06/08/2025
Presencias en la oscuridad: lo que vi afuera de la estación Viveros de Coyoacán
, mientras me dirigía a explorar la zona cerca de la estación Viveros de Coyoacán, noté algo extraño.
Los puestos metálicos, esos que suelen estar llenos de vida durante el día, estaban ya cerrando. Los locatarios guardaban sus cosas con apuro, como si quisieran irse antes de que cayera completamente la noche. Sentí una inquietud que no supe explicar… como si el ambiente cambiara conforme se apagaban las luces de los puestos.
Y es que Viveros es un lugar enorme: con árboles altos, caminos de tierra, un río que atraviesa en silencio… pero por la noche, todo eso se transforma. Oscuridad. Soledad. Y algo más que no se ve, pero se siente.
Me armé de valor y le pregunté a uno de los vendedores si alguna vez le había pasado algo extraño ahí. Se me quedó viendo en silencio unos segundos… y luego habló.
—Sí... aquí pasan cosas —me dijo, con una voz baja, casi como si no quisiera despertar algo.
Me contó que a veces, al recoger su puesto cerca de las diez de la noche, escucha susurros. Voces que parecen venir de adentro de los Viveros… como si alguien lo llamara. Pero al asomarse a la reja, no hay nada. Solo oscuridad.
Que Un día, escuchó el llanto de un bebé desde el interior. Desesperado, pensó que alguien lo había abandonado. Se acercó, buscó… y no encontró a nadie. Ni un sonido, ni un alma. Solo el silencio denso que parecía envolverlo todo.
También ha visto, más de una vez, una sombra. Una figura oscura que se mueve junto a la barda de los Viveros. Pero cuando alguien intenta acercarse… simplemente desaparece, como si nunca hubiera estado ahí.
Tal vez fue eso lo que yo vi esa noche.
Pues seguí mi camino y cuando Caminaba por el andador junto a la barda, algo me hizo detenerme. Detrás del letrero de una parada de camión, distinguí una figura… alta, estática. Tenía la forma de una silueta humana, pero cubierta por lo que parecía una túnica larga. No se movía, no hacía ruido… y lo más extraño: la luz del letrero no se reflejaba en ella. Era como si absorbiera la luz.
Sentí un escalofrío que me recorrió la espalda. Crucé la calle, y cuando volteé para verla de nuevo… ya no estaba.
No fue una sombra cualquiera. No era un reflejo, ni mi imaginación. Dejé una foto y un video. Revísenlos. Ustedes mismos juzguen.
Yo solo sé que algo habita en los Viveros cuando cae la noche…
Y no quiere ser visto. Pues es un lugar antiguo con muchos mitos y leyendas
¿Te ha pasado algo parecido en Coyoacán o en los Viveros? Cuéntalo en los comentarios.
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