15/04/2025
“Cuando me ofrecieron Nacho Libre, lo primero que pensé fue: ‘¿De verdad puedo hacer esto? ¿Está bien que yo, un gri%&*ngo, interprete a un personaje mexicano? Me esforcé al máximo aprendiendo lucha libre de verdad. Me lastimé feo: me abrí la ceja saltando del ring y tuve que ir al hospital.’
Jared Hess me explicó que el personaje tenía padre sueco y madre mexicana, y que había nacido y crecido en México, por eso hablaba raro, por eso era como era. Me pareció una forma respetuosa y creativa de justificar al personaje, y acepté. Filmamos todo en Oaxaca, en un ambiente hermoso, y me enamoré del lugar, del proyecto y del personaje. Era un hombre dividido: por un lado, devoto al Señor; por el otro, loco por la lucha libre. Y eso lo hacía complejo, divertido y entrañable. Hoy en día, aún hay gente que me grita en la calle: ‘Get that corn outta my face!’ o ‘Chancho, let me borrow some sweats!’
Pero no todo fue comedia. Me esforcé al máximo aprendiendo lucha libre de verdad. Me lastimé feo: me abrí la ceja saltando del ring y tuve que ir al hospital. Los productores dijeron: ‘Este tipo es actor, ¡cuida su cara!’, y mandaron traer a la mejor cirujana de todo México. Llegó vestida con un vestido de gala, directo de un evento elegante, y me operó el ojo ahí mismo. Lo hizo tan bien que hoy ni se nota. Así que sí, puede que Nacho Libre sea una película divertida, pero para mí fue un reto físico, emocional y artístico. Y lo volvería a hacer sin pensarlo”.
Jack Black sobre cómo nació Nacho Libre, su respeto por la cultura mexicana y la historia real detrás de su cicatriz en el ojo durante el rodaje.