
16/07/2025
Cuando el mundo te dé la espalda, Dios te extiende sus brazos.
La soledad puede doler, pero nunca estás realmente solo. Cuando todos se alejan, Dios se acerca. Sus brazos no se cierran, su amor no se acaba, su presencia nunca falla. En Él siempre encontrarás consuelo, dirección y esperanza.
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.
Salmo 27:10