02/07/2025
¡Justicia para Yosmara! Jovencita fue violada y golpeada brutalmente por varios jóvenes
◾Desde el Hospital General del Quemado en , doña Mariela denuncia omisión del Ministerio Público y posible encubrimiento a los presuntos agresores de su hija
Texto: Rangel Ventura
Fotografía: Alberto Solís Loeza
Chilpancingo de los Bravo, Gro., 01 de julio de 2025.— “No se pueden comprar los derechos de mi hija. Quiero justicia, no silencio. Quiero castigo, no olvido”, exigió la señora Mariela García Bautista, madre de Yosmara “N”, la joven de 24 años brutalmente vi0lentad4 s3xual y físicamente por varios jovencitos en la comunidad de Las Lomas, municipio de Coyuca de Benítez.
Los hechos ocurrieron el pasado sábado 28 de junio de 2025. Fue personal de Protección Civil quien encontró a Yosmara tirada, inconsciente, cubierta de moscas, con golpes visibles en la cabeza y en todo el cuerpo, sin ropa interior y con el vestido enrollado hasta la cintura. Su estado era crítico. La joven fue trasladada primero al Hospital de Coyuca, donde no pudieron atenderla por la gravedad de sus lesiones, por lo que fue enviada de urgencia al Hospital General de El Quemado en Acapulco, donde hoy permanece hospitalizada y en recuperación.
UN SISTEMA QUE REVICTIMIZA Y ENCUBRE
A pesar de la brutalidad de la agresión, el Ministerio Público del fuero común no quiso recibir la denuncia de la madre, argumentando que era la propia víctima quien debía declarar. Mariela llegó el domingo al Ministerio Público de Coyuca para interponer la denuncia, y se encontró con una respuesta burocrática, insensible y contraria a los protocolos de atención a víctimas de violencia sexual.
La joven Yosmara fue víctima de una violación vía re**al, según relató su madre, y presenta graves lesiones físicas y emocionales. A pesar de que existen protocolos nacionales e internacionales para la atención inmediata de víctimas de vi0lencia s3xual —como la Declaración de Belém do Pará y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Vi0lencia—, las autoridades responsables han decidido omitir su aplicación. La negativa del Ministerio Público a recibir la denuncia contradice el principio de debida diligencia y representa una revictimización institucional inadmisible.
Peor aún, horas después de que el MP acudiera al hospital —presuntamente sin avanzar en diligencias—, se presentó uno de los presuntos agresores, identificado como el jovencito Diego “N”, acompañado de sus padres, quienes ofrecieron dinero a la familia para que se quedaran callados y no se procediera contra sus dos hijos. Esta acción no sólo es una forma de coacción y encubrimiento, sino un nuevo agravio para una familia que clama justicia.
¿Y SI YOSMARA NO PUDIERA HABLAR? ¿NO HABRÍA JUSTICIA?
La ciudadanía se pregunta: ¿Por qué las autoridades no han actuado con contundencia? ¿Están esperando que pase el tiempo para que no haya evidencia física o toxicológica que incrimine a los agresores? ¿Tiene más derechos el agresor que la víctima?
Estas preguntas reflejan el hartazgo de una sociedad que ve, una y otra vez, cómo los casos de vi0lencia s3xual quedan en la impunidad cuando los responsables tienen dinero o influencias. Mientras tanto, Yosmara sobrevive a una experiencia devastadora y desconoce aún las secuelas físicas y emocionales que esto le dejará.
LLAMADO URGENTE A LAS AUTORIDADES
El llamado es directo: Fiscal General del Estado, Zipacná Jesús Torres Ojeda; Presidente Municipal de Coyuca, Delegado de Las Lomas y demás autoridades locales y estatales: ¡actúen ya!. La familia de Yosmara no está sola. La ciudadanía exige justicia. La ley debe aplicarse sin distinción de clase social.
La madre de Yosmara ha sido clara: “No se puede encubrir a un delincuente solo porque tiene papás con dinero (son dueños de una pizzería en Las Lomas). Mi hija fue golpeada, violada y abandonada como si no valiera nada. Exijo que los responsables enfrenten la justicia”.
UNA VEZ MÁS, LA JUSTICIA LLEGA TARDE PARA LAS MUJERES
Este caso es un reflejo crudo de lo que muchas mujeres en enfrentan todos los días: agresión, impunidad, instituciones corruptas o ineficientes y una revictimización que duele tanto como la violencia original. Existen protocolos, leyes, tratados internacionales. Pero en la práctica, si no hay presión pública, no hay justicia.
¿A dónde acude una mujer agredida si las instituciones no la creen o la ignoran? ¿Qué debe hacer una madre que ve a su hija destruida por la vi0lencia y al agresor protegido por la complicidad del silencio?