
06/07/2025
Cada verano, millones de espectadores en el mundo sintonizan el Tour de Francia sin saber del todo qué están viendo. Observan cinco horas de paisajes sublimes, montañas hipnóticas, pueblos de postal… y un montón de ciclistas aparentemente haciendo lo mismo hasta que uno cruza la meta. ¿Por qué hay tanta emoción contenida en algo que, para el ojo no entrenado, parece tan predecible? La respuesta es que el ciclismo, y en especial el Tour, no es lo que parece. No es una simple competencia de quién pedalea más fuerte, sino un juego de estrategia en movimiento, una partida de ajedrez con piernas, una ópera de sufrimiento físico y cálculo mental....
Cada verano, millones de espectadores en el mundo sintonizan el Tour de Francia sin saber del todo qué están viendo. Observan cinco horas de paisajes sublimes, montañas hipnóticas, pueblos de postal… y un montón de ciclistas aparentemente haciendo lo mismo hasta que uno cruza la meta. ¿Por q...