
08/08/2025
Job 2:13
"Entonces se sentaron en el suelo con él durante siete días y siete noches. Nadie le dijo una palabra, porque veían cuán grande era su sufrimiento." Antes de que los amigos de Job comenzaran sus debates teológicos poco útiles, simplemente se sentaron con él en su dolor, un profundo ministerio de presencia que habla mucho sobre lo que las personas en crisis necesitan más.
A menudo nos sentimos incómodos con el sufrimiento de los demás. Nos apresuramos a ofrecer consejos, citar las Escrituras o proponer soluciones, no solo para ayudarlos, sino para aliviar nuestra propia incomodidad con su dolor. Sin embargo, a veces el regalo más sanador que podemos ofrecer es como el que nos ofrece Jesús… Simplemente estar presentes.
Sin intentar arreglar o minimizar lo que no se puede resolver fácilmente.
Jesús modeló este ministerio de presencia a lo largo de su vida terrenal. No sanó a todos ni resolvió todos los problemas, pero consistentemente se tomó el tiempo para estar con las personas: comiendo con recaudadores de impuestos y pecadores, tocando a los leprosos, interactuando con los marginados y los que lloran. Su encarnación misma fue el acto supremo de presencia: Dios con nosotros, entrando en nuestro sufrimiento en lugar de abordarlo desde la distancia.
La pregunta es 🤔💭
¿Hay alguien en tu vida que esté sufriendo ahora mismo?
En lugar de evitarlo porque no sabes qué decir, o abrumarlo con sugerencias, considera cómo podrías simplemente estar presente.
Esto podría significar sentarse en silencio con alguien que está de luto, o que tal vez esta pasando por alguna desilusión o ruptura, o hacer recados para un vecino o amigo que está enfermo, o llamar regularmente solo para escuchar a un amigo o conocido que está pasando por un momento difícil.
El ministerio de presencia requiere paciencia y humildad, reconociendo que no puedes arreglar todo, pero confiando en que tu presencia misma comunica cuidado y disminuye la soledad. A veces, las palabras más poderosas que podemos decir son simplemente: "Estoy aquí. No estás solo…