23/07/2025
"Importadores de Absorben Costos y los Trasladan a Consumidores".
Los aranceles aplicados por la administración estadounidense están
siendo absorbidos en gran medida por los propios importadores, quienes
a su vez comienzan a trasladar el costo a los consumidores finales,
revelan analistas, poniendo en duda la capacidad de la política
comercial para contener la inflación sin afectar a los hogares.
De acuerdo con un informe elaborado por Sarah House, economista senior
de Wells Fargo, hay pocas señales de que los exportadores mexicanos
estén absorbiendo las subidas arancelarias, a pesar del contexto
global de desaceleración industrial y debilidad en la demanda.
“Si los exportadores extranjeros absorbieran el costo de los
aranceles, los precios de las importaciones estadounidenses estarían
disminuyendo proporcionalmente al aumento de la tasa arancelaria”,
apuntó House. “Sin embargo, los precios de las importaciones no
combustibles aumentaron un 1.2 por ciento interanual en junio, lo que
indica que los proveedores extranjeros se resisten a recortar
precios”.
La tasa arancelaria efectiva se ha disparado del 2 por ciento en 2024
al 16 por ciento actual, por lo que la presión recae directamente
sobre los importadores estadounidenses. Las empresas están optando por
una combinación de estrategias: reducir márgenes de ganancia, elevar
precios al consumidor y absorber parcialmente el impacto fiscal, según
explica el reporte.
“Las empresas nacionales están asumiendo el costo del aumento de los
aranceles y comenzando a traspasarlo a los consumidores”, reiteró
Sarah House, destacando que si bien se anticipa una menor demanda
interna en EU que podría presionar a la baja algunos precios de
importación, esta tendencia sería contrarrestada por un dólar aún más
débil y una actividad manufacturera fuerte en México y la eurozona.
En tanto, la economista Delia Paredes Mier, de TransEconomics,
coincidió en que el efecto inflacionario, aunque gradual, ya se
percibe en sectores específicos como electrodomésticos, materiales de
construcción y productos manufacturados intermedios.
“Ya se observa un traspaso parcial a los precios. Muchos importadores
inicialmente absorbieron parte del golpe, pero con márgenes cada vez
más apretados, ese costo está llegando al consumidor final, sobre todo
cuando se agotan inventarios pre-arancel”, añadió.
En cuanto a México, Paredes señaló que si bien el nearshoring ha
brindado cierta resiliencia a las exportaciones, el entorno más
proteccionista expone vulnerabilidades estructurales. “La pérdida de
competitividad vendrá si los costos logísticos y regulatorios internos
en México no se alinean con esta nueva realidad comercial. El riesgo
no es tanto la demanda de EU, que sigue sólida, sino nuestra capacidad
de respuesta”.
Uno de los objetivos de la implementación de aranceles por parte del
gobierno de Donald Trump es repatriar la industria manufacturera y la
generación de empleos en esta actividad, pero es algo que se ha
intentado en años anteriores sin éxito, y en esta ocasión no será la
excepción, debido principalmente a temas relacionados con costos,
señalaron expertos.
“Las tres últimas administraciones han intentado sin éxito,
reincorporar mayores empleos manufactureros hacia EU, que se han ido
perdiendo a lo largo del tiempo, y prevemos que el último esfuerzo,
con la expansión de los aranceles por parte de Trump en su segundo
mandato, no será la excepción”, indicó Thomas Ryan, economista para
Norteamérica de Capital Economics.
Consideró que, si bien sectores como el automotriz y el farmacéutico
tienen cierto potencial de repatriación, en general, un enfoque basado
en aranceles para atraer fabricantes extranjeros a EU es algo
complicado.
“Dato que EU no puede replicar el modelo manufacturero de bajo costo
de Vietnam o Pakistán en Ohio o Michigan, y con el empleo
manufacturero ya cerca de mínimos históricos, nuestra evaluación del
alto nivel de aranceles de Trump es que es poco probable que vuelvan a
aumentar los empleos en el sector”, indicó.
Adam Hersh, economista senior del Instituto de Política Económica,
afirmó en un reciente evento de Brookings Institution, que no es
probable que el empleo en el sector vuelva a sus niveles históricos en
el país.
“El hecho de no poder regresar a las cifras de empleo vistas en años
anteriores se debe en parte a la competencia internacional, pero en
mayor medida al crecimiento de la productividad en la automatización,
que ha resultado en mayores niveles de producción con menos
trabajadores”.