04/08/2025
¡Lo que nos faltaba.!!! Escasea el queso regional en el norte de Sonora por la sequía; consumidores y productores resienten la crisis
Por: Ramiro Arrizon Quintero
Caborca, Sonora.-
En mercados, expendios y fondas del norte de Sonora, el queso regional —ese de rancho, fresco, artesanal, sabroso— comienza a escasear notablemente. Y no es por falta de ganas ni de compradores: es la falta de lluvias la que está ahorcando a los productores de leche en municipios como Caborca, Sáric, Tubutama, Pitiquito, Magdalena, Benjamín Hill y Santa Ana.
La sequía prolongada, con una disminución del 45 % en las lluvias en comparación con el promedio histórico —según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP)—, ha provocado una grave carencia de pastura. Las vacas, flacas y con menos alimento, están produciendo la mitad de la leche habitual, o en algunos casos, ya no producen nada.
Menos leche, menos queso...“El ganado anda seco, las vacas ya no dan ni pa’l café con leche”, comparte Don Julio “El Mochomo”, productor de la región de El Claro, en Sáric.
“Este año nomás ordeñé nostalgia”.
La leche es escasa, y con ello la producción de queso se ha reducido drásticamente. Tipos como el queso fresco, asadero, cotija y requesón están desapareciendo de las neveras de los comercios locales. Queseros del mercado municipal de Caborca reportan una caída del 70 % en el surtido habitual.
Precios al alza y reclamos en los mostradores
En tiendas de barrio y mercados, el queso regional ha pasado de 120 a 180 pesos el kilo, y aun así hay días en los que simplemente no hay nada que vender.
“Antes comprábamos 15 quesos a la semana, hoy si nos llegan tres es mucho”, dice Doña Mari, comerciante en Caborca.
“Y la gente se enoja, pero ¿qué hacemos si la vaca no da leche?”
En las cocinas de fondas, el golpe también se siente:
“Tacos sin queso, burritos tristes, quesadillas sin alma… ya no es lo mismo”, dice Chela, cocinera cerca del Río Magdalena.
Productores entre la sequía y el abandono
La situación también es crítica para los pequeños ganaderos. Muchos ya venden vacas o dejan de producir ante el costo de alimentar el hato sin pasto natural. Las pacas de alfalfa o alimento concentrado son caras, y los apoyos gubernamentales aún no llegan a muchas comunidades.
“Nos dijeron que darían suplemento subsidiado, pero puro cuento… y las vacas no comen promesas”, declara Don Cipriano, ganadero de Trincheras.
El gobierno estatal ha anunciado medidas emergentes, como programas de asistencia alimenticia para ganado y monitoreo del abasto, pero los resultados aún no se reflejan en el campo ni en las mesas...
Además del sabor inconfundible del queso regional, se está perdiendo una cadena productiva entera: ordeñadores, pequeños queseros, transportistas, abarroteros y fondas locales.
Productores y consumidores coinciden en que, si las lluvias no llegan pronto, el desabasto será total en las próximas semanas, afectando no solo la economía de los ejidos, sino también la identidad alimentaria del desierto sonorense.
“La gente prefiere pagar más por el queso de rancho, porque es el que tiene alma… pero ya ni caro se consigue”, lamenta un comerciante de Santa Ana.
Y Mientras no llueva…La esperanza, como siempre en el norte, está puesta en el cielo. Si las tormentas de agosto no mojan los potreros, la crisis podría empeorar.
Por lo pronto, el queso regional se convierte en lujo, y las quesadillas de fonda ya no saben igual.
Y como dicen en el campo: “sin leche no hay queso, y sin pastura no hay leche... así de sencillo”.