26/04/2025
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¿Qué tan útiles son los diputados del Congreso de Quintana Roo? Una mirada a su impacto social y el costo para los ciudadanos
Por A. Alfredo Gonzalez S. 25 de abril de 2025
Cancun, Q. Roo – Mientras el Congreso del Estado de Quintana Roo sesiona en el emblemático edificio del Poder Legislativo en Chetumal, una pregunta resuena con fuerza entre la ciudadanía: ¿qué tan útil es el trabajo de los diputados locales, y cuánto nos cuesta realmente?
Conformado por 25 diputados –15 de mayoría relativa y 10 de representación proporcional– el Congreso local es el órgano responsable de legislar, fiscalizar y representar a la población quintanarroense. Sin embargo, diversos sectores ciudadanos y organizaciones civiles han señalado una creciente desconexión entre los legisladores y las necesidades reales del estado.
¿representación o simulación?
En teoría, los diputados deben presentar iniciativas de ley, revisar presupuestos, fiscalizar el uso de recursos públicos y mantener un contacto permanente con sus representados. En la práctica, sin embargo, muchos ciudadanos señalan que los legisladores son visibles solo en tiempos de campaña.
“Los vemos cuando buscan el voto, pero una vez en el Congreso, desaparecen. No hay rendición de cuentas ni canales reales de diálogo”, comenta Mariana Góngora, activista social en Cancún. Según un análisis de Transparencia Quintana Roo, en el último año solo el 38% de las iniciativas presentadas por los diputados fueron propias; el resto provinieron del Ejecutivo o de otros poderes.
Además, algunas iniciativas aprobadas han sido criticadas por su escasa relevancia social o por favorecer intereses políticos o empresariales, como reformas que han limitado la participación ciudadana en temas ambientales o cambios exprés en normas electorales.
Costo económico: sueldos altos, resultados bajos
Mantener a un diputado en Quintana Roo cuesta a los ciudadanos cerca de $170,000 mensuales por legislador, incluyendo salario, compensaciones, apoyos legislativos y viáticos. Esto representa un gasto anual cercano a $51 millones de pesos solo en sueldos, sin contar otros gastos operativos del Congreso.
Mientras tanto, problemas estructurales como la inseguridad, el rezago educativo y la crisis ambiental en zonas como la Riviera Maya siguen sin soluciones claras ni políticas legislativas integrales.
“Con lo que cuesta un solo diputado al mes, podrías mantener una clínica rural o financiar becas escolares. Hay que repensar el costo-beneficio de esta representación política”, señala el economista Roberto Lugo, quien ha investigado sobre gasto público en el estado.
¿Es tiempo de una reforma profunda?
Ante este panorama, diversos grupos ciudadanos están impulsando propuestas para exigir mayor transparencia, mecanismos de evaluación de desempeño y la posibilidad de revocación de mandato para diputados locales. También piden una reducción de sueldos y un recorte en el número de legisladores.
“El Congreso debe dejar de ser un refugio de cuotas políticas y convertirse en un espacio real de servicio público”, concluye Mariana.
Mientras tanto, el reloj legislativo sigue su marcha, y con él, la factura que los ciudadanos de Quintana Roo siguen pagando.
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