, aunque a veces me fallen. Me gusta dar sin esperar, aunque a veces no recibo lo mismo. Porque hay algo dentro de mí que no sabe calcular, que no sabe amar a medias, que no entiende de máscaras ni de estrategias. Y aunque eso me haya costado decepciones, también me ha regalado momentos reales, amistades verdaderas, abrazos sinceros y emociones que no cambiaría por nada.
He aprendido que no todos sabrán valorar lo que das. Que habrá quien te use, quien te mienta, quien te deje con el corazón cansado. Pero también habrá quien te mire con gratitud, quien te devuelva la fe, quien te recuerde que vale la pena seguir siendo como eres. La vida se equilibra, aunque a veces tarde.
No soy tonta por dar amor, soy valiente por no dejar que la amargura me convierta en alguien que no reconozco. Prefiero seguir siendo esa persona que ayuda cuando puede, que escucha sin juzgar, que acompaña en silencio, que ofrece una sonrisa incluso cuando también la necesita.
Si por eso me llaman “tonta”, lo acepto con orgullo. Porque prefiero mil veces ser “tonta” por sentir demasiado, que ser “lista” a costa de tener el corazón frío. La ingenuidad puede doler, pero también mantiene viva la esencia, esa parte que el dolor no logró apagar.
Y al final del día, cuando todo pase, cuando las apariencias se disuelvan y solo queden las intenciones, los que amamos de verdad seremos los que dormimos en paz. Así que sí… si eso me hace “tonta”, seré la “tonta” más feliz del mundo. 💖
Me gustó mucho