08/10/2025
LA MUJER QUE SE GASTO EL DINERO DE LOS MU***OS.
Hoy en nuestra sección LEYENDAS DEL CAMINO REAL te contaremos la historia de una mujer que decidió gastarse el dinero destinado a los fieles difuntos por no creer en ellos, si tienes alguna leyenda que te gustaría compartir no dudes en enviarnosla para que la demos a conocer nuestra sección.
La siguiente historia se desarrolló en la entonces villa de Dzitbalché. Fue transmitida de manera oral por abuelos de esta región y se han cambiado los nombres de los personajes.
Juana era una mujer que se había enamorado de un hombre casado. Su madre la apoyaba, pero sus demás familiares no, porque sabían que era un pecado.
Con el paso de los años, la madre de Juana falleció y ella se fue alejando de su familia hasta quedar prácticamente sola. Solo era visitada por las noches por su eterno enamorado, Carlos, quien la visitaba algunas veces por semana en una choza alejada para que nadie sospechara.
En vísperas del Día de Mu***os, Carlos recordó a su "suegra", quien había solapado los amoríos con Juana aun siendo él un hombre casado.
Carlos, quien había vendido su maíz días atrás, cumplió en su casa dejando hartos centavos y guardó un dinero para dárselo a Juana, para que pudiera recordar a su suegra y a sus demás familiares en el Día de Mu***os.
"Juana, compra todo lo necesario, ponle el pibipollo a tu mamá, pero también cómprate un buen aguardiente y prepara un pavito. Total, hay que festejar la visita de los ancestros", comentó al dejarle una buena cantidad, lo suficiente para realizar todos los gastos.
"¿Cómo piensa este hombre que voy a gastar todo ese dinero? Me falta ropa, despensa y muchas cosas. Con ese dinero compro comida para un mes. Total, mi mamá ya murió, ¿qué le voy a estar preparando?", pensó para sí sola.
Al día siguiente se dirigió a comprar algunas cosas, entre ellas un hipil nuevo, sandalias, mercancía y otros artículos.
En la siguiente visita de Carlos hubo un conflicto, pues Juana le reveló que no planeaba hacer la celebración del Día de Mu***os y el dinero ya lo había gastado en cosas que "sí valen la pena", le dijo. Por esta razón, Carlos se retiró.
La noche del 31 de octubre, en vísperas del Día de Todos los Santos, Carlos llegó al nido de amor, pero al acercarse escuchó ruidos, risas y el ir y venir de muchas personas.
El apasionado Romeo pensó que su amada Julieta había reflexionado y decidido limar las asperezas con su familia, a quien supuso había invitado para celebrar el Día de Mu***os.
Para no causar nuevamente un conflicto con la familia, el hombre subió a un gran árbol, desde donde observó el trajín de las personas: matando gallinas, cortando carne, prendiendo el agujero del pibipollo; en fin, haciendo de todo para la celebración del Janal Pixán.
El sujeto esperó a que amaneciera, pero el sueño lo venció y quedó dormido en las ramas de un enorme árbol de ramón. Cuando despertó, se dirigió a la casa de su pareja, pero solo la encontró tendida en su petate, completamente demacrada. El altar y la comida que supuestamente se había preparado toda la noche ya no existían.
La mujer temblaba de calentura y solo repetía que su mamá y su familia estaban con ella y la habían regañado por gastarse el dinero. La mujer pedía perdón una y otra vez.
Dado el grado de calentura, el hombre supuso que su amada estaba delirando, por lo que salió rápidamente a buscar a la yerbatera. Pero al llegar con la ayuda, la mujer ya se había enfilado en camino al lugar sin retorno, donde su mamá y otros familiares la esperaban para reprenderla por gastarse "el dinero de los mu***os".
Redacción, adaptación y fotografía por Ermilo Casanova, si deseas enviarnos una historia envía un mensaje de WhatsApp al 996 112 5593