23/07/2025
𝗗𝗘𝗦𝗖𝗔𝗥𝗥𝗜𝗟𝗔𝗠𝗜𝗘𝗡𝗧𝗢 𝗗𝗘𝗟 𝗧𝗥𝗘𝗡 𝗠𝗔𝗬𝗔 𝗗𝗘𝗦𝗧𝗔𝗣𝗔 𝗙𝗔𝗟𝗟𝗔𝗦 𝗘𝗡 𝗥𝗜𝗘𝗟𝗘𝗦 𝗬 𝗚𝗘𝗡𝗘𝗥𝗔 𝗣𝗢𝗟𝗘́𝗠𝗜𝗖𝗔 𝗘𝗡 𝗟𝗔 𝟰𝗧
𝙍𝙞𝙚𝙡𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙢𝙖𝙡𝙖 𝙘𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙮 𝙥𝙧𝙤𝙫𝙚𝙚𝙙𝙤𝙧𝙚𝙨 𝙞𝙣𝙚𝙭𝙥𝙚𝙧𝙩𝙤𝙨 𝙗𝙖𝙟𝙤 𝙡𝙖 𝙡𝙪𝙥𝙖 𝙩𝙧𝙖𝙨 𝙖𝙘𝙘𝙞𝙙𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙛𝙚𝙧𝙧𝙤𝙫𝙞𝙖𝙧𝙞𝙤
𝘼𝙘𝙘𝙞𝙙𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙚𝙭𝙥𝙤𝙣𝙚 𝙙𝙚𝙛𝙞𝙘𝙞𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖𝙨 𝙜𝙧𝙖𝙫𝙚𝙨 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙏𝙧𝙚𝙣 𝙈𝙖𝙮𝙖
𝙍𝙚𝙣𝙖𝙣 𝘾𝙖𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙃𝙚𝙧𝙣𝙖́𝙣𝙙𝙚𝙯 / 𝘾𝘼𝙈𝘽𝙄𝙊 𝟮𝟮
La noche del jueves 30 de enero, un tren de carga de servicios del proyecto Tren Maya se descarriló cerca de la estación Limones, municipio de Bacalar, en el sur de Quintana Roo.
El convoy, que transportaba toneladas de balasto (piedra utilizada para asentar las vías férreas), volcó sobre su costado al salirse de los rieles. El incidente dejó al menos un trabajador herido con golpes que no pusieron en peligro su vida y un vagón severamente dañado.
Reportes extraoficiales señalaron incluso que podrían haber sido dos los lesionados, trasladados a un hospital en Bacalar, aunque las autoridades no han confirmado públicamente esa información. Según testimonios de empleados, el peso excesivo de la carga de balasto pudo haber influido en el descarrilamiento mientras el tren se aproximaba a la estación, ya que circulaba a baja velocidad en ese momento.
Las Fuerzas Armadas, a cargo de la obra, guardaron silencio tras el accidente, ni directivos del Tren Maya ni la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) emitieron comunicados inmediatos. Sin embargo, el suceso sacó a relucir graves deficiencias en los rieles adquiridos para el Tren Maya.
Diversos analistas apuntan a que muchas de las empresas contratadas para proveer los rieles carecen de experiencia ferroviaria, e incluso varias fueron de creación reciente. Algunas de estas compañías son extranjeras, entre ellas corporaciones chinas involucradas en la construcción y suministro de material para el proyecto. De hecho, una sociedad entre la firma mexicana Asimex del Caribe (de discreto historial en el sector) y la estatal china Angang Group obtuvo contratos para abastecer los rieles de los tramos 2 y 4 del Tren Maya.
Asimismo, el consorcio del tramo 1 incluyó a China Communications Construction Company (CCCC) subsidiaria establecida en 2017 del gigante constructor chino junto a la portuguesa Mota-Engil, mientras que la japonesa Sumitomo Corporation ganó licitaciones para suministro en otros tramos. En conjunto, la adquisición de vías férreas quedó en manos de proveedores poco tradicionales en México, seleccionados para cumplir con la ambiciosa visión del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador de completar la obra a toda prisa, pese a la polémica que siempre rodeó a este megaproyecto.
Una imagen divulgada por expertos muestra la ondulación de los rieles en un tramo del Tren Maya, evidencia de deformaciones en las vías. Especialistas ferroviarios venían advirtiendo desde hace meses que la vía presentaba problemas técnicos serios y materiales de calidad dudosa.
Según un reporte independiente, se han detectado rieles con ondulaciones, piezas de fijación y tornillos de sujeción que se rompen o aflojan, así como durmientes de concreto fracturados, todo lo cual compromete la seguridad de la infraestructura. Ferrocarrileros de amplia trayectoria señalaron que en la operación del Tren Maya “no hay gente capacitada ni con conocimientos” suficientes, y dudan que el proyecto esté siguiendo los estándares férreos internacionales que rigen en México, Estados Unidos y Canadá.
Estas deficiencias encajan con las fallas observadas en el sitio del descarrilamiento: aunque el tren accidentado avanzaba a paso moderado, los pernos y componentes de la vía no resistieron el estrés, provocando la salida del vagón. “Hablamos de un problema serio. Cuando el vagón se descarriló… el tren entró a 10 km por hora, pero ese tren avanza de 120 a 160 km/h. Nadie quiere que suceda una tragedia”, advirtió el ingeniero civil Wilberth Esquivel, al urgir una revisión profunda de la calidad de los rieles colocados.
𝙑𝙪𝙚𝙡𝙤 𝙥𝙧𝙞𝙫𝙖𝙙𝙤 𝙙𝙚 𝘼𝙣𝙙𝙮 𝙇𝙤́𝙥𝙚𝙯 𝙙𝙚𝙨𝙖𝙩𝙖 𝙘𝙧𝙞́𝙩𝙞𝙘𝙖𝙨 𝙚𝙣 𝙥𝙡𝙚𝙣𝙖 𝙚𝙢𝙚𝙧𝙜𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖
Mientras personal del proyecto atendía el percance y las preguntas sobre la seguridad del Tren Maya crecían, otro hecho paralelo generó indignación. Justo en esas horas, Andrés Manuel “Andy” López Beltrán, hijo del expresidente López Obrador, arribó a la región en un vuelo privado operado nada menos que por la Guardia Nacional, de acuerdo con información revelada por el Diario CAMBIO 22, López Beltrán quien funge como alto operador político de Morena fue visto primero en Cancún, donde su hermano menor celebraría su boda ese fin de semana en el exclusivo resort Vidanta Riviera Maya de Puerto Morelos. Desde allí, Andy y su pareja se trasladaron vía terrestre hasta el Aeropuerto Internacional de Tulum, inaugurado recientemente, para abordar un Boeing 727 con matrícula XC-NPF perteneciente a la flota de la Guardia Nacional. El uso de esta aeronave oficial para fines personales implicó un viaje “con cargo al erario”, es decir, costeado con recursos públicos, según destaca el reporte periodístico.
El plan de vuelo reconstruido muestra que a las 17:22 horas del miércoles 29 de enero, el Boeing 727 despegó de la base aérea de Mérida, Yucatán, rumbo al nuevo aeropuerto de Tulum “Felipe Carrillo Puerto” para recoger a López Beltrán y su acompañante.
Una vez a bordo, y escoltados por elementos de la Guardia Nacional, emprendieron vuelo hacia la ciudad de San Francisco de Campeche. La aeronave aterrizó en Campeche alrededor de las 19:36 horas, donde según la fuente fue estacionada en una zona discreta de la terminal aérea para que Andy López y su comitiva pudieran descender sin ser vistos por la prensa. Horas más tarde, López Beltrán incluso acudió a un convivio con militantes de Morena en Campeche, lo que confirmó su presencia en la entidad.
Las imágenes y datos de este traslado especial desataron fuertes críticas en redes sociales y círculos opositores: se cuestiona el presunto abuso de recursos oficiales para fines privados, máxime cuando se producía un accidente delicado en el Tren Maya, uno de los proyectos emblemáticos de la Cuarta Transformación.
La coincidencia temporal entre el descarrilamiento y el vuelo de Andy López Beltrán ha puesto contra las cuerdas la narrativa oficial en torno al Tren Maya. Por un lado, el gobierno ha presumido la inauguración y operación “exitosas” de los primeros tramos de este ferrocarril turístico; por otro, los hechos revelan fallos preocupantes en la obra y un aparente desdén de la élite gobernante ante estos riesgos. De haber sido un tren de pasajeros y no de carga el que sufriera el accidente en Quintana Roo, el resultado pudo haber sido catastrófico, poniendo en peligro numerosas vidas humanas. Afortunadamente, esta vez solo hubo que lamentar heridos y daños materiales, pero el incidente funciona como alerta. Expertos independientes subrayan que, si no se corrigen las deficiencias en los rieles y protocolos del Tren Maya, el país podría enfrentar una tragedia de proporciones inimaginables en el futuro.
La seguridad ferroviaria debe ser prioritaria por encima de la premura política, los “vicios ocultos” en la construcción materiales defectuosos, falta de personal calificado y prisas por inaugurar han quedado expuestos, y su atención inmediata resulta crucial para evitar un desastre en el que, esta vez sí, habría vidas que lamentar.
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
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