23/07/2025
Ya es miércoles y quisiera comentarles de un tema que Morena trata de superar y es sobre la Política de Alianzas en la Cuarta Transformación: (Síntesis del texto en el primer comentario con IA)
El panorama político mexicano previo a 2018 estuvo marcado por un creciente descontento ciudadano, producto de la percepción de fracaso de los gobiernos neoliberales en abordar las desigualdades sociales y la corrupción endémica. Este contexto propició la emergencia de una figura política que logró capitalizar el sentimiento de insatisfacción y canalizarlo hacia un nuevo proyecto de nación.
Andrés Manuel López Obrador, con una trayectoria política de casi medio siglo, transitó desde sus inicios en el PRI, pasando por la co-fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 1988, hasta la creación de su propio movimiento, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), en 2014. Morena experimentó un ascenso meteórico, logrando un debut electoral sin precedentes en muchos Estados del país en 2015 y consolidándose rápidamente como una fuerza política dominante, sin embargo en Guerrero no fue así ese año.
La elección presidencial de 2018, que llevó a AMLO a la presidencia, fue interpretada como una "revuelta anti-neoliberal pacífica" y la articulación de un "Estado de compromiso nacional-popular" a través del proyecto de la "Cuarta Transformación" (4T). Este proyecto se propuso revertir décadas de políticas neoliberales y reorientar el Estado hacia la prioridad de los derechos sociales y los intereses nacionales.
Una observación fundamental es que la 4T trasciende la mera plataforma política para configurarse como un proyecto hegemónico. La 4T "articuló un Estado de compromiso nacional-popular" y buscó "recuperar las demandas populares". Su legitimidad se refrendó en 2024 con el triunfo de la coalición liderada por Morena y Claudia Sheinbaum, consolidando el "segundo piso de la 4T". Esto indica que las estrategias de alianzas de AMLO y Sheinbaum no son simplemente maniobras tácticas para el éxito electoral o la aprobación legislativa, sino componentes intrínsecos de un proyecto a largo plazo para construir un nuevo consenso social y político. Sus alianzas se diseñan para integrar a diversos actores en esta visión general, buscando una transformación hegemónica de la identidad y la gobernanza nacional.
La fundación de Morena por AMLO, tras su salida del PRD, constituye un ejemplo de pragmatismo estratégico frente a la pureza ideológica. Esta decisión fue un momento crucial, ya que el movimiento "despojó a su organización de origen de la condición de principal referente de la izquierda en México". Esta acción, impulsada por las convicciones ideológicas de AMLO y su deseo de un movimiento de izquierda auténtico, fue también una decisión altamente pragmática y estratégica para consolidar su liderazgo personal y crear un nuevo vehículo político leal, libre de faccionalismos internos. El éxito electoral rápido y sin precedentes de Morena en su debut valida la eficacia de este enfoque centrado en el líder y pragmático. Esto establece que la propia base de la fuerza política dominante, Morena, es una alianza construida en torno a la figura carismática de AMLO, priorizando su liderazgo y visión sobre la estricta adhesión ideológica o las estructuras partidistas tradicionales.
En el marco de la 4T, la "política de alianzas" se entiende como un mecanismo indispensable para alcanzar la victoria electoral y asegurar mayorías legislativas, elementos cruciales para la gobernabilidad. Por otro lado, es un medio fundamental para la implementación efectiva de la agenda de la 4T. Esta política trasciende las coaliciones partidistas tradicionales, extendiéndose a la conformación de vínculos con diversos movimientos sociales, sectores económicos e incluso actores internacionales. Todos estos actores son alineados, o estratégicamente cooptados, hacia los objetivos generales de la 4T, buscando consolidar un apoyo amplio y diversificado para el proyecto de transformación nacional.
La política de alianzas de AMLO se fundamenta en un conjunto de principios ideológicos claros que han guiado su trayectoria y la conformación de la 4T, siendo éstos heredados por Claudia Sheinbaum Pardo:
* Anti-neoliberalismo: El gobierno de AMLO se posicionó explícitamente en contra de las políticas neoliberales implementadas en México desde 1982. Esta oposición, aunque no implicó un desmantelamiento del capitalismo como modo de producción , sirvió como un principio fundacional para sus alianzas, atrayendo a grupos e individuos que buscaban un cambio radical en el modelo económico.
* Justicia Social y Énfasis en lo Social: Un compromiso ideológico central fue la priorización de la justicia social y la redistribución del ingreso. Su administración implementó políticas sociales universales, enfatizando la responsabilidad del Estado en garantizar derechos sociales y programas dirigidos a grupos vulnerables como adultos mayores y personas con discapacidad. El principio de "no dejar a nadie atrás" fue la base para forjar amplias alianzas con los sectores populares.
* Nacionalismo y Soberanía: El proyecto de AMLO articuló un fuerte sentimiento nacionalista, priorizando la defensa y preservación del patrimonio nacional y los intereses del país. Este principio influyó tanto en su política exterior, evidenciada en la aceptación de las condiciones del T-MEC , como en políticas internas, como el fortalecimiento de las empresas energéticas estatales.
* Combate a la Corrupción y Austeridad Republicana: La lucha contra la corrupción fue un pilar central para la regeneración nacional. Este principio unificó su movimiento, permitiéndole desafiar a las élites políticas y económicas tradicionales y posicionarse como una autoridad moral. La austeridad se convirtió en una política clave para liberar fondos que serían destinados a programas sociales.
La larga carrera política de AMLO demuestra un enfoque pragmático y estratégico en la construcción de alianzas:
* Estrategia Electoral y Acumulación de Poder: Desde sus inicios en el PRI, su paso por el PRD y, finalmente, la creación de Morena, la trayectoria de AMLO está marcada por una constante búsqueda pragmática de alianzas para acumular votos y asegurar victorias electorales.
Sheinbaum se ha posicionado explícitamente como la sucesora y continuadora de la Cuarta Transformación, con el objetivo de construir su "segundo piso". Esta promesa de continuidad es su principal estrategia de alianza, permitiéndole capitalizar el fuerte apoyo popular y el capital político acumulado por su predecesor.
Aunque hereda el amplio apoyo popular de AMLO, Sheinbaum se caracteriza por un "estilo discursivo más bien sobrio” y un enfoque más tecnocrático, lo que contrasta con el estilo a menudo confrontacional y altamente carismático de su predecesor. Esta diferencia en el estilo probablemente generará dinámicas distintas en la construcción de alianzas, posiblemente favoreciendo formas de compromiso más institucionales y menos personalizadas.
La "continuidad tecnocrática" se presenta como un diferenciador y una estrategia para la estabilidad. Si bien la plataforma de Sheinbaum es explícitamente de continuidad ("segundo piso de la 4T" ), su formación como científica y su marcado enfoque en "ciencia y tecnología” sugieren un enfoque más tecnocrático, basado en datos e institucional para la gobernanza y la construcción de alianzas. Esto contrasta notablemente con el estilo más intuitivo y a menudo confrontacional de AMLO. Este cambio implica que las alianzas de Sheinbaum pueden ser más formalizadas, basadas en la experiencia compartida, la alineación programática y objetivos políticos medibles, lo que podría conducir a relaciones más estables, pero menos personalizadas con diversos sectores. El establecimiento del Consejo Económico, Social y Ambiental en la Ciudad de México ejemplifica este enfoque estructurado y colaborativo, que busca construir alianzas a través de mecanismos institucionales en lugar de depender únicamente del atractivo carismático. Esto podría resultar en una mayor previsibilidad para las partes interesadas y un modelo de gobernanza más estable.
El género emerge como un nuevo eje de alianzas y una fuente de legitimidad única. La presidencia de Sheinbaum, al ser la primera mujer en ocupar el cargo más alto en México, crea inherentemente un nuevo y poderoso eje para la construcción de alianzas, particularmente con grupos de mujeres y movimientos feministas. Su compromiso explícito de dar a la 4T un "rostro de mujer" y sus propuestas políticas concretas, como la "Pensión Mujeres Bienestar” y el "Sistema Integral de Cuidados" , representan un esfuerzo deliberado y estratégico para alinearse con, y potencialmente cooptar, un segmento de la sociedad que a menudo tuvo una relación contenciosa con la administración de AMLO. Esta es una jugada estratégica que no solo amplía la base social de la 4T, sino que también le proporciona a Sheinbaum una fuente única de legitimidad y una identidad distinta dentro del movimiento. Al defender la igualdad de género, puede forjar nuevas alianzas y profundizar las existentes, diferenciando su liderazgo mientras mantiene la continuidad con el proyecto más amplio de la 4T.
Las políticas de alianzas de AMLO y Sheinbaum comparten una base ideológica común, pero difieren en su aplicación pragmática y énfasis:
El desafío de heredar un legado carismático y la necesidad de institucionalización son evidentes. El éxito político de AMLO dependió en gran medida de su carisma personal y de su conexión directa, a menudo sin mediación, con "el pueblo". Sheinbaum, si bien se beneficia de este capital político heredado, exhibe un estilo de liderazgo claramente diferente, descrito como "sobrio” y tecnocrático. Esto significa una transición crítica para la 4T: de un modelo impulsado por el movimiento y centrado en el líder a una forma de gobernanza más institucionalizada y basada en políticas. El desafío de Sheinbaum es traducir la lealtad emocional y personal generada por AMLO en una alineación programática y confianza institucional. Sus alianzas probablemente se construirán más sobre la eficacia de las políticas públicas y la estabilidad de las estructuras gubernamentales que sobre el atractivo personal. Este cambio será clave para la sostenibilidad y evolución a largo plazo de la 4T más allá de su figura fundacional.
Finalmente, la "4T" se ha consolidado como una marca para la dominación electoral y gubernamental. La mención repetida de que la 4T fue "refrendó en 2024 para construir el segundo piso de la 4T con el triunfo de la coalición de partidos encabezados por Morena y Claudia Sheinbaum” indica que "4T" ha trascendido un mero eslogan político para convertirse en una marca política poderosa y unificadora. Esta marca sirve como un grito de guerra para los votantes y una fuerza cohesiva para la coalición (Morena, PT, PVEM). La estrategia de alianzas, por lo tanto, no se trata únicamente de fusiones partidistas formales, sino de alinearse bajo esta marca popular y general, lo que simplifica el mensaje político, moviliza un electorado leal y proporciona una identidad clara para las acciones del gobierno. Esto sugiere que los principios ideológicos de la 4T están ahora profundamente arraigados en la estrategia electoral y de gobernanza, lo que dificulta que las alianzas de oposición compitan eficazmente contra un movimiento que se ha autodenominado legítimo heredero de las transformaciones históricas de México.
El liderazgo carismático de AMLO le permitió movilizar un amplio apoyo social y crear una base política profundamente leal, a menudo trascendiendo las líneas partidistas tradicionales. Este atractivo personal fue fundamental para su capacidad de formar y mantener alianzas, incluso con grupos ideológicamente dispares, unificándolos bajo su figura.
El estilo de liderazgo más sobrio y científico de Sheinbaum sugiere que sus alianzas se construirán más sobre la eficacia de las políticas, la solidez institucional y una visión tecnocrática compartida. Su desafío será mantener el entusiasmo popular generado por AMLO mientras implementa su agenda a través de mecanismos de gobernanza más convencionales, fomentando alianzas basadas en resultados programáticos más que únicamente en la conexión personal.
La presidencia de Claudia Sheinbaum enfrenta desafíos inherentes a la continuidad de un proyecto de transformación, pero también cuenta con oportunidades significativas para consolidar y expandir su base de alianzas.
La política de alianzas de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, en el marco de la Cuarta Transformación, repetimos, se caracteriza por una combinación distintiva de compromiso ideológico y flexibilidad pragmática. Ambos líderes comparten un núcleo de principios centrados en el anti -neoliberalismo, la justicia social, el nacionalismo y el combate a la corrupción, lo que ha cimentado una sólida alianza con amplios sectores populares. Sin embargo, sus estilos de liderazgo y énfasis pragmáticos difieren, marcando una evolución en la estrategia de la 4T.
AMLO, con su carisma, forjó una alianza directa con "el pueblo", lo que le permitió confrontar a las élites y legitimar sus acciones a través de la movilización social y la austeridad republicana. Su pragmatismo se manifestó en la formación de Morena y en el uso estratégico de alianzas partidistas para la acumulación de poder. Sheinbaum, por su parte, representa una continuidad programática, pero su estilo más tecnocrático y su enfoque explícito en temas de género, ciencia y tecnología, sugieren una transición hacia una gobernanza más institucionalizada. Sus alianzas buscarán consolidar el proyecto de la 4T a través de la eficacia de las políticas públicas y una colaboración más estructurada con diversos sectores, incluyendo una relación más predecible con la iniciativa privada y un compromiso más profundo con los movimientos feministas.
La 4T, ahora consolidada como una marca política dominante, enfrenta el desafío de mantener su cohesión y el entusiasmo popular sin la presencia carismática de su fundador. El éxito de Sheinbaum dependerá de su capacidad para traducir la lealtad heredada en confianza institucional y resultados tangibles, navegando las tensiones inherentes entre la intervención estatal y la necesidad de inversión privada.
Estimadas amigas y amigos, este análisis que pudieras compartir o no, trata de darte elementos para la discusión que viene en los próximos dos años y que fueron motivo para la creación de una Comisión de admisiones, encargada de evaluar la incorporación como militantes, o no, de perfiles polémicos, principalmente quienes pertenecieron a otras fuerzas políticas, y que puedan ocasionar división dentro del partido guinda, por lo que toma en cuenta no solo mis puntos de vista, sino la de muchos actores políticos durante los últimos 13 años.
Feliz Miércoles