27/07/2025
Rayos y Águilas empatan en intenso encuentro
(Necaxa 1-1 América)
Por Cruz Soto
Existe un concepto para definir el Club Necaxa-América de esta noche en el Victoria: Intensidad. Ambos cuadros se brindaron en el terreno de juego, no dejaron de correr, pelear, marcar, jugar y buscar el gol que significara la diferencia. Si bien el encuentro tuvo sus opciones de gol, más para el bando visitante, la intensidad que imprimieron los dos equipos es de resaltar y enmarcar. Al final, el empate a un gol describió un juego con mucha fuerza física, fortaleza mental y pasión por parte de los 22 hombres en el campo.
Fernando Gago no especuló con su XI de inicio e hizo modificaciones en comparación con el juego ante Querétaro. Dispuso de una línea de 3, colocando a Peña, De Buen a Tomas Jacob, inédito en este , para cubrir la central. Trabajo por fuera con “Chicote” Calderón y Kevin Rosero, un par de alas que le dieran salida al equipo. En la medular colocó a José Iván Rodríguez, un todoterreno con oficio muy defensivo. Liberó a Agustín Palavecino, mientras que mientras que Ricardo Monreal y Johan Rojas orbitaban ante la figura de Diber Cambindo, único eje de ataque.
Intenso, así fue el inicio de Necaxa ante un América que tampoco rajó de la circunstancia. Si los Rayos apretaban, el cuadro de Coapa resistía e imitaba el movimiento. Inmediatamente se identificaron los duelos individuales: Rosero ante Violante, “Chicote” contra Kevin Álvarez, mientras que Diego de Buen tuvo una tarea en específico: marcaje personal con Víctor Dávila. Si el chileno salía de la zona, el central lo seguía. No había espacio que el mexicano le dejara al andino. Uno de los duelos que más se dio durante la primera mitad fue la del “Chicote” ante Álvarez. Ambos se conocen por el tiempo que compartieron vestidor en América. Álvarez le ganó la partida en varias ocasiones a su ex compañero, en una de esas, en un tiro centro elevado pegó la pelota en el travesaño y generó el alarido de todo el público.
Poco antes de la media hora de juego, América se adueñó de control de la pelota. Dominó el juego a placer e impuso el ritmo que más le gustaba. Paseaba la esférica de un lado para otro y generaba opciones con sus carrileros, aunque regresaba al punto de partida y volvía a iniciar. Necaxa se resignó a seguir la pelota con la vista. El factor de los duelos individuales cobró factura: una jugada bien fabricada y tejida por Fidalgo, Violante y Gutiérrez, por la derecha de los Rayos, acabó en gol americanista. Gutiérrez no dejó morir la pelota en línea de fondo, forzó la diagonal retrasada y la “Pantera” Zúñiga llegó al encuentro con la bola para abrir el marcador. El dominio americanista se reflejaba en el tanteador.
Necaxa llegó al encuentro poco antes del descanso. América relajó su juego y los Rayos aprovecharon el regalo. Generó su primer oportunidad de gol a los 40 minutos tras una consecución de toques que acabó con el tiro a gol de Palavecino y el desvío de la defensa americanista. Tan relajado estaba el cuadro de Coapa que se durmió y le empataron en la siguiente jugada. Un tiro de esquina que quedó vivo dentro del área y en la consecución de rebotes, Diber Cambindo fue el ganón que igualó el marcador.
Decía Manuel Lapuente que en las formaciones espejo, el que tuviera la pelota y generara mejores opciones de gol, es quien mejor estaba interpretando la idea. Si bien América era superior y tenía más oportunidades de anotar, Necaxa no rajaba y encontraba sus chances mediante la pelota parada, además de ocupar bien los espacios que dejaban los azulcremas en cuadro bajo. Generó una muy clara a un pique de Monreal por el centro de la zaga americanista que todo el estadio observó, menos Johan Rojas, quien tocó muy a destiempo. Al poco, la respuesta de las Águilas: un disparo de media distancia que incluyó una atajada providencial de Ezequiel Unsain.
André Jardine fue el primero en mover sus piezas en un campo de futbol que se convirtió en un tablero de ajedrez. Prescindió de Kevin Álvarez para darle entrada a Zendejas, mientras que sacó a Víctor Dávila y colocar al “Búfalo” Aguirre en referencia de ataque junto a Zúñiga. Una propuesta interesante la que mandaba el brasileño. Gago le contestó el mensaje con la entrada de Pável Pérez y de Alejandro Andrade, aunque tuvo que sacar a Johan Rojas. La apuesta casi le sale ganadora al argentino con un disparo de Pável que pasó apenas por un lado tras una recuperación en la zona baja del rival. Acto seguido, otro error en la defensa americanista abrió la posibilidad de un disparo de Cambindo que también se fue a un lado del poste. Errores que pudieron costar puntos.
Pasados los 80 minutos el encuentro se convirtió en acierto y error a pesar de la intensidad con la que se jugaba en ambas canchas. América se encimó en contra de los Rayos con la pelota, mientras que los de Gago buscaban una jugada a los piques de Cambindo que tomara mal parada la defensa americanista. Nunca la encontró. Gago decidió darle descanso a un agotado goleador, al igual que Agustín Palavecino, que corrió la milla. La intensidad marcó un partido donde ambos equipos se brindaron y que quedó manifiesto que Necaxa, en la era post Paradela, le puede competir a cualquiera.