14/04/2023
No todas las personas buscan el mismo resultado, no todas las personas tienen las mismas necesidades, no todos queremos ni necesitamos hacer lo mismo para tener los resultados que buscamos. El principio de especificidad nos dice que tendremos que ser selectivos con el estímulo que le brindemos al cuerpo dependiendo del mejoramiento que estemos buscando, tenemos que ser específicos, por poner un ejemplo, si quiero desarrollar los músculos de la espalda necesito hacer ejercicios que estimulen la espalda, no podre estimularla haciendo un ejercicio de cuádriceps, otro ejemplo más abierto es el entrenamiento o la optimización de un futbolista con la de un tenista, los requerimientos son distintos y las adaptaciones que necesitan serán diferentes.
Es muy común ver las comparaciones del entrenamiento de un
deportista de futbol americano y uno de futbol soccer, lo cual, carece de sentido, las capacidades técnicas y físicas son distintas y por lo tanto el entrenamiento por ende cambiará, es imposible comparar. Al igual una persona principiante que inicia su primer entrenamiento de pesas no requiere lo mismo que una persona ya experimentada, es decir, tal vez el enfoque con la persona principiante sea más de controlar la velocidad de la repetición, correcta ejecución del ejercicio, un volumen de entrenamiento muy por debajo de la persona experimentada, series simples, etc. Como vez, dependerá del conteo de cada uno y vaya que se puede adaptar todo este entorno de posibles variables para optimizar en mayor medida a cada uno dependiendo de las necesidades. Es por eso que es importante dejar de lado el encasillamiento del ejercicio de fuerza solamente a personas que quieren mejorar su físico, eso ya quedo en el pasado, y ahora está más que demostrado que el ejercicio de fuerza puede mejorar la salud global de las personas necesitamos aprender a llevar a cabo un entrenamiento que sirva para un contexto especifico.