23/05/2025
Mujer estadounidense vive varada en el aeropuerto de Cancún desde diciembre.
Desde el 12 de diciembre 2024. Laure R. L. F., una mujer estadounidense de 51 años, vive varada en el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC), sin documentos, sin respuestas de las autoridades y con el único consuelo del apoyo ocasional de empleados y pasajeros que se han conmovido por su historia.
¿Dónde están los Derechos Humanos o el DIF ante esta situación? Dada la evidente condición de abandono, riesgo psicosocial y posible violación a sus derechos fundamentales, solicitamos que el caso de Laure sea evaluado con enfoque humanitario y se le brinde atención inmediata por parte del Instituto Nacional de Migración (INM), conforme a lo establecido en la Ley de Migración, particularmente en lo relativo a personas extranjeras en situación de vulnerabilidad.
En su calidad de persona en vulnerabilidad extrema, Laure puede ser considerada en situación de abandono, lo que faculta al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) a intervenir y canalizar su caso, garantizando su integridad, acceso a servicios básicos y acompañamiento institucional mientras se resuelve su estatus migratorio.
Laure relata que su odisea comenzó en 2022, el mismo día en que su madre fue asesinada. Ese día, fue contactada por alguien que se hizo pasar por una amiga de un supuesto tío francés enfermo, quien –según le dijeron– necesitaba ayuda urgente en México. Conmovida, viajó al país. Sin embargo, al llegar fue llevada a un rancho donde le retiraron sus documentos bajo el argumento de facilitar los trámites para reunirse con ese familiar, a quien nunca conoció.
Al darse cuenta de que estaba retenida y de que nada avanzaba, logró escapar. Acudió al aeropuerto con una copia de sus papeles con la esperanza de regresar a casa, pero las autoridades migratorias le negaron la salida sin un documento del consulado estadounidense, indicándole que debía tramitarlo en el estado de Sonora.
Con los pocos recursos que tenía, viajó hasta allá, pero no recibió el apoyo necesario. Comenzó entonces un largo peregrinaje por distintos puntos del país, buscando ayuda. Finalmente, llegó a Cancún en diciembre de 2024, esperando encontrar respuestas. Lo único que ha recibido desde entonces es indiferencia institucional.
“Ella casi no habla con nadie. Solo observa, camina y espera” Mientras las instituciones guardan silencio.