19/06/2025
No es exageración. No es debilidad. Es ciencia. Una mujer puede estar físicamente acostada…
pero su cuerpo y su mente siguen trabajando en niveles que muchos no imaginan.
Y no solo porque piensa en todo:
los hijos, la escuela, la comida, la rutina…
sino porque su cuerpo está diseñado para operar bajo un sistema más complejo que el del hombre promedio.
El cerebro de la mujer está diseñado para usar más conexiones entre hemisferios.
Eso significa que, incluso en descanso, su cerebro sigue procesando múltiples tareas a la vez.
Literalmente: su mente no se apaga.
Además… cada mes, su cuerpo se prepara para crear vida.
Y no, no solo es tener la regla.
Durante cada ciclo menstrual, el cuerpo femenino atraviesa cuatro fases hormonales distintas,
y en cada una de ellas cambia su energía, su estado de ánimo, su capacidad de concentración,
su tolerancia al dolor y hasta la calidad de su sueño.
Mientras tanto, ella sigue trabajando, cuidando, sosteniendo, resolviendo.
Y si es mamá, su cerebro cambia todavía más.
Durante y después del embarazo, el volumen de materia gris se reduce temporalmente,
porque se reorganiza para priorizar instintos de protección, empatía, respuesta al llanto, vigilancia.
Es decir: una madre biológicamente no puede desconectarse.
Ni aunque lo intente.
Y mientras tú logras dormir ocho horas…
ella despierta cinco veces, aunque el bebé no llore.
Ella no descansa igual.
Y eso es algo que su cuerpo no elige.
Entonces… ¿por qué necesita dormir más?
Porque su sistema nervioso está sobreestimulado.
Porque sus hormonas cambian todos los días.
Porque su cerebro procesa más al mismo tiempo.
Porque su cuerpo, mes a mes, se prepara para embarazarse, aunque no lo haga.
Porque su mente no se apaga, incluso dormida.
Y aún así,
muchas veces carga con la culpa de descansar más…
como si eso la hiciera menos fuerte,
menos capaz,
menos mujer.
Esta nota no es para justificar…
Es para entender.
Porque muchas mujeres viven agotadas por dentro,
aunque se vean enteras por fuera.
Y si tú eres una de ellas,
no estás sola, ni estás exagerando.
Tu cuerpo necesita más descanso.
Y no es debilidad.
Es ciencia.
