
30/07/2025
Hay una verdad incómoda que pocos quieren aceptar:
La vida duele. Siempre.
A veces más, a veces menos…
pero duele.
Duele madrugar para entrenar.
Duele quedarte tirado en el sillón viendo cómo se te escapa la vida.
Duele esforzarte por construir algo grande.
Y también duele conformarte con algo chico.
Entonces…
si el dolor es inevitable,
¿por qué no elegir uno que sí valga la pena?
Hace poco leí una frase pesada:
*“You will suffer either way, so suffer for something worthwhile.”*
Pum!! Me llegó…
Porque muchas veces evitamos el trabajo duro, la disciplina, la incomodidad…
creyendo que así nos ahorramos el sufrimiento.
Pero no funciona así.
Saltarte el gimnasio hoy se siente bien…
hasta que llega la culpa.
Evitar esa conversación incómoda te da paz momentánea…
hasta que explota lo que no resolviste.
Postergar tu sueño emprendedor te da seguridad…
hasta que ves a alguien más viviendo la vida que tú querías.
Un dolor es más fácil, pero se queda más tiempo.
Otro cuesta más, pero construye algo.
Yo he sentido los dos.
Y te lo digo sin filtro:
El segundo duele mucho… pero también transforma.
¿Estás sufriendo por algo que te acerca a quien quieres ser…
o por huir de ello?
Porque vas a sufrir.
Solo elige por qué vale la pena hacerlo.... *tkshdsptm!*