31/10/2025
La crueldad que se escondía en Chetumal”
* pasaron de lanza.
La reciente captura del propietario de un crematorio irregular de mascotas en Othón P. Blanco ha conmocionado a la opinión pública y exhibe una vez más las fallas institucionales en materia de vigilancia, ética y sensibilidad social.
Más de 150 cadáveres de animales abandonados en predios baldíos y 80 denuncias ciudadanas revelan una historia de impunidad que se prolongó demasiado. Lo que debía ser un espacio para la despedida digna de seres queridos se convirtió en un escenario de horror y engaño.
Este caso no puede verse como un hecho aislado.
Es el síntoma de una sociedad que se ha acostumbrado a la omisión, donde la negligencia se vuelve costumbre y la crueldad se disfraza de negocio. La indiferencia institucional permitió que el dolor de decenas de familias fuera burlado, sin supervisión ni controles.
La Fiscalía General del Estado ha dado un paso correcto con la detención de los responsables, pero la justicia debe ir más allá del castigo individual. Es urgente revisar los mecanismos de regulación, las licencias y los permisos que se otorgan sin seguimiento real.
En Chetumal, donde el tejido social lucha por no desgarrarse, este caso es un recordatorio doloroso: no hay desarrollo posible sin valores, ni justicia sin humanidad.