
12/09/2025
Historia Corta de Terror: La Mirada que M4ta
Desde que la vieja Doña Mercedes llegó al pueblo, los rumores la perseguían: decían que tenía un poder oscuro, una mirada capaz de arruinar vidas. La gente evitaba cruzarse con ella, aunque nadie sabía exactamente cómo funcionaba.
Lucas, un joven arrogante, no creía en esas historias. Una tarde, al burlarse de la anciana frente a sus amigos, le lanzó un desafío: “Si eres tan poderosa, haz que me pase algo”. Doña Mercedes lo miró fijamente, sus ojos hundidos y negros como carbón, y no dijo palabra. Solo un leve gesto de asentimiento.
Al día siguiente, la suerte de Lucas cambió. Su bicicleta se rompió misteriosamente y cayó, rompiéndose un brazo. Luego, en el trabajo de su padre, un incendio arruinó semanas de cosecha. Sus amigos comenzaron a enfermarse, los animales de su casa murieron sin razón aparente, y él sentía un peso constante en el pecho, como si alguien lo observase.
Cada vez que miraba a Doña Mercedes desde lejos, notaba un escalofrío recorrerle la espalda. No podía escapar de esa sensación de ser marcado, de que su vida estaba corrompida por una fuerza invisible.
Un día, al despertar, se encontró solo en su cuarto: las paredes estaban cubiertas de fotos de él mismo desde que era niño, todas con los ojos tachados con tinta negra. Su reflejo en el espejo se veía distorsionado, y detrás de él, apenas visible, la silueta de la anciana.
Cuando intentó gritar, no salió sonido. El peso en su pecho se convirtió en un dolor insoportable, y vio cómo su propia sombra comenzaba a separarse de su cuerpo, retorciéndose y desintegrando todo a su paso. En cuestión de minutos, Lucas dejó de existir como humano: quedó solo una sombra errante, marcada por la maldición de aquella mirada.
Desde entonces, la gente del pueblo evita mirarla a los ojos. Quien lo hace, termina desapareciendo lentamente, devorado por la maldición de un mal de ojo que no perdona.