REevolución Revista Cultural de Guerrero

REevolución Revista Cultural de Guerrero Reevolución Revista cultural de Guerrero. La revolución mexicana a 98 años, Edición 50 de ORO, Joyería de Guerrero. Expo del pozole chilapeño. Que otorga el H.

• ReEVOLUCIÓN medio de difusión cultural guerrerense creada en Iguala en 2002 y co funda da por el escritor Luis Luna, el investigador Luis Felipe Cariño Preciado, el pintor Félix Ocampo Manzanares y Estela Díaz Escobar.

2002 al 2014 Reevolución ha publicado 100 ediciones ininterrumpidas iniciando en la edición número cero a la reciente edición número 100, ediciones de corte: histórico y de

lo cultural, iniciando con enfoque local (Iguala). Actualmente dirigida a la temática guerrerense.


• Reevolución cuenta con un consejo editorial, conformado por especialistas de acuerdo al contenido de las publicaciones: doctores en historia, antropólogos, cronistas e historiadores, investigadores, escritores, artistas plásticos y críticos de arte.
• Reevolución se edita mensualmente, con un tiraje de 2000 ejemplares distribuidos entre los municipios de Acapulco, Chilpancingo, Taxco, Chilapa, Tixtla, Tepecoacuilco, Teloloapan, Huitzuco, Ixcateopan, Cocula e Iguala, Gro.

• Reevolución publica en su contenido: Historia y Geografía de Guerrero, música tradicional, Artista Plástico, Leyendas, Medicina tradicional, Rock en Guerrero, personajes destacados, gastronomía guerrerense, Ingeniería y Arquitectura Ciencia y Tecnología, literatura, poesía, cuento, historieta y entrevista.
• Recientemente sus publicaciones son números monotemáticos, como: Yoalan, Tepecoacuilco, Taxco, Teloloapan, Cocula, Iguala sus Ferias; Museos de Guerrero; La mujer guerrerense, Toponimia de la Región Norte, Jóvenes guerrerenses del Siglo XXI, Celebración de día de mu***os, Guerrero Turístico. Banda Militares, Semana Santa, Arqueología de Guerrero, Ixcateopan 60 aniversario del descubrimiento de los restos de Cuauhtémoc, El corrido Revolucionario, El pozole en Guerrero, Valerio Trujano, Ciencia en Guerrero, Centenario de la toma de Iguala, Rock en Guerrero, a 198 años de los Sentimiento de la Nación, Tlapa de Comonfort. Entre otros.

• Como editorial emite un Suplemento Cultural de reciente creación acerca del quehacer artístico y cultural guerrerenses así como fascículos, ensayos, poemarios y revistas con los siguientes títulos:
1.- Artistas Plásticos,
2.- Colectivo Yoatzin
3.- Transgresión Número 1, 2, 3, y 4 - poemario -
4.- 67 Aniversario del Monumento de la Bandera
5.- Relatitos de Terror con Olor a Pan de Mu***os.
6.- Fabulismo Moderno poemario
7.- La función del arte moderno en una sociedad
adictiva.
8.- Coatepec –Pueblo mítico-

- Reevolución ha creado , e impulsado y fomentado grupos
artísticos y culturales como:

- Colectivo Yoatzin movimiento contracultural.

- Transgresión grupos de poetas de Iguala
- Calmecac … espacio cultural.
- Consejo Ciudadano de Cultura Iguala, AC.
- Patronato Amigos de la Biblioteca Pública Municipal Ambrosio
Figueroa
- Colectivo de Guías Yoalan

• Reevolución, desde su inicio a la fecha ha funcionado como gestor promotor y organizador de una diversidad de eventos artísticos y culturales en Iguala y en el estado:

- Exposiciones pictóricas,
- Presentaciones de libros,
- Encuentros y tocadas de rock,
- Encuentros y exposiciones de Graffitti
- Veladas literarias,
- Conferencias,
- Exposiciones fotográficas,
- Foros culturales,
- Conciertos en arias de ópera.
- Ciclos de Lectura
- Certamen de Declamación
- Certamen de Cuento Corto.
- Recorridos guiados
- Festivales

- Por quinto año, ha realizado la visita y expedición del sitio
arqueológico de Iguala (Yoalan) para coadyuvar entre la
ciudadanía local y municipal, la conservación y rescate de esta
zona prehispánica.
- Desde el 2007 ha instituido el reconocimiento al Escritor igualteco
del año, por tres año consecutivos.
- Elaboramos y confundamos el proyecto: MUSEO TEMATICO
INTERACTIVO “ESPIRITU DE IGUALA” de la Feria a la Bandera 2009.
1ra. Edición.
- Ha homenajeado a personajes que por su trayectoria cultural se
han distinguido en nuestro municipio.
- Ha propuesto a jóvenes destacados en alguna disciplina artística
para
participar en las diferentes convocatorias emitidas por el Gobierno
del Estado, con resultados positivos.
- Promotor de la Ruta del Pozole guerrerense, Chilapa, Tixtla,
Chilpancingo e Iguala, Guerrero.
- Promotor de la Magna Celebración “Hacia el Bicentenario de la
Independencia de México y Centenario de la Revolución
Mexicana”
- Promotor activo por el rescate del –Centro Histórico en Iguala-
- Promotor de la Conmemoración del Bicentenario Sentimientos de
la Nación. Reconocimientos otorgados a la Revista Reevolución
- 2011 – Mayo 25. Reconocimiento a LO MEJOR DE IGUALA 2011
por la labor empeño y talento en la categoría “Lo mejor al
fomento a la cultura”

que otorga Amigos de Iguala A.C.
- 2011 – Abril 15. Reconocimiento –Por el amplio compromiso social
en la difusión de los valores culturales, históricos y sociales de los
guerrerenses al celebrar el 8 aniversario de Reevolución, en el
marco de la 1ra. Ayuntamiento municipal Constitucional de Chilapa de Álvarez,
Guerrero.

- 2010 –Mayo 27. Reconocimiento La promoción y participación en
la 1ra. Feria del Pozole y del Mezcal Tixtleco, en el marco de la
conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional,
otorgado por el H. Ayuntamiento municipal constitucional de
Tixtla de Guerrero, Gro.

- 2010 – Diciembre 10. Como participante y patrocinador en el 5º. Festival del día del payaso en Iguala. Otorgado por la
Organización Payasos unidos de Iguala y grupo Happy Crazy.

- 2009 – Febrero 10. Por la capacitación a Guías de museo con la
conferencias –Monumento a la Bandera- impartida en la Biblioteca
municipal Ambrosio Figueroa, otorgado por H. Ayuntamiento
mude Iguala de la Independencia, Guerrero.

- 2009 Febrero 10. Por la coordinación, capacitación y promoción
1ra. Edición del Museo interactivo Espíritu de Iguala, en el marco
de la Feria a la Bandera 2009, otorgado por H. Ayuntamiento
municipal de Iguala de la Independencia, Guerrero.

- 2008 – Mayo 25 al 3 junio. Por participación en las XX Jornadas
Alarconianas, con la presentación de la edición especial MUSEOS
DE GUERRERO, en la ciudad de Taxco de Alarcón, otorgado por el
Gobierno del estado a través del Instituto Guerrerense de la
Cultura, el H. Ayuntamiento municipal de Taxco, Guerrero.

- 2008- Octubre 15. Por la participación al frente del XIV Festival
Franciscano Yohuala 2008, otorgado por el Consejo de Fomento a
la Cultura Iguala, AC., y el H. Ayuntamiento municipal de Iguala.

- 2007 – Febrero 22. Por la aportación histórica con la muestra
fotográfica en el -64 Aniversario de la erección del Monumento a
la Bandera- en el Centro Cultural la Pérgola en el marco de la Feria
a la Bandera 2007, otorgado por la dirección del Centro Cultura la
Pérgola y la Secretaria de Desarrollo Social.

- 2007 – Febrero 15. Por la difusión de las actividades realizadas
dentro de la Semana Estatal de la Amistad –Vive la vida con
valores- otorgado por Secretaria de Educación y Subsecretaria de
Educación Básica del Estado.

- 2006 – Noviembre 25. Por participación y colaboración en la etapa
Región Norte del Primer concurso del Cartel Infantil, “porque vivir
sin violencia es nuestro derecho”, realizado en el marco del Día
Internacional para la de la violencia hacia las mujeres y las niñas,
otorgado por la Secretaria de Educación, la Subsecretaria de
Educación Básica y la Subcoordinación de Servicios Educativos en
la Región Norte.

- 2005 – Diciembre 21. Por la participación en las actividades
culturales de fin de cuatrimestre de la Institución, otorgado por la
Rectoría de la Universidad Tecnológica de la Región norte de
Guerrero.

- 2004 – Junio. Por la participación como expositor en la 2da. Expo-Tecnología 2004 otorgado por Iguala expo teach 2004 y
Sysmar de Iguala, S.A. de C.V.

- 2004 – Agosto 16. Por la colaboración en el Concierto de Verano,
en la Iglesia de San Francisco de Asís de Iguala, otorgado por La
Fundación por la Vida y la Cultura A.C. y el Grupo Auge de ciudad
de Chilpancingo, Guerrero.

- 2004 – Noviembre 26. Por participación como expositor en la 1ra. Iguala y su gente 2004 en La Plaza de las Tres Garantías, otorgado
por la Oficina municipal de Enlace de la Secretaria de Relaciones
Exteriores y H. Ayuntamiento municipal de Iguala, Guerrero.


- 2002 – Por la participación en la Exposición de fotografía Iguala
2002 en el Magno festejo del día del estudiante, otorgado por el
H. Ayuntamiento municipal de Iguala, Gro. DISTINCIONES
• 2011 – La 3ra edición de la Enciclopedia Guerrerense que publica el Gobierno del estado de Guerrero., otorga una entrada a Reevolución como revista cultural en guerrero.

• 2006 - Conaculta incluye a Reevolución en el Catálogo de Revistas de Arte y Cultura, en su publicación anual., como la única revista independiente de historia, arte y cultura en Guerrero desde el 2006. LOGROS

- Contamos con una librería de autores guerrerenses conformadas por más de doscientos títulos, que se exhiben y promueven en la Librería Reevolución, esto demuestra el interés del sector intelectual de nuestra entidad por respaldar este proyecto.

- Artistas Plásticos Guerrerenses, han donado obra plástica a Reevolución, contando con un acervo de más de 20 obras plásticas guerrerenses, las cuales se han expuestos en distintos Foros del Estado de Guerrero. DIRECTORIO
Dirección General
Estela Díaz Escobar

Subdirector General
Luís Luna

Diseño
Estudio gráfico Deimos

Consejo Editorial
Luis F. Cariño Preciado. Julio César López Uriza
David Cienfuegos Salgado
Jaime García Leyva
Rosario Román Alonso
Mauricio Leyva Castrejón
Albino López Nava
Víctor Figueroa




Distribución
Manuel Gómez

Av. Vicente Guerrero No. 42, Centro, Iguala, Guerrero.
044 733 142 8399 – 044 733 106 58 68
[email protected]
[email protected]

Elena Garro27 aniversario luctuoso de Elena Garro22 de agosto de 1998 – 22 agosto 2025ELENA GARRO
22/08/2025

Elena Garro
27 aniversario luctuoso de Elena Garro
22 de agosto de 1998 – 22 agosto 2025

ELENA GARRO

Hoy en la historia del estado de Guerrero:General Vicente GuerreroMilitar insurgente, Benemérito de la Patria por Decret...
09/08/2025

Hoy en la historia del estado de Guerrero:
General Vicente Guerrero
Militar insurgente, Benemérito de la Patria por Decreto del 16 de noviembre de 1833. Nació en Tixtla en el Barrio Los Zapatero de las Cuatro Esquinas, el 9 de agosto de 1782; murió en Cuilapan, Oaxaca, el 14 de febrero de 1831. Su nombre completo era Vicente Ramón Guerrero Saldaña. En el acta parroquial que se conserva en Tixtla se encuentran los datos siguientes: “En esta parroquia de Tixtlán a diez de agosto de mil setecientos ochenta y dos años: Yo el Bachiller D. Francisco Cavallero, baptizé solemnemente, puse óleo, y crisma a Vicente Ramón, hijo de don Juan Pedro Guerrero y de doña María Guadalupe Saldaña…”
Edición No. 96 de la Revista Reevolución dedica a nuestro general Don Vicente Guerrero.

01 de agosto de 1926 son cerradas las puertas del templo parroquial de San Francisco de Asís en Iguala, Guerrero., se su...
02/08/2025

01 de agosto de 1926 son cerradas las puertas del templo parroquial de San Francisco de Asís en Iguala, Guerrero., se suspende el culto católico del Episcopado Mexicano; era inminente el inicio de la guerra cristera. (p.220 del libro Un día como hoy, autor Juli César López Uriza)

Estela Diaz Escobar.
En relación a este suceso comparto capítulo II de la 2da parte del libro Los recuerdos del porvenir de Elena Garro. p de 153 a 166.
Caía la tarde. El grito de los voceadores de los diarios que anunciaba la suspensión de los cultos religiosos atravesó mis calles, se introdujo en los comercios, penetró en las casas y puso en movimiento al pueblo. La gente salió a la calle, formó grupos y se dirigió al atrio de la iglesia. —¡A ver si nos dejan sin santos! Bajo la luz violeta de la tarde, la muchedumbre fue creciendo. —¡Vamos a ver quién desmadra a quien! Encerrados en una ira en voz baja, los pies descalzos curtidos por las piedras y las cabezas descubiertas, los pobres se agruparon bajo las ramas de los almendros. —¡Virgen de Guadalupe, ayúdanos a chingar a estos cabrones! Los gritos se sucedían de cuando en cuando, luego volvía el silencio. Mientras esperaban, los hombres fumaban ci*******os baratos y las mujeres cuidaban a sus hijos. ¿Qué esperábamos? No lo sé, sólo sé que mi memoria es siempre una interminable espera. Llegaron las señoras y los señores de Ixtepec y se mezclaron con los indios, como si por primera vez el mismo mal los aquejara. «¿Qué pasa?» era la pregunta que estaba en los labios de todos. A las siete de la noche aparecieron los primeros soldados: llevaban el rifle al hombro con la bayoneta calada. Impasibles, tomaron posiciones para cerrar la posible retirada de los invasores del atrio. Se extendió un gran murmullo; los soldados oyeron llegar hasta ellos la marejada del rencor y permanecieron inmóviles. Las sombras calientes de la noche bajaron de las copas de los almendros y cubrieron el atrio. Don Roque, el sacristán, se abrió paso entre la muchedumbre. Venía lleno de polvo y con el pelo en desorden. —¡Váyanse a sus casas! La multitud permaneció sorda a la voz de don Roque y el atrio se llenó de fogatas, de cirios encendidos y de rezos. Al amanecer llegaron los habitantes de los pueblos vecinos y la muchedumbre aumento, se levantó una gran polvareda que se confundió con las preguntas, el humo de las fogatas, los ¡arre b***o!, y los olores de la comida preparada al aire libre. Grupos de borrachos dormían tirados en el polvo; las mujeres envueltas en sus rebozos reposaban inmóviles. Los años han pasado y aquella inmensa noche en que velamos a la iglesia se aparece en mi memoria con la claridad de una luciérnaga; también como una luciérnaga se me escapa. Apareció la raya naranja que anuncia la mañana; la luz subió por el cielo y nosotros seguíamos en el atrio; teníamos sueño y sed pero no queríamos abandonar a la iglesia en las manos de los militares. ¿Qué haríamos sin ella, sin sus fiestas, sin sus imágenes que escuchaban pacientes los lamentos? ¿A que nos condenaban? ¿A penar entre las piedras y a trabajar la tierra seca? ¿A morir como perros callejeros, sin una queja, después de llevar su vida miserable? —¡Vale más morir peleando! —gritó un hombre arrojando su sombrero al aire. Los demás contestaron a su grito con ayes prolongados que corearon después con «hijos de la chingada» todas las voces de Ixtepec. Alrededor de la iglesia abundaban los vendedores de aguas frescas y de tacos olorosos a cilantro. Los soldados, siempre en su puesto, veían de perfil, con un solo ojo ávido las golosinas inalcanzables para la disciplina militar. Don Roque anunció que antes de la suspensión de los cultos el señor cura daría la bendición a los que la pidieran y bautizaría a los inocentes que no habían recibido el sacramento. Las palabras del sacristán sonaron graves y la gente guardó silencio. El padre Beltrán apareció en la puerta de la iglesia y se formaron colas pacientes que avanzaron de rodillas hasta el sacerdote. El día también avanzó despacio, llovía polvo y el sol pegaba ardiente sobre las cabezas. El padre oficiaba entre cenizas; parecía muy viejo metido en su sotana de cura de treinta años. ¡Ah, si Dios quisiera oírlo y quitar un poco de desdicha de las espaldas de aquellos desgraciados! Sintió que en esos momentos vivía los innumerables días que no había de vivir. Charito, con la banda azul de Hija de María cruzada al pecho, gritaba: —¡Correrá la sangre de los mártires! Sus gritos confundidos con los gritos de los vendedores de golosinas no distraían al padre de su súbita vocación. De pie, imbuido de unos poderes desconocidos, vio avanzar el día sin alejarse de la puerta de la iglesia. Cuando oscureció, de la Comandancia Militar llegó la orden de desalojar el templo a las doce de la noche. Nos quedaban cuatro horas para despedirnos de un lugar que nos había recibido desde niños. La gente se arremolino: todos querían entrar a la iglesia por última vez. El padre abandono la puerta y muy pálido se colocó al pie del altar mayor. Bajo la nave central, en medio de la multitud, Dorotea se encontró con Isabel y su madre. Las tres llevaban las caras sudorosas y los velos negros ajados. —Debemos salir antes de las doce —dijo la señora Moncada. —Voy a ver al general —anunció Dorotea mientras una marejada de fieles la separaba de sus amigas. —¡Voy con usted! Doña Ana se abrió paso entre la gente para llegar hasta donde estaba Dorotea y juntas salieron a la calle. Isabel se quedó sola esperando la vuelta de su madre. La muchedumbre la traía y la llevaba como el agua mece a una planta acuática. Fascinada, se dejaba llevar de un lado a otro. Sintió que un poder ajeno a ella la apartaba de la gente y la llevaba a un lugar desconocido donde se encontraba sola. —¡Hijo de siete madres no verá la luz del día! La amenaza corrió de boca en boca, Isabel la oyó llegar y alejarse girando entre los pilares de la nave. Francisco Rosas atravesó mares de centellas y abajo, muy abajo, quedaron las palabras dichas en la iglesia. «No nos teme», se dijo la joven, y la imagen del general surgió sobre las cabezas de los fieles. Francisco Rosas vivía en un mundo diferente del nuestro: nadie lo quería y él no quería a nadie; su muerte no significaba nada, ni siquiera para el mismo: era un desdichado. Tal vez como ella y sus hermanos tampoco había encontrado el secreto que buscaba desde niño, la respuesta que no existía. «… Isabel, ¿crees que los montes existen?». La voz niña de Nicolás llegó a sus oídos y desde la iglesia en llanto se fue a la mañana en que ella y sus hermanos se escaparon de su casa y un arriero los devolvió a sus padres ya muy entrada la noche. Habían subido a un monte espinoso lleno de iguanas y cigarras. ¡Eso no era un monte! Desde sus tierras pedregosas veían los montes verdaderos: azules, hechos de agua, muy pegados al cielo y a la luz de los ángeles. Los vecinos comentaron delante de sus caras rojas por el sol y sus lenguas hinchadas por la sed: «¡Los Moncada son malos!». Tal vez Francisco Rosas era malo porque había buscado aquel monte de agua sin hallarlo. Sintió compasión por el general. Miró a las gentes agrupadas a su alrededor y no se reconoció en ellas. ¿Qué hacía allí? Apenas creía en Dios y la suerte de la iglesia la dejaba indiferente. Vio a su madre que se abría paso entre la muchedumbre para acercarse a ella. «Ahí viene, muy afligida y siempre está hablando mal de los curas…». —¡No nos recibió! Las palabras de su madre no la afectaron y la figura afligida de Dorotea la dejó indiferente. Sabía que para la vieja la iglesia era su casa y los santos su única familia; hablaba de ellos como de sus conocidos. «Dorotea es prima de la Virgen y amiga íntima de San Francisco», decía riendo Nicolás. En ese momento el desconsuelo de su amiga le produjo un goce extraño. Si pudiera daría el salto para colocarse al lado de Francisco Rosas: quería estar en el mundo de los que están solos; no quería llantos compartidos ni familiares celestiales. Su madre la llamó varias veces; sintió que la tomaban del brazo y con firmeza la conducían entre la gente. Se encontró con el aire perfumado del atrio y con la cara de su madre que la miraba de muy cerca. Luego en silencio cruzaron mis calles apagadas y llegaron a su casa. —Es un hombre muy extraño… Tan joven… Isabel no respondió al comentario de su madre. Doña Ana se desprendió el velo negro y se miró indiferente en el espejo. Su hija sentada en el borde de la cama no dio importancia ni a sus palabras ni a sus gestos. Anda muy lejos su cuarto caminando un porvenir que empezaba a dibujarse en su memoria. —Va a haber mu***os —agregó la señora. Cayó el silencio entre las dos. Se oía el tictac del reloj puntual como una hormiga que corriera sobre un mueble. Félix había olvidado detener el tiempo y la joven se dejaba llevar por sus pasos precisos a un futuro que lucidez. Su madre abrió el ropero para guardar el chal y un olor a naftalina y a perfume se escapó de sus puertas. Su padre entro en la habitación. Él no había ido al templo; delante de él Isabel bajo los ojos, se sintió culpable.
Lejanas llegaron las doce campanadas de la torre de la iglesia y los Moncada se miraron y esperaron. Unos minutos más tarde se oyeron los primeros disparos; parecían cohetes. —Va a haber mu***os… —insistió Ana. La calle se llenó de carreras y quejidos. Dispersaban a la gente y ésta huía despavorida ante las descargas cerradas de los máuseres. Don Martín encendió un ci******lo y volvió el rostro a la pared. Le pareció que la cal del muro se salpicaba de sangre. —¡Papa, papa! A mí no me entiende nadie… ¡Nadie! —gritó Isabel abrazándose a él. —¡Cálmate! —dijo su padre alisándole los cabellos. —¡Nadie! —insistió Isabel sacudida por los sollozos. —Estas muy nerviosa… Y doña Ana se fue a la cocina a preparar una bebida de tila para la niña Isabel. A las cuatro de la mañana los últimos invasores del atrio abandonaron sus puestos. Bajo los almendros quedaron mujeres con las cabezas rotas a culatazos y hombres con las caras destrozadas a puntapiés. Sus familiares los arrastraron fuera de allí y los soldados victoriosos cerraron las puertas de la iglesia y echaron cadenas y candados a las rejas del atrio. Luego, excitados por la pelea, cazaron a balazos algunos perros callejeros que husmeaban la comida abandonada por los católicos. En la mañana el orden tan querido por los gobernantes se había restablecido: bajo el sol brillante, los cadáveres de los perros, los rebozos ensangrentados, los huaraches impares perdidos en la huida y las ollas de comida rotas eran despojos de la batalla de los pobres. Cordones de soldados vigilaban el destrozo. Ese día Ixtepec no abrió ni sus balcones ni sus comercios. Nadie caminó mis calles y Francisco Rosas se encerró en el hotel. Por la tarde apareció Dorotea con sus guirnaldas de flores. Iba como siempre, de prisa y hablando sola. Al llegar al atrio, ignoró los montones de basura que estorbaban el paso y la presencia de las tropas; con mano segura intento abrir las rejas cerradas con candado. Los soldados la detuvieron. —¡Eh, señora! —¡Hombres de Dios! —respondió la vieja. Los soldados se echaron a reír, se acercaron a ella, le arrebataron las guirnaldas y las lanzaron lejos. El golpe de las flores sobre las piedras levantó miles de moscas que zumbaron enojadas alrededor de los cadáveres de los perros. Luego los hombres hicieron como si la fueran a ensartar con la punta de su bayoneta y sus risotadas estallaron feroces en el atrio vado. Dorotea, vencida, se sentó a llorar en medio de la calle. Parecía una piedrita más tirada junto a los montones de basura. —¡Váyase a su casa, abuelita! —Le suplicaron los soldados cuando la vieron llorar. Sus ruegos sonaron huecos en el pueblo callado y Dorotea, sentada en medio de la calle, lloró hasta muy entrada la noche.
Siguieron unos días callados y luego volvieron los motines inútiles y sangrientos. Me invadió un rumor colérico. Yo ya no era el mismo con la iglesia cerrada y sus rejas vigiladas por soldados que jugaban en cuclillas a la baraja. Me preguntaba de donde vendrían aquellas gentes capaces de actos semejantes. En mi larga vida nunca me había visto privado de bautizos, de bodas, de responsos, de rosarios. Mis esquinas y mis cielos quedaron sin campanas, se abolieron las fiestas y las horas y retrocedí a un tiempo desconocido. Me sentía extraño sin domingos y sin días de semana. Una ola de ira inundo mis calles y mis cielos vacíos. Esa ola que no se ve y que de pronto avanza, derriba puentes, muros, quita vidas y hace generales. «¡No hay mal que dure cien años!…». «¡El que al cielo escupe a la cara le cae!», gritaban desde los árboles y los tejados. Francisco Rosas oía los gritos y disminuía el paso. «¡Mira, Francisco, ¡te vale que soy mansito!». El general, sonriente, buscaba la cara del que profería la amenaza. Parecía que había olvidado a Julia y que ahora era a nosotros a quien buscaba. Si tuvo miedo no lo demostró pues a los pocos días convirtió al curato en Comandancia Militar y una tarde señalada mando hacer una hoguera con las imágenes del templo. Así fue como vi arder a la Virgen y vi también su manto convertido en una larga llamarada azul. Cuando esto sucedía los militares entraban al curato y volvían cargados de papeles que arrojaban a la hoguera sin ningún sobresalto. En la plaza quedó un montón de cenizas que se dispersó poco a poco. El padre Beltrán desapareció. Decían que había huido. ¿Por dónde? ¿Por el camino de Tetela, por el de Cocula? Yo no lo vi salir ni sabía que anduviera por mis montes. Se decía también que estaba detenido en Ixtepec y que los militares pensaban matarlo cualquier noche. Nosotros preferíamos creerlo andando por un camino seguro, lejos de Rosas, con su larga sotana flotando entre las milpas verdes. «Fue a avisar lo que sucede y vendrán fuerzas a salvarnos». Y mientras esperábamos, aparecieron los primeros carteles pegados en las puertas de las casas y del curato. En los carteles estaba el Paño de la Verónica con el Rostro de Cristo y una misteriosa leyenda: «¡Viva Cristo Rey!». También empezaron los balazos nocturnos. Amanecían soldados mu***os en el mercado; algunos llevaban en sus dedos engarruñados por la muerte la cuchara de plomo con la que cenaban pozole perfumado de orégano. Los hombres de Ixtepec desaparecían y en las mañanas encontrábamos los cuerpos de algunos, mutilados y tirados en los llanos que me rodean. Otros más se nos perdían para siempre o se iban a no sabíamos dónde. Se prohibió el uso de las linternas sordas para ayudarse a caminar en lo oscuro. «¡No aluce, ca**ón!» y un balazo callaba la luz. Empecé a tener miedo del castigo y miedo de mi cólera. En las noches encerrados en las casas espiábamos. —«¿Vendrán?». No. Nadie venía. Nadie se acordaba de nosotros. Sólo éramos la piedra sobre la cual caen los golpes repetidos como una imperturbable gota de agua. Era viernes. La noche estaba inmóvil, se oía el respirar pesado de las montañas.

secas que me encierran, el cielo negro sin nubes había bajado hasta tocar tierra, un calor tenebroso volvía invisibles los perfiles de las casas. La calle del Correo callaba, ninguna raya de luz rompía sus tinieblas. Tal vez serían las dos de la madrugada cuando se escuchó una carrera que resonó en Ixtepec como el redoble de un tambor. Otras carreras la siguieron, los zapatos restallaron en el empedrado como latigazos rápidos. Alguien huía y muchos pasos frenéticos lo seguían de cerca. La primera carrera se detuvo en seco. Se oyó su respiración jadeante; los otros pasos también se detuvieron y entonces se oyeron voces sofocadas. —¡Dale! ¡Dale! Cayeron piedras que retumbaron sobre las piedras y se estrellaron en las maderas de las ventanas; otras rodaron frenéticas y sacaron chispas al empedrado de la calle. Adentro de las casas la gente se quedó quieta: estaban matando a alguien. —¡Dale! ¡Dale más! Las voces pedían más piedras. Un hombre pidió auxilio. —¡Ábranme, padrecitos! ¡Socórreme, Jesús bendito! Las voces asesinas cayeron roncas sobre la suya. —¡Ahora te socorremos, ca**ón! Una lluvia de piedras cayó sobre su suplica. La voz prendida a los barrotes del balcón de doña Matilde gimió: —Virgen purísima… Una última piedra estallo sobre ella y la apago. —¡Vámonos! —dijeron las voces sanguinarias. —Sí, luego venimos a recogerlo. —¿Cómo que luego? Hay que llevárselo ahorita. —Nos va a ensuciar de sangre —dijo una voz quejumbrosa. —Es cierto. Mejor esperamos al rato, que ya no cuele. Se oyó el ruido de un zaguán que crujía y de unas trancas cayendo. Las voces guardaron silencio. Cruzaron la calle, se replegaron en el portón del Correo y desde allí espiaron. ¿Quién era el piadoso? Doña Matilde en camisón salió a la calle llevando en la mano un quinqué encendido. Avanzó tentaleando entre las sombras que su luz no alcanzaba a romper. —¿Dónde? ¿Dónde, hijo mío?… Los asesinos echaron a correr y la señora al oír la carrera se detuvo. «Van a dar la vuelta a la manzana para caerme al llegar a la esquina» y no pudo avanzar. Los pasos se alejaron veloces y la noche volvió al silencio. Pegada al suelo por el miedo, la señora miraba sin mirar la oscuridad que la rodeaba y que su pequeña luz no deshacía. Sintió que los segundos caían sobre ella como enormes cenizas. Desde la acera de enfrente las Montúfar la miraban a través de los visillos. También ellas estaban mudas por el miedo y fascinadas veían a doña Matilde que levantaba y bajaba el quinqué como si estuviera conjurando las sombras. «Apenas tengo tiempo» y trató de avanzar, pero el suelo se hundió bajo sus pies. Nunca se había dado cuenta de lo alejado que quedaba su balcón de la entrada de su casa. Cuando llegó a su ventana encontró el silencio que se produce en el lugar donde se ha cometido un crimen; el cuerpo no estaba y la sangre huía rápida entre las piedras. «Se lo llevaron», y doña Matilde miró interrogante los barrotes y el muro ensangrentado. De la acera de enfrente los Montúfar le hacían señas que ella no veía. «Ojalá que Nico y Juan lleguen a su casa»… Un grupo de ojos ardientes la espiaban desde la contraesquina de las calles de Alarcón y del Correo. Los asesinos habían dado la vuelta a la manzana y la miraban ávidos desde lo oscuro. Doña Matilde giró sobre sí misma, buscando; luego rehízo su camino, entró a su casa y cerró el portón. La noche sin aquel círculo de luz volvió a las sombras. El racimo de ojos asesinos se desplazó cauteloso hasta el lugar del crimen. —¡Ora si! —dijo una voz muy baja. —¿Qué pasa? —preguntó la voz quejumbrosa, casi en un suspiro. —¡Quién sabe! —respondieron dos voces atemorizadas. —Esto de meterse con Dios no es bueno… volvió a decir la voz apesadumbrada. —Se nos fue el difunto… —Vámonos de aquí… Y las voces quedas se alejaron de la casa de doña Matilde. La noche volvió al silencio. Media hora después, del otro lado de Ixtepec, cerca de las Trancas de Tetela se oyeron los cascos de cuatro caballos. —Algo pasó… —Si… no vinieron. Vamos a entrar —ordenó Nicolás en voz muy baja. Su hermano y dos caballerangos que acompañaban a los jóvenes tomaron el camino de la casa de los Moncada. Un grupo de soldados les salió al paso y los detuvo. —¿Quién vive? —¡Gente de paz! —respondió Juan Moncada. —Está prohibido caminar a estas horas. —No lo sabíamos. Venimos llegando de Tetela —volvió a contestar Juan Moncada. —Pues quedan detenidos. —¿Detenidos? —gritó colérico Nicolás. —Sí, no vaya a ser que sean de los que andan cazando soldados en la noche. Unos de los hombres cortaron cartucho y se echaron el rifle al hombro, mientras otros arrebataron las riendas de las manos de los Moncada. Luego los encaminaron al curato convertido en Comandancia Militar. Al cruzar el patio sembrado de naranjos, un fuerte olor a alcohol se mezcló con el perfume de las ramas de los árboles. Los condujeron a una habitación que había sido del padre Beltrán. El orden antes implacable de aquel cuarto había sido trocado por un desorden de colillas, de papeles y de huellas groseras en el encalado de los muros. Los clavos que sostuvieron imágenes santas suspendían ahora el rostro torvo del jefe Máximo de la Revolución, título que se había otorgado el Dictador, y la cara regordeta de Álvaro Obregón. —¿Y el padre? —preguntó Juan Moncada. —Anda huido… —contestó un soldado. —Ahora es ley que los padres andén detenidos, por eso se huyó —agregó otro de los hombres. —¿A qué horas nos van a soltar? —dijo Nicolás impaciente. —Nomas que llegue el general. Él nunca se tarda cuando se trata de colgar pelados. Los hermanos guardaron silencio y los hombres se pusieron a jugar a los naipes. El cuarto se llenó de humo de ci*******os amargos y de gritos. —¡Tercia de espadas! —¡Caballo de oros! —¡Rey de copas! Los nombres de las cartas brillaban unos segundos en el cuarto sucio. Cada reina, cada caballo derribaba los muros manchados y dejaba entrar a los personajes luminosos de la noche. —Un «Farito», joven… —ofreció humilde uno de los soldados. Nicolás aceptó sonriente el tabaco. —Para espantar el sueño —agregó el hombre a guisa de excusa. Nicolás encendió los ci*******os y los dos se miraron a los ojos. —La vida no es como uno quisiera que fuera —dijo soldado bajando los parpados, avergonzado. Fumaron en silencio. Nicolás a horcajadas en la silla y con la mirada huraña; el otro buscándole los ojos. —Hay que escoger entre el placer de uno y… el de los otros —dijo el hombre en voz muy baja. Nicolás sonrió ante la delicadeza del hombre que cambiaba la palabra vida por la palabra placer. Y el soldado supo que no quedaba rencor entre los jóvenes y sus aprehensores. Del patio de naranjos llegaron voces y pasos. Los soldados se pusieron de pie, guardaron los naipes y se alisaron las mechas negras. —¿En dónde están los conjurados? —Por aquí, mi general. La puerta se abrió de golpe y Francisco Rosas apareció frente a los hermanos. Se detuvo y los miró con fijeza. Observó sus botas sucias, sus pantalones arrugados por el viaje y sus caras tostadas por el sol. A un lado estaban sus morrales; sobre una mesa, sus pistolas. —Buenas noches… ¿De dónde vienen a estas horas? —De Tetela. Preferimos viajar de noche para evitar el calor. —Contestó Juan Moncada. El general los miró unos segundos y luego se volvió a sus hombres. —¿No ven que son los Moncada? Los soldados se quedaron impasibles. —Ya pueden irse —dijo Rosas, disgustado. Juan y Nicolás recogieron sus morrales. —Dejen aquí las armas —ordenó el general suavizando la voz para no suavizar su poder. —Buenas noches. Y los Moncada se dispusieron a partir. —¡Oigan!… En sus andanzas ¿no se encontraron con Abacuc? —preguntó Francisco Rosas fingiendo indiferencia. Abacuc era un antiguo zapatista. Cuando Venustiano Carranza asesinó a Zapata, Abacuc guardó silencio, dejó las armas y se dedicó al pequeño comercio. Viajaba de pueblo en pueblo, montado en una mula, vendía baratijas y se negaba a hablar del gobierno carrancista. Enigmático, vio como después Obregón asesinó a Carranza y tomó el poder para más tarde pasárselo a Calles. El, Abacuc, siguió vendiendo sus collares de papelillo, sus arracadas de oro y sus pañuelos de seda, mientras el grupo en el Gobierno asesinaba a todos los antiguos revolucionarios. Al empezar la persecución religiosa, Abacuc y su mula cargada de fantasías desaparecieron de los mercados. Se decía que se había ido a la sierra y que desde allí organizaba la sublevación de los «cristeros». —No lo vimos, general —respondió muy serio Nicolás. —Se le está juntando mucha gente —dijo Rosas con desgano. —Parece. Francisco Rosas levantó una mano en señal de despedida. —Nos vemos, Moncada… Y Rosas les dio la espalda. Los hermanos salieron del curato. Rayaba el día cuando cruzaron el portón de su casa.

14/06/2025

IGUALA.
Presentación del libro "La revolución zapatista en la Región Norte de Tierra Caliente y Norte de Guerrero" del historiador Crispín Salgado Hernández.
Presenta la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística correspondiente a Iguala y REevolución Revista Cultural de Guerrero
Participación del autor de la obra, Maestro Crispín Salgado Hernández.
Viernes 13 de junio del 2025.

Revista Resiliencia Periodismo Cultural de Guerrero

IGUALA.Presentarán libro “La revolución zapatista en la región de Tierra Caliente y Norte de Guerrero”Luis Luna Iguala, ...
12/06/2025

IGUALA.
Presentarán libro “La revolución zapatista en la región de Tierra Caliente y Norte de Guerrero”
Luis Luna
Iguala, Gro. Junio 12

El libro “La revolución zapatista en la región de Tierra Caliente y Norte de Guerrero” está constituido por 8 capítulos iniciando con los antecedentes del desprecio y maltrato que vivían los campesinos por los hacendados, esta fue la causa principal por la que se unieron miles de mexicanos y guerrerenses a la revolución desde el primer momento de su estallido en Palos Altos, municipio de Arcelia, Guerrero.

"A través de la lectura de esta obra, podemos enterarnos por testimonios orales del Coronel Samuel Martínez, evocados por su hijo el profesor Herón Martínez Álvarez conociendo que los pronunciados en Guerrero tuvieron una destacada y sobresaliente participación, y nos habla de protagonistas que han sido olvidados principalmente de Zapatistas de la Región de Tierra Caliente y Norte y de Villistas de en la Costa Grande de nuestro Estado de Guerrero”, informó en entrevista la promotora de lectura Martha Mazón Parra, quien será una de las comentaristas de esta obra de investigación que se presentará el viernes 13 de junio a las 6 de la tarde en el Centro Cultural “La casa de mis abuelitos”, ubicado en Avenida Vicente Guerrero No. 39, esquina con Nicolás Bravo en Iguala, Gro.

La obra que será comentada también por el investigador morelense, Agur Arredondo es presentada por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística correspondiente a Iguala, en coordinación con REevolución Revista Cultural de Guerrero, “y como todo buen libro y buena historia termina con la muerte en emboscada de Jesús H. Salgado en la Barranca de los Encuerados, hecho del cual refiere el autor existen versiones contradictorias”, señaló Tita Mazón.

Al respecto, el historiador Luis Felipe Cariño Preciado, quien será el moderador de la presentación subrayó que “el libro fue escrito por el maestro Crispín Salgado Hernández y el profesor Herón Martínez Álvarez en que se menciona a un héroe que es el general Jesús H. Salgado que fue el único zapatista que llegó a ser gobernador del estado de Guerrero”. El evento será con entrada libre, contará con venta de libro y firma del autor.



destacados

Invitación a la  Presentación del libro La revolución  zapatista en la Región de Tierra Caliente y Norte de Guerrero, ev...
10/06/2025

Invitación a la Presentación del libro La revolución zapatista en la Región de Tierra Caliente y Norte de Guerrero, evocación del Coronel Samuel Martínez, una narrativa histórica local de los acontecimientos de la revolución mexicana en Guerrero.

Contaremos con la asistencia del autor maestro Crispín Salgado Hernández, los comentaristas: maestra Martha Mazón Rebolledo, Ing. Agur Arredondo Torres y el maestro Luis Felipe Cariño Preciado como moderador de la presentación de este libro. Un evento coordinado por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística correspondiente a Iguala y la revista Reevolución.

La cita es este viernes 13 de junio de 2025, a las 6:00 pm . Centro cultural "La casa de mis abuelitos" Av. Vicente Guerrero, No. 39 esquina Nicolás Bravo. Venta de libros y firma del autor. Evento cultural gratuito.
destacados

Del 18 al 22 de mayo, el Zócalo de Acapulco será el punto de encuentro para celebrar la lectura, la cultura y el pensami...
14/05/2025

Del 18 al 22 de mayo, el Zócalo de Acapulco será el punto de encuentro para celebrar la lectura, la cultura y el pensamiento en la Feria Internacional del Libro Acapulco 2025. Esta feria tiene como objetivo principal acercar los libros a todas las personas, fomentar el amor por la lectura y promover el diálogo entre autores, lectores y comunidades.

Invitamos a toda la comunidad a ser parte activa de esta gran fiesta literaria. Su participación es clave para fortalecer el tejido cultural de nuestra ciudad y hacer de la feria un espacio vivo, diverso y de todos. ¡Hagamos nuestra la FILA 2025 y llenemos Acapulco de letras y voces!

El Gobierno Municipal de Acapulco a través de la dirección de cultura te invitan:

CORAC presenta:✍🏼Gala de Escritores🪶:“Realidades Paralelas” con el escritor invitado: Everardo Martínez, el Perro Rabios...
14/05/2025

CORAC presenta:
✍🏼Gala de Escritores🪶:

“Realidades Paralelas” con el escritor invitado: Everardo Martínez, el Perro Rabioso.

| 2 PRESENTACIONES |
📍Cancha Deportiva en Santa Teresa | Monumento a la Bandera Centro Histórico de Iguala.
🕣10:00 hrs. | 17:00 hrs.
📆Jueves 15 de Mayo 2025.

Fuimos y somos del equipo inicial que conformaba hace 23 años la revista REevolución.Gracias a todos por su contribución...
15/04/2025

Fuimos y somos del equipo inicial que conformaba hace 23 años la revista REevolución.
Gracias a todos por su contribución invaluable. 15 de abril 2002 – 2025.
FOTO: Archivo de revista REevolución.

EL TRIBUTO INDÍGENADurante el dominio español los indígenas pagaron tributo al encomendero en las primeras décadas y a l...
29/03/2025

EL TRIBUTO INDÍGENA
Durante el dominio español los indígenas pagaron tributo al encomendero en las primeras décadas y a la Corona posteriormente. Inicialmente cumplieron con esa contribución de manera semejante a la época prehispánica: con productos y servicios. Más tarde, lo hicieron con dinero y el monto se determinó de acuerdo con la cantidad de personas que había en cada lugar. Había tributarios enteros y medios tributarios. Los primeros los constituían la pareja en matrimonio y, los segundos, los viudos y solteros hombres y mujeres. La regulación del tributo varió a lo largo del virreinato, como sucedió en 1758 que el rey Fernando VI expidió una cédula real exonerando del tributo a las indias viudas y solteras. Esa disposición fue publicada por bando en Nueva España el 29 de marzo de 1759 y un ejemplar de éste, del que ahora se presenta una imagen, fue recibido en el Real de Minas de Taxco el 21 de junio del mismo año y se ha conservado, hasta la fecha, en el Archivo Municipal de Taxco, sección colonial, caja 1, expediente 38. Texto: Mercedes García Zapoteco y María Teresa Pavía Miller, Proyecto en Antropología e Historia en el Norte de Guerrero, Coordinación Nacional de Antropología, INAH. Imágenes: Real provisión, AMT, sección colonial; vendedores de petates en Taxco Guerrero, imagen de la compañía México Fotográfico, tomada en el siglo XX y publicada en https://www.mexicoenfotos.com/MX14202363290165.jpg

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Acuario 58, Loma Bonita
Acapulco
36059

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