26/08/2025
POST-PARADA CARDÍACA EN UCI: EL JUEGO NO TERMINA CON EL PRIMER PITAZO🫀💯
▶️La reanimación fue solo el primer tiempo. El verdadero partido comienza cuando el corazón late de nuevo, pero el cerebro, los pulmones y los riñones aún no están seguros de querer seguir en cancha. El “post–parada” es ese tiebreak eterno donde el intensivista no puede pestañear: cada movimiento cuenta, cada decisión puede inclinar la balanza entre la recuperación con buena calidad de vida o el silencio neurológico irreversible.
▶️Lo primero, como siempre, es la oxigenación y la perfusión. Un error clásico es “sobresaturar”: hipoxia es mortal, pero la hiperoxia también. El rango actual recomendado es SpO₂ 94–98%; nada de 100% prolongado, porque el radical libre no perdona. En paralelo, la presión arterial media debe rondar los ≥65 mmHg, pero ajustada al paciente: no es lo mismo un hipertenso crónico que un joven deportista. Aquí el pase (la perfusión) define el ritmo del partido.
▶️El segundo capítulo: temperatura. El control dirigido de temperatura (entre 32–36 °C por al menos 24 horas) sigue siendo un estándar; no tanto “hipotermia profunda” como antes, sino evitar la fiebre y mantener la homeostasis. Porque si dejas que suba, el cerebro lesionado se derrumba como un equipo sin cambios en el banco.
▶️Y claro, el neuromonitoring. No basta con que el paciente tenga pulso: el reto es que vuelva a hablar, caminar, reconocer. Aquí el EEG, la exploración pupilar, la respuesta motora y los biomarcadores como la NSE (enolasa específica neuronal) son parte de las estadísticas del partido. Ninguna se lee sola: hay que combinarlas, como en el voleibol, donde no basta un buen remate si no hay recepción previa.
▶️El corazón, protagonista inicial, también exige atención. Post-PCR es terreno fértil para el síndrome coronario agudo oculto; el ecocardiograma y el cateterismo, si está indicado, son como el VAR que aclara la jugada dudosa. No hay que quedarse con la ilusión de que “ya late, ya está todo bien”: muchas veces la causa fue una arteria y, si no se abre, el partido se repite.
▶️Y no olvidemos al riñón y al pulmón: se convierten en las zonas débiles que el rival (la isquemia-reperfusión) ataca sin piedad. Estrategia: fluidos con cabeza, evitar la sobrecarga, diálisis precoz si hace falta, ventilación protectora con volúmenes bajos.
▶️Lo más delicado, y quizás el “tiebreak de la ética”: la decisión pronóstica. ¿Hasta cuándo sostener? ¿Cuándo decir basta? Guías internacionales sugieren esperar al menos 72 horas tras recuperar la normotermia antes de dar un pronóstico definitivo. Cualquier precipitación es como rendirse antes de jugar el quinto set.
📊 Claves del manejo post-PCR en UCI
🔴 Oxigenación sin hiperoxia: SpO₂ 94–98%.
🔵 Mantener PAM ≥65 mmHg, ajustada a la historia del paciente.
🟢 Control de temperatura: 32–36 °C, evitar fiebre.
🟡 Neuromonitorización multimodal (EEG, pupilas, biomarcadores).
🟣 Buscar causa desencadenante (síndrome coronario agudo, arritmia, etc.).
⚪ Protección multiorgánica (riñón, pulmón, hígado).
⚫ Esperar ≥72h para pronóstico neurológico fiable.
🆗️Así las cosas: el post-parada no se gana con heroísmos de un minuto, sino con disciplina táctica de varios días. La reanimación fue el pase, pero el verdadero punto lo marca la estrategia intensiva. Improvisar aquí es perder; la seguridad, la evidencia y la paciencia son las únicas que dan confianza para ganar este partido largo.
“Nada se concede. Todo se gana… incluso después de que el corazón vuelve a latir.”🫀💯🙏